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El streeptease de los banqueros
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Juan Carlos Escudier

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El streeptease de los banqueros

Hay que pensar que ha sido un órdago y no un farol, porque de lo contrario podría salirnos el tiro por la culata. Con el país

Hay que pensar que ha sido un órdago y no un farol, porque de lo contrario podría salirnos el tiro por la culata. Con el país cuestionado por rumores acerca de su solvencia entre enormes presiones sobre la deuda pública, y con la banca nacional asfixiada por el cierre del crédito internacional, Zapatero llegó este jueves a Bruselas dispuesto a enseñarlo todo, a lo Full Monty, y obligó a toda la UE a acompañarle en un desnudo integral del sistema financiero que hará las delicias de tanto especulador voyeur que hay por el mundo. Algunas de nuestras entidades son feas y tienen mal tipo, pero lo que hay en el resto de Europa no son top models precisamente. El streeptease está previsto para mediados de julio y se verá entonces quién necesita realmente cirugía estética.

La cumbre de despedida de la mustia presidencia española de la UE permitió a Zapatero apuntarse varios tantos. Además del ya citado deshabillé bancario, consiguió el respaldo a su reforma laboral, lo que no ha tardado en tener efectos políticos internos. Bastó que la canciller alemana Angela Merkel pronunciara las palabras mágicas -“hemos apoyado todas las medidas y considerado que son muy importantes, incluidas las que han sido tomadas en el mercado de trabajo”- para que el nuevo Partido de los Trabajadores, antes PP, avanzara su abstención en la tramitación como proyecto de ley del decreto aprobado el miércoles. Y finalmente, gracias al impulso franco-alemán, se acordó por unanimidad defender en el G-20 una tasa a la banca, eso sí, sin precisar cuándo ni cuánto. Atribúyasele el mérito en su alicuota parte.

Volviendo a la banca, había sido el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el primero en anunciar que se harían públicos los llamados “test de estrés” de las entidades, unas pruebas de solvencia en situaciones extremas en las que se estiman los deterioros y se establecen las necesidades de capital a las que hubiera lugar. Es la estrategia del entre, compare y se encuentra alguien mejor a quien prestar, hágalo. No quedaba otro remedio, porque desde el mes de abril se había constatado que el mercado interbancario había vuelto la espalda a las entidades españoles, incluyendo a los dos grandes bancos, que han sido los que han presionado para que se den a conocer el resultado de estos exámenes.

Y aquí las vergüenzas son considerables, por mucho que llevemos años presumiendo de manera insensata de la fortaleza de nuestro sistema financiero

Hay que pensar que ha sido un órdago y no un farol, porque de lo contrario podría salirnos el tiro por la culata. Con el país cuestionado por rumores acerca de su solvencia entre enormes presiones sobre la deuda pública, y con la banca nacional asfixiada por el cierre del crédito internacional, Zapatero llegó este jueves a Bruselas dispuesto a enseñarlo todo, a lo Full Monty, y obligó a toda la UE a acompañarle en un desnudo integral del sistema financiero que hará las delicias de tanto especulador voyeur que hay por el mundo. Algunas de nuestras entidades son feas y tienen mal tipo, pero lo que hay en el resto de Europa no son top models precisamente. El streeptease está previsto para mediados de julio y se verá entonces quién necesita realmente cirugía estética.

La cumbre de despedida de la mustia presidencia española de la UE permitió a Zapatero apuntarse varios tantos. Además del ya citado deshabillé bancario, consiguió el respaldo a su reforma laboral, lo que no ha tardado en tener efectos políticos internos. Bastó que la canciller alemana Angela Merkel pronunciara las palabras mágicas -“hemos apoyado todas las medidas y considerado que son muy importantes, incluidas las que han sido tomadas en el mercado de trabajo”- para que el nuevo Partido de los Trabajadores, antes PP, avanzara su abstención en la tramitación como proyecto de ley del decreto aprobado el miércoles. Y finalmente, gracias al impulso franco-alemán, se acordó por unanimidad defender en el G-20 una tasa a la banca, eso sí, sin precisar cuándo ni cuánto. Atribúyasele el mérito en su alicuota parte.

Volviendo a la banca, había sido el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el primero en anunciar que se harían públicos los llamados “test de estrés” de las entidades, unas pruebas de solvencia en situaciones extremas en las que se estiman los deterioros y se establecen las necesidades de capital a las que hubiera lugar. Es la estrategia del entre, compare y se encuentra alguien mejor a quien prestar, hágalo. No quedaba otro remedio, porque desde el mes de abril se había constatado que el mercado interbancario había vuelto la espalda a las entidades españoles, incluyendo a los dos grandes bancos, que han sido los que han presionado para que se den a conocer el resultado de estos exámenes.

Y aquí las vergüenzas son considerables, por mucho que llevemos años presumiendo de manera insensata de la fortaleza de nuestro sistema financiero