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Manual para una Nochebuena de paz
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Verónica Fumanal

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Manual para una Nochebuena de paz

Absténgase de dar su opinión sobre la amnistía, no intente convencer a su cuñado o su prima de las virtudes o defectos de Sánchez; y, llegando a los postres, tampoco haga bromas sobre lo mucho que le gusta la fruta

Foto: Felipe VI, durante su discurso de Nochebuena de 2022. (EFE/Ballesteros)
Felipe VI, durante su discurso de Nochebuena de 2022. (EFE/Ballesteros)
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Las navidades son muy bonitas, si no se entra en el detalle. Lo mismo sucede con los ágapes familiares de Nochebuena y Navidad, donde te juntas con personas con las que no convives el resto del año; que no sabes qué opinan de las polémicas que han ido sucediendo y con las que, sobre todo, no quieres acabar tirándote los turrones por la cabeza. Así, que con voluntad de servicio público y espíritu navideño, he escrito este manual de supervivencia para tener una noche… buena y en paz.

1. Nada de política nacional

Como sabrá usted, persona informada por El Confidencial, la política está más polarizada que nunca. Las sesiones de control al Gobierno están crispadas, igual que las redes sociales y algunas conversaciones en los bares. No hay necesidad de que el comedor de su casa se convierta en el Congreso de los Diputados en Nochebuena, así que la primera regla es: no hablar nada de política nacional. Absténgase de dar su opinión sobre la amnistía, no intente convencer a su cuñado o su prima de las virtudes o defectos de Sánchez. Llegando a los postres, tampoco haga usted bromas sobre lo mucho que le gusta la fruta al grito de "viva el vino".

Soy consciente de que es difícil no caer en la tentación de comentar el "latazo" de Ortega Smith a un concejal de Más Madrid en el último pleno del ayuntamiento o no hacer una porra sobre quién será el mediador internacional en la amnistía. Pero tenga en cuenta, que lo que empieza con un 'ji, ji, ja, ja', acaba con un bloqueo al estilo Óscar Puente y no hay necesidad de acabar el año a gritos con su consuegra.

2. Tampoco de política internacional

Había un tiempo en que si la política nacional estaba muy caliente, uno podía echar mano de la agenda internacional. Era un tema muy socorrido porque aunaba opiniones en torno a un mismo posicionamiento. Por ejemplo, todos estábamos en contra del Brexit. Pero ¿qué se habían creído estos británicos? Les estaban haciendo el lío con argumentos fake y al final están pagando las consecuencias. A europeístas, a los españoles, no nos gana nadie. Pero esto ya no funciona.

Segunda regla para mantener la armonía familiar o, al menos, no empeorarla: no hablar de política internacional. Ni las reformas económicas del presidente motosierra Javier Milei; ni las cárceles para pandilleros de Bukele, ni la reciente sentencia del Supremo de Colorado sobre la inhabilitación de Trump, ni las políticas antiinmigración de Meloni, ni las próximas elecciones en Venezuela, ni la entrada del Brasil de Lula en la OPEP. Yo le recomendaría que no sacara tampoco la reciente toma de posesión de Tusk en Polonia, que teóricamente podría aunar a izquierdas —por eso del veto a la extrema derecha— y a la derecha, por eso que es del partido hermano del PP. Pero no se confíe.

Cualquier tema de los citados, por complejo o lejano que sea, es susceptible de empezar un conflicto internacional entre los entrantes y el principal. No queremos que a nadie se le atragante el besugo por algo que está a miles de kilómetros de distancia.

3. Solo comentar deportes minoritarios

El curling es un deporte muy socorrido para una cena familiar. Precisión, estrategia, parecido a la petanca, pero sin una competición nacional. Fantástico tema para comentar con tu suegro. Eso sí, hay que evitar a toda costa que de la cancha helada del deporte nórdico se pase a la liga española. Tercera regla: no se habla de fútbol.

Ahora va en cabeza el Girona y pasar de este tema a Puigdemont y a la amnistía, es relativamente fácil, violando la primera regla de todas. Ni se lo ocurra preguntar, así en voz alta, qué opinan sus parientes sobre la reciente sentencia de la Superliga de Florentino y Joan. Que para algo que ponen de acuerdo al Barça y al Madrid, se enfrentan con todos los equipos modestos.

Y todos, en este país, tenemos un equipo de referencia, el que tiene muchos títulos y presupuesto para fichar; y luego, otro equipo que nos cae más simpático, que de corazón nos encantaría que ganara por eso del David contra Goliat, pero no suelen tener recursos para enfrentarse con los grandes. Esa regla, también tiene su excepción y para muestra, el Girona.

Cualquier tema de los citados, por complejo o lejano que sea, puede empezar un conflicto internacional entre los entrantes y el principal

4. De temas religiosos, solo valorar la decoración navideña

Ni en familias netamente religiosas realicen comentarios sobre la Iglesia, que no es lo mismo la fe que la institución. Cuarta regla: en la noche que nació Jesús, no hablar de la empresa que rentabilizó el evento. Ya sabrá usted, que la Iglesia acaba de "matizar" la auditoria que le encargó al bufete de abogados sobre los casos de pederastia en España y no me parece tema para polemizar mientras uno está repartiendo el vino.

Además, si usted quiere hablar del Papa, es mejor que se centre en Papá Noel y no el papa Francisco, que con pasos tímidos, está intentando dejar de marginar a sus feligreses del colectivo LGTBI+, con muchas resistencias dentro de su propia organización. Así, que si quiere comentar algún tema religioso, céntrese en la decoración del Belén y dónde han puesto este año el caganer.

5. No le preguntes a tu sobrina si le puedes dar un beso

El feminismo ha venido para quedarse, pero con muchas resistencias, en ocasiones generacionales. Por ello, aquí va una regla solo para señores: no hacer bromas sobre si se puede abrir la puerta, o si eso es de machistas, o si se pueden dar besos. Es muy sencillo, a tu sobrina, hermana, hija, madre, tía, le puedes dar dos besos, uno en cada mejilla, para felicitarle la Navidad. Seguro que si os lleváis bien, además, vendrá acompañado de un abrazo sincero y unas palabras de cariño.

Sin embargo, si esa misma situación se ejecuta en una cena de empresa, con una mujer que ostenta un cargo inferior al tuyo, y encima no tenéis mucha confianza, no le felicites la Navidad cogiéndole la cara con las dos manos y plantándole un beso en los labios. A no ser claro, que la noche vaya evolucionando y ella sea la que te lo está pidiendo.

Las bromas sobre los contratos para tener relaciones sexuales o que ya no se pueden hacer piropos no hacen gracia y podría suceder que mujeres que las habían aguantado estoicamente, año tras año, te digan, entre plato y plato, se acabó.

Foto: La jugadora española recibe un homenaje en México. (Reuters/Daniel Becerril)

6. Ir a lo seguro, comentar los temas del discurso del Rey

A lo mejor no lo había usted pensado, pero el discurso del Rey se emite en Nochebuena para dar ideas sobre los temas a tratar con sus familiares y la forma en la que hacerlo. Atención, cuidado, que no estoy hablando sobre abrir el melón del referéndum sobre monarquía o república, sino de tratar los temas de los que habla el monarca y hacerlo a su estilo, sin mojarse nada.

Sexta regla: hablar de los temas del discurso de Felipe VI, sin hablar de Felipe VI. Por ejemplo, se puede comentar la honda preocupación sobre los conflictos internacionales, pero así, en general y sin adentrarnos en sus causas o culpables. O también, sobre la necesidad de que el país tenga prosperidad económica, con esperanza de superar con éxito los retos que los tiempos nos imponen.

El discurso del Rey se emite en Nochebuena para dar ideas sobre los temas a tratar con sus familiares y a su estilo: sin mojarse nada

Ahí, con ese "país" en abstracto, evitaremos el debate sobre la cuestión territorial. Los independentistas se referirán al país Cataluña o Euskadi… y el resto, al país España. Estos trucos siempre son útiles para no levantar más muros de los necesarios. Eso sí. No se le ocurra decir, que los temas son los copiados del discurso del Rey, que ahí volvemos a la polémica republicana y en España los únicos reyes no discutidos, son los Reyes Magos.

Y hasta aquí los consejos para mantener la cena en paz. Solo uno más, antes de desearle feliz Navidad. Si usted sigue las reglas, pero su cuñada se las salta a la torera y le incita al debate, haga lo mismo que sus señorías cuando salen del hemiciclo y se encuentran con otros diputados de otros grupos políticos. En pro del buen ambiente. No se dé por aludido, no conteste a la provocación y cambie usted de tema a alguno de los propuestos. Feliz Navidad a todos y que pasen una Nochebuena en paz.

Las navidades son muy bonitas, si no se entra en el detalle. Lo mismo sucede con los ágapes familiares de Nochebuena y Navidad, donde te juntas con personas con las que no convives el resto del año; que no sabes qué opinan de las polémicas que han ido sucediendo y con las que, sobre todo, no quieres acabar tirándote los turrones por la cabeza. Así, que con voluntad de servicio público y espíritu navideño, he escrito este manual de supervivencia para tener una noche… buena y en paz.

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