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Las viejas actas de ETA siempre son noticia cuando le interesa al PP
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Juan Carlos Escudier

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Las viejas actas de ETA siempre son noticia cuando le interesa al PP

No les descubro nada si les digo que la publicación esta semana de las actas redactadas por ETA sobre la negociación con el Gobierno en 2006

No les descubro nada si les digo que la publicación esta semana de las actas redactadas por ETA sobre la negociación con el Gobierno en 2006 ha causado un enorme revuelo y que su contenido esta siendo usado como munición de gran calibre por parte del PP contra el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo que quizás desconozcan es que buena parte de su contenido, especialmente lo referido al chivatazo del bar Faisán, -que habría sido esgrimido por el Gobierno ante los etarras para demostrar su compromiso con el proceso de diálogo que mantenían- ya fue adelantado hace algo más de un año por el diario El Mundo en varias entregas de la periodista Ángeles Escrivá.

Al margen del juicio que merezcan estos hechos, obviamente no puede afirmarse que lo desvelado ahora sea ninguna novedad. De aquellas fechas pueden rescatarse titulares como los siguientes: “El Gobierno usó el chivatazo ante ETA” (27-12-2009); “Goméz Benítez negoció con ETA la impunidad para Jarrai y el PCTV” (3-3-2010); “Las actas prueban que Zapatero mintió” (4-3-2010); “El Gobierno también ofreció a ETA eliminar la doctrina Parot” (7-3-2010); o el editorial de ese mismo día: “Con ETA se fue más lejos de lo que se dijo y hubo presión a los jueces”.

Tampoco representa novedad alguna el supuesto descubrimiento de que el Gobierno siguió reuniéndose con ETA después de los atentados de la T4. No es que el asunto fuera en su día ampliamente divulgado en todos sus detalles y hasta personas tan poco informadas como el que suscribe lo tenga publicado junto a la periodista Esther Jaén en un libro del año 2007, Zapatero el rojo; es que el propio presidente del Gobierno lo reconoció en una entrevista al director del diario antes citado en enero de 2008: “Los contactos continuaron con una situación ya muy deteriorada, muy deteriorada. Y fue debido al deseo de instancias internacionales. Al ver que tenían toda la buena voluntad de que pudiera verse la luz al final del túnel, de que aquello no fuera el fin... Pero la verdad es que había ya muy pocas posibilidades”. ¿Que qué hizo el PP entonces? Llamar mentiroso a Zapatero, que entonces era el objetivo, y elaborar un documento titulado “Las 20 mentiras del Gobierno y del PSOE”, en el que se enumeraban las veces que dirigentes socialistas habían proclamado que el proceso con ETA había estallado junto con sus bombas.

En definitiva, si lo anotado por el etarra Thierry sobre el chivatazo del Faisán era del dominio público y si a nadie se le ocultaba que el diálogo con ETA no se interrumpió hasta meses después del atentado de Barajas cabe preguntarse por qué las viejas actas de ETA vuelven a ser noticia, o al menos noticia tan principal. En este punto, basta analizar la única diferencia visible entre aquel período y el actual: el papel de sucesor que ahora se asigna en el PSOE al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El ataque del PP a Rubalcaba está siendo tan furibundo que ha rescatado buena parte del lenguaje que adornó la pasada legislatura y que concluyó, como todo el mundo sabe, con la derrota de Rajoy en las urnas gracias a la movilización que provocó en la izquierda. Así, se vuelve a hablar de traición, rendición y mentiras, y los bustos de Mayor Oreja y de Aznar, adecentados a golpe de plumero, han vuelto a ocupar pedestal en los pasillos de la calle Génova y en los argumentarios del partido.

La utilización de los apuntes incautados a un terrorista como si se tratara de actas notariales de una verdad revelada es contraproducente en una formación que no ha dejado de solemnizar aquello de que el único documento de la banda que merece ser comentado es el de su disolución

La utilización de los apuntes incautados a un terrorista como si se tratara de actas notariales de una verdad revelada es contraproducente en una formación que no ha dejado de solemnizar aquello de que el único documento de la banda que merece ser comentado es el de su disolución. ¿Cómo interpretar el comentario de Francisco Javier Zarzalejos, uno de los emisarios de Aznar en su diálogo con ETA, y su famoso “no venimos a la derrota de ETA”, contenido también en una de las actas elaboradas por el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, dicho sea en la terminología usada por el ex presidente? 

Insistir a estas alturas en las cesiones que el Gobierno hizo a ETA, según la propia organización terrorista, no deja de ser un ejercicio de funambulismo, habida cuenta de la situación actual en la que se encuentra la banda, descabezada hasta en siete ocasiones desde la ruptura de su anterior tregua y en vías reales de liquidación por fin de existencias. Y llevaría a otra pregunta de difícil respuesta: si las concesiones que el Ejecutivo estaba dispuesto a hacer a ETA fueron tantas y tan importantes, ¿por qué los terroristas fueron los primeros en dar por concluida la negociación?

Las actas no resisten el contraste con la realidad ya que es palmario que nunca se interrumpieron las detenciones, que no hubo acercamiento de presos, que el etarra De Juana no fue puesto en libertad por la puerta de atrás sino al completar su condena, que no derogó la doctrina Parot y que Navarra no acabó siendo la cuarta provincia del País Vasco.

Que el PP y sus aliados mediáticos hayan establecido una zona de exclusión aérea sobre la calva de Rubalcaba y ni siquiera recuerden a Zapatero, sugiere que la eventualidad de que el vicepresidente acabe siendo el candidato de los socialistas a las elecciones de 2012 no es ni mucho menos indiferente a los populares. A poco que se esfuercen no será preciso que el ministro del Interior tenga que hacer campaña en el PSOE para promover su candidatura en unas hipotéticas primarias. Se la habrá hecho Rajoy a precio de amigo.

No les descubro nada si les digo que la publicación esta semana de las actas redactadas por ETA sobre la negociación con el Gobierno en 2006 ha causado un enorme revuelo y que su contenido esta siendo usado como munición de gran calibre por parte del PP contra el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo que quizás desconozcan es que buena parte de su contenido, especialmente lo referido al chivatazo del bar Faisán, -que habría sido esgrimido por el Gobierno ante los etarras para demostrar su compromiso con el proceso de diálogo que mantenían- ya fue adelantado hace algo más de un año por el diario El Mundo en varias entregas de la periodista Ángeles Escrivá.

Gobierno Corporativo Alfredo Pérez Rubalcaba