La cuestión del Sáhara o cómo un Gobierno avergüenza al país

La disciplina en el PSOE es una cosa muy seria. La pidió Zapatero a su Ejecutiva para no molestar a Marruecos por su represión en el Sáhara Occidental y, desde ese momento, hemos asistido a una disciplinada sucesión de dislates, del que destaca especialmente la negativa del Gobierno a pronunciarse abiertamente sobre el sangriento desmantelamiento del campamento Dignidad y las detenciones y torturas a las que han sido sometidos centenares de saharauis en El Aaiún con el argumento de que carece de un conocimiento exacto de lo sucedido.