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Verónica Fumanal

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Elecciones 2024: ¿Musk o Gates?

Políticamente, Gates y Musk no pueden estar más alejados, y, como decíamos anteriormente, su antagonismo no solo es ideológico, sino que parte de la concepción sobre la libertad de expresión, la democracia o las instituciones

Foto: Elon Musk. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
Elon Musk. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
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El año que viene, más de 2.000 millones de personas de casi 60 países diferentes tendrán que elegir entre dos maneras de concebir algunos aspectos que son fundamentales para el futuro de la humanidad. Grandes retos que no pueden entenderse bajo el paradigma de las viejas ideologías surgidas del siglo XIX, porque los dilemas que hay que responder ni siquiera existían cuando nacieron las grandes corrientes del comunismo, socialismo, liberalismo, conservadurismo… Estas dos formas de ver el mundo tienen que ver con las respuestas a los nuevos retos de nuestro siglo, que hoy representan dos de los tecnólogos más importantes de nuestra historia y su perspectiva de cómo afrontar las prioridades del siglo XXI. Los próximos comicios son una elección entre las visiones de Elon Musk y Bill Gates.

La inteligencia artificial se ha colado en nuestras vidas con una facilidad y naturalidad asombrosas. Imágenes manipuladas de famosos en actitudes tan verosímiles como falaces; fotografías pornográficas de niñas que nunca se desnudaron ante una cámara; vídeos con declaraciones de políticos que no pronunciaron, pero con su voz, su entonación y su acento. Todas estas aplicaciones de la IA ya son parte de nuestras vidas y aunque no sepamos muy bien cómo, el futuro distópico que algunas series anunciaban ya ha llegado.

Estas aplicaciones de la IA son las más visibles en la cotidianidad de las redes sociales, pero todos los sectores están siendo sometidos a una revolución invisible pero irrevocable. ChatGPT ya hace trabajos escolares sin que ningún detector de plagios pueda probarlo. ¿Cómo deben afrontarlo los profesores? Siendo capaces de evaluar a los jóvenes de otras maneras o asumiendo que el futuro será de quien mejor sepa preguntarle a la IA. En otros sectores, los cambios que se están introduciendo pueden cambiar el paradigma del negocio por completo. La IA ya ha empezado a infiltrarse en nuestras vidas, pero cómo se haga, tiene solo que ver con la visión humana y este es el punto en el que Musk y Gates difieren.

Elon Musk ha asegurado que la IA puede acabar con todos los trabajos y que llegará a ser más inteligente que la persona más inteligente, dando a entender que la IA nos sustituirá como si esto fuera Blade Runner. El magnate de Tesla ofrece una visión muy poco humana del futuro, con una máxima pragmática: si una máquina lo puede hacer mejor, apártese el error humano.

Foto: El reglamento de IA: la visión europea de la sociedad digital (Pixabay) Opinión

Bill Gates acaba de realizar sus predicciones para 2024 con una visión más humana de la IA. Para el creador de Microsoft, la IA el próximo año pasará a ser dominante y ofrece una visión social de cómo puede revolucionar la medicina, el acceso a la educación, incluso a la salud mental. Para Gates, la IA tendrá un papel determinante en la lucha contra el VIH y otras enfermedades como la tuberculosis o la malaria. Su visión es justo la contraria de la de Musk, porque asegura que la IA será una herramienta para eliminar las desigualdades entre los países ricos y pobres.

La emergencia climática es otro de los aspectos en los que el mundo tendrá que elegir qué vía seguir: si la negacionista de Musk o la científica de Gates. El CEO de X no tiene ningún problema en afirmar públicamente que la agricultura no tiene ningún efecto sobre el clima, así como refutar, sin ningún tipo de prueba, las teorías que afirman que la ganadería extensiva tiene graves efectos en las emisiones. Musk no siempre fue así, en 2018 aseguraba que el cambio climático era la mayor amenaza de este siglo. Pero ahora se ha situado entre los mayores exponentes del negacionismo climático, aunque las legislaciones de emisiones cero beneficien la industria del vehículo eléctrico que él revolucionó con Tesla.

Foto: Un hombre usa ChatGPT en su móvil. (Pexels)

Bill Gates asistió a la conferencia COP28 sobre el clima en Dubái para mostrar su apoyo a que la crisis climática esté en la agenda política mundial. La posición de Gates está basada en el consenso científico, que asume que la acción humana está amenazando la biodiversidad del planeta. Su discurso está centrado en cómo combatir el cambio climático gracias la innovación tecnológica para lograr que las industrias reduzcan las emisiones contaminantes; algo que considera que se puede realizar sin aumentar los costes de producción.

Políticamente, Gates y Musk no pueden estar más alejados, y, como decíamos anteriormente, su antagonismo no solo es ideológico, sino que parte de la concepción sobre la libertad de expresión, la democracia, las instituciones. Musk, desde que compró Twitter para combatir lo que él llamaba la censura de la red social, se ha ido posicionando como un referente del populismo de extrema derecha. El pasado mes de diciembre, estuvo presente en la convención de Meloni, junto con Abascal. Además, no ha dudado en pronunciarse a favor de Milei en la pasada campaña argentina o viajar hasta Brasil para reunirse con Bolsonaro y afirmar que era un “mito de la libertad”.

Gates se sitúa en el extremo opuesto a Musk. Es un líder reconocido de los entornos liberales que apuesta por el mayor pago de impuestos de las fortunas para redistribuir la riqueza, que aboga por la lucha contra la pobreza y por un sistema del bienestar basado en la educación y la sanidad pública. De hecho, suele ser utilizado por los conspiranoicos como un chivo expiatorio al que adjudican querer controlar el mundo a través de un chip inoculado en la vacuna contra el covid.

Foto: Elon Musk sigue apostando fuerte por SpaceX (EFE/Tolga Akmen Pool)

En el año 2024, casi 60 países u organizaciones supranacionales acudirán a las urnas; será el año más electoral de la historia. Se celebrarán elecciones en EEUU, la Unión Europea, India, México, Portugal, Bélgica, Sudáfrica… Incluso Rusia, Irán o Bielorrusia también tienen procesos, aunque de dudosa calidad y fiabilidad. Y en todos ellos, la elección es sobre dos modelos antagónicos en los que temas como la IA, la crisis climática o la concepción democrática serán los protagonistas. Modelo Musk o Gates.

El año que viene, más de 2.000 millones de personas de casi 60 países diferentes tendrán que elegir entre dos maneras de concebir algunos aspectos que son fundamentales para el futuro de la humanidad. Grandes retos que no pueden entenderse bajo el paradigma de las viejas ideologías surgidas del siglo XIX, porque los dilemas que hay que responder ni siquiera existían cuando nacieron las grandes corrientes del comunismo, socialismo, liberalismo, conservadurismo… Estas dos formas de ver el mundo tienen que ver con las respuestas a los nuevos retos de nuestro siglo, que hoy representan dos de los tecnólogos más importantes de nuestra historia y su perspectiva de cómo afrontar las prioridades del siglo XXI. Los próximos comicios son una elección entre las visiones de Elon Musk y Bill Gates.

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