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Monarquía con 'Le' de Letizia y Leonor
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Verónica Fumanal

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Monarquía con 'Le' de Letizia y Leonor

Necesitamos referentes femeninos en ámbitos tremendamente masculinizados. La reina y la princesa son los dos valores que más pueden contribuir a mantener la corona española

Foto: La princesa Leonor y la reina Letizia. (LP)
La princesa Leonor y la reina Letizia. (LP)
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La monarquía española necesitaba un revulsivo desde que Juan Carlos I dilapidara parte de su capital institucional. Y todas las miradas estaban puestas en su hijo. Los primeros años de reinado de Felipe VI y Doña Letizia han estado marcados por la estrategia bombero: apagar fuegos. Entre los líos de malversación de dinero y el caso Corinna, una de las instituciones más valoradas de España se ha visto obligada a trabajar para recobrar el prestigio. Y nada mejor que una reina periodista para saber lo importante que es la comunicación y cómo dar un buen titular para trabajar en la rehabilitación reputacional de la casa.

Son tiempos extraños en España, cada vez más a menudo se da otra situación inédita que analizar sin precedentes y la Monarquía tampoco está a salvo de estos cisnes negros. El debate sobre la República es un clásico, lo que no lo es tanto es que monárquicos declarados de toda la vida ahora se tornen republicanos por su disconformidad por las actuaciones del rey, al que le exigen asumir unas competencias que no le da la Constitución. Pretenden que el jefe del Estado haga lo que no han hecho las urnas: un cambio de Gobierno.

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La primera que se atrevió fue Isabel Díaz Ayuso cuando criticó a Felipe VI por sancionar los indultos. A su juicio, el monarca debería haber encabezado una supuesta rebelión contra el Gobierno y paralizarlos. Pero esta chispa encendió la mecha de los conservadores más radicalizados, que se atrevieron a pedir al monarca que no designara a Sánchez como candidato a la investidura, una vez fracasó la de Feijóo. Es decir, le pedían que en lugar de reinar, gobernara, algo que está fuera de sus atribuciones institucionales. Si lo de la amnistía al final fructifica, estoy convencida de que todos estos que se hicieron republicanos despechados ante la decisión de Felipe VI de nombrar a Sánchez candidato oficial a la investidura, serán los primeros que vuelvan a poner en un aprieto a la institución que tanto dicen defender.

Y mientras una parte de la derecha radical se revuelve contra la monarquía, la izquierda más extrema ha decidido aparcar, al menos de momento, la bandera republicana. Yolanda Díaz, líder de Sumar, dijo en una entrevista en la Sexta que no es momento de organizar un referéndum sobre el modelo del Estado. Es decir, la primera vez en la historia que el Partido Comunista y el espacio de Podemos se sientan en el consejo de Gobierno, desaprovechan la oportunidad de abordar el debate tantas veces ansiado desde la oposición. Se han invertido los papeles en una paradoja curiosa. Mientras, desde la derecha se desgasta la figura institucional de su "majestad", exigiéndole aquello que no le es posible. Desde la izquierda, postergando debates y minimizando críticas, se protege mucho más de lo que pudiera aparentar al ciudadano "Felipe de Borbón".

Las mujeres nunca están en el punto adecuado para el liderazgo. O muy frías o muy espontáneas

Y mientras tanto, la monarquía española continúa estando al frente del Estado, desplegando poco a poco un nuevo estilo de liderazgo, gracias a Doña Letizia, una de las mujeres más injustamente criticadas de la esfera pública. Todavía recuerdo cuando los guardianes de las esencias criticaron ese gesto en el que le pedía a su futuro marido que le dejara terminar durante la pedida de mano oficial. Ahí resultó ser ella ser demasiado espontánea. Desde entonces, se le ha calificado como una mujer fría, que no muestra afecto ni campechanía, una supuesta marca de la casa. Ahora resulta ser demasiado distante.

Las mujeres nunca están en el punto adecuado para ejercer el liderazgo. O muy frías o demasiado espontáneas. O muy jóvenes o demasiado mayores. O demasiado presumidas o faltas de una imagen depurada. Nunca en el punto, siempre pasadas. Y el objetivo de caza mayor de las críticas de este sesgo machista ha sido Doña Letizia. Mientras tanto, cumplía con determinación un papel tan aparentemente relumbrante y lujoso como esclavo: representar a un país que nunca le consideró lo suficiente para su príncipe.

placeholder La reina Letizia conversando con el rapero El Chojin. (Casa Real)
La reina Letizia conversando con el rapero El Chojin. (Casa Real)

La reina habrá tenido que saber sobreponerse a las críticas y ejercer el papel de reina a su modo. Ha sido una abanderada de temas sociales, como la salud mental, que la llevó a rapear para abrir un hueco en los informativos que antes presentaba. Siempre impecable, ha sido la mejor embajadora de la moda española y de una elegancia que es admirada en todo el mundo. Discursos en diversos idiomas, en lenguaje de signos, con palabras medidas hasta la extenuación para intentar ser perfecta. Debe consolarla que nadie es profeta en su tierra. Porque mientras aquí se nos cae la baba con Lady Di o la reina de Jordania, Doña Letizia es un icono de las monarquías modernas en todo el mundo.

El próximo 31 de octubre, la heredera al trono cumplirá con su mandato de jurar la Constitución en una sesión plenaria del Congreso y del Senado. La fortuna genética quiso que la Princesa Leonor sea una mujer y que la infanta Sofía también, de lo contrario, si hubiera tenido un hermano menor, las feministas hubiéramos montado un #seacabó monárquico de embargadora sideral. Sin embargo, no ha hecho falta, porque las mujeres, más lentas de lo que nos gustaría, vamos ocupando puestos de responsabilidad a pesar de que artículos anacrónicos de la Constitución sigan prevaleciendo los derechos del hombre sobre los de las mujeres.

Referentes para las mujeres

Considero que la decisión de que la princesa Leonor esté tomando la misma instrucción militar que hizo su padre es un acierto. Necesitamos referentes femeninos en ámbitos tremendamente masculinizados, como el Ejército. Esta institución cumple ya 35 años desde la incorporación de la mujer, pero los últimos datos disponibles muestran que solo un 13% de la fuerza militar son mujeres, y solo hay dos en el coronalato. Así que ver desfilar a la princesa, jurando la bandera o en el desfile militar del 12 de octubre de uniforme, me produjo una satisfacción similar al momento en que las campeonas de la selección femenina de fútbol levantaban la Copa del Mundo. Porque, aunque con trayectorias y dificultades completamente diferentes, ambas fotografías suponen más referentes femeninos en ámbitos masculinizados para las líderes de mañana.

Foto: La princesa Leonor, durante el desfile del Día de la Fiesta Nacional. (Getty) Opinión
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Hillary Clinton, en la noche del 2008 de su derrota en las primarias frente a Obama, dijo: "Aunque no hemos podido romper este altísimo y durísimo techo de cristal, gracias a ti tiene cerca de 18 millones de grietas (en alusión a los votos que obtuvo) y la luz brilla a través de él como nunca antes, llenándonos de esperanza y sabiendo que el camino será un poco más fácil la próxima vez". Esas grietas son de mujeres como Doña Letizia, que a pesar de trabajar duro para ejercer cargos de responsabilidad con diligencia, han tenido que lidiar con una sociedad machista que se ha dedicado a criticarlas hasta deshumanizarlas. Y mientras tanto, los mismos a los que ella nunca les parece lo suficientemente buena, se dedican a justificar comportamientos vergonzantes de un hombre, que lejos de ser un ejemplo para esta sociedad, ha tenido que mudarse a Arabia Saudí para que la distancia, en tiempo y kilómetros, ayude a perdonarlo. Si Juan Carlos rompía el protocolo, qué campechano y humano. Si Juan Carlos mantenía la formalidad, qué sobriedad y clase. Ahí observarán, también, la diferencia de los raseros.

Sin duda, Doña Letizia ha supuesto un soplo de aire fresco para una institución castigada por los escándalos y las faltas de ejemplaridad de algunos de sus miembros. Ni Urdangarin, ni Marichalar, a pesar de ser consortes como ella, sufrieron ni una décima parte de las críticas que ha tenido que padecer la reina, porque según los "expertos", ella no estaba a la altura, como sí lo estaban ellos. El tiempo no les ha dado la razón. Hoy, son la reina y la princesa los dos valores que más pueden contribuir a mantener la corona española, y la segunda no se entiende sin la primera. Por eso, en España, monarquía se escribe con 'Le', de Letizia y Leonor.

La monarquía española necesitaba un revulsivo desde que Juan Carlos I dilapidara parte de su capital institucional. Y todas las miradas estaban puestas en su hijo. Los primeros años de reinado de Felipe VI y Doña Letizia han estado marcados por la estrategia bombero: apagar fuegos. Entre los líos de malversación de dinero y el caso Corinna, una de las instituciones más valoradas de España se ha visto obligada a trabajar para recobrar el prestigio. Y nada mejor que una reina periodista para saber lo importante que es la comunicación y cómo dar un buen titular para trabajar en la rehabilitación reputacional de la casa.

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