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Carta abierta a un posible amnistiado
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Verónica Fumanal

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Carta abierta a un posible amnistiado

Puigdemont va a seguir con su vida, con la amnistía o sin ella ya ha conseguido su objetivo: ser un actor político reconocido por las instituciones españolas. Todo el mundo habla de él en vísperas de su campaña electoral europea

Foto: Carles Puigdemont, en la eurocámara. (EFE/Ronald Wittek)
Carles Puigdemont, en la eurocámara. (EFE/Ronald Wittek)
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No sabemos con certeza cuántas sois las potenciales personas amnistiadas. Se habló en un principio de cuatrocientos, ahora algunos calculan que más de mil. Independientemente de la cifra, sois más de uno. Muchos más que Puigdemont.

Personas del activismo social, cargos municipales, funcionarios, la mayoría vinculados a las organizaciones políticas que dirigieron el procés independentista, que os impulsaron a salir a la calle y a tomar partido por una causa que en aquel momento, para ti, tenía sentido.

Hoy, ya sabemos que no había plan, solo una estrategia de confrontación con el Estado en la que el independentismo se chocaba contra el muro de las instituciones españolas. Los líderes independentistas contaban con el 155. De lo contrario, cuando declararon la independencia, si hubieran tenido un plan de verdad, lo hubieran seguido hasta el final.

Eso ya es historia, pero hoy quedan las consecuencias de todo aquello. Supongo, que alguna de las personas que estáis pendientes de un juicio por el procés debéis pensar que os engañaron y que no mereció la pena.

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Si esto de la amnistía al final no sale, una condena judicial puede lastrar tu vida, tus aspiraciones, tus metas, todo frustrado por una pena que tendrás que pagar. En el caso de los funcionarios, el coste profesional es más alto, ya que en función de la acusación y la pena, puedes verte obligado a abandonar tu carrera profesional en la administración pública. No mereció la pena… o sí. Tú dirás.

El caso es que todas estas personas que estáis pendientes de la negociación entre Junts y PSOE, entre el poder judicial y el legislativo, debéis tener una opinión de lo que está sucediendo, y sinceramente, me gustaría oír qué pensáis sobre el asunto.

Foto: El expresidente de la Generalitat, eurodiputado y líder de Junts, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (EFE/Ronald Wittek)

Mientras los afectados por la amnistía estáis viéndolas venir, somos las personas que no estamos afectadas por la medida de gracia las que más hablamos. Por un lado, ya sabéis, todos aquellos que consideran que todo lo que hicisteis fue muy gordo como para hacer un borrón y cuenta nueva.

Piensan o sienten que el Estado debe castigaros para que esto nunca más se vuelva a repetir. Que en este conflicto hubo culpables e inocentes. Obviamente, vosotros los indepes sois los culpables. Que no hacerlo, sería humillar al Estado, traicionar la democracia. Dejar que la impunidad campe a sus anchas. En esas tesis, se encuentran mayoritariamente las derechas, que se han aliado con algunos miembros del poder judicial, que no quieren que el legislativo prevalezca sobre su poder.

En el otro lado, estamos los que consideramos que todo en el procés fue un despropósito y que todos los actores fueron un poco culpables de lo que pasó. Que la negativa del gobierno de Rajoy al diálogo fue tan nocivo como el plan secesionista hacia ningún lado del govern de Puigdemont y Junqueras.

Los líderes independentistas contaban con el 155. Si hubieran tenido un plan de verdad, lo hubieran seguido hasta el final

Que los relatos de unos y otros hicieron que la sociedad se fracturara despertando desconfianzas y sentimientos negativos hacia personas que compartían una misma comunidad. Que la solución no era ni una DUI ni un "a por ellos". Que se hizo mal. Y que la mejor manera de poner el contador a cero, son unas medidas de gracia que permitan seguir hacia adelante. Aunque no solventen la tensión territorial de fondo.

Yo intento explicarles a aquellos que dicen que os vais a ir de rositas, que vosotros, los que estáis pendientes de juicio, no sois delincuentes. Y que como a cualquier persona, recibir una acusación y una citación de un juzgado y saber que tienes una causa pendiente y que de ello dependen tus planes de futuro, tus finanzas, tu familia, no es, precisamente, irte de rositas.

Que eso de ho tornarem a fer lo dicen los líderes del procés con la boca bien pequeña y porque no ha pasado el tiempo suficiente como para que digan la verdad: que no solo no lo volverán a hacer, sino que no lo volverían a hacer.

Los relatos de unos y otros hicieron que la sociedad se fracturara despertando desconfianzas y sentimientos negativos

Supongo que serás consciente que defender la amnistía y los efectos positivos que considero que pueden aportar a la política española y catalana desde el km 0 de la política española, no es nada fácil. Por un lado, parece que eres una antipatriota, que tu país no te importa, que te has vuelto cómplice de los malos. Nada más lejos de la realidad.

La posición de algunos de los que defendemos esta medida de gracia es precisamente la convicción de que España se debe respetar desde su diversidad territorial, cultural, lingüística o la alternativa en un futuro es la fractura. Los sentimientos de pertenencia no se pueden imponer a base de leyes o penas, sino a través del respeto a la diversidad de todos los pueblos que componen el país.

No es casualidad que los mayores desafíos territoriales recientes hayan sido con gobiernos del PP con mayorías absolutas y por tanto, muy reacios a hablar catalán en la intimidad.

Los sentimientos de pertenencia no se pueden imponer a base de leyes o penas, sino a través del respeto

Me reconocerás que a aquellos que estamos por la amnistía, Puigdemont tampoco nos lo está poniendo nada fácil. El revés de ver votar 'no' a la tramitación parlamentaria de la ley de amnistía por parte de los diputados de Junts fue espeluznante. Me pareció un ejercicio de egoísmo político sin muchos precedentes.

Hacía pocos días, el propio Turull había reconocido que parte del redactado había salido de su puño y letra. ¿Se puede presumir de escribir una ley y votarla en contra? Pues parece que sí. La cuestión es que García Castellón consiguió la que buscaba con su auto y la cuestión del terrorismo; dinamitar las negociaciones.

Y tú que ya estabas pensando en cuándo podrías dejar atrás todo el tema judicial y retomar tu vida, vuelves a estar colgado de la brocha y con el proceso que está perturbando tu existencia, pendiente.

Puigdemont va a seguir con su vida, con la amnistía o sin ella ya ha conseguido su objetivo: ser un actor político reconocido por las instituciones españolas. Todo el mundo habla de él en vísperas de su campaña electoral europea. No digo yo, que no tenga ganas de volver a pisar su Girona natal. Simplemente, recuerdo que él, para bien o para mal, ya tiene lo que buscaba desde el día que salió de España para no afrontar sus cargos judiciales.

Y tú, ¿has conseguido lo que querías? Cataluña no es un país independiente. El independentismo goza de las cuotas más bajas de apoyo de los últimos tiempos. Los partidos que otrora compartían cartel ahora luchan por ahogar al otro.

Y además, ahora se amontonan los problemas pendientes que durante el procés no tenían ni un segundo en la agenda política: la sequía, las infraestructuras deficitarias, la educación pública y sus alarmantes malos resultados… Tú dirás, pero como dicen en mi tierra, menudas alforjas para este viaje.

Foto: Pere Aragonès y Anna Simó camino de la cumbre sobre educación. (EFE)

Termino esta carta diciéndote que, a pesar de Puigdemont, algunos vamos a seguir defendiendo esta medida de gracia para que Cataluña y el conjunto de España podamos pasar página. Sinceramente, no creo que el regreso de Puigdemont sea definitivo para esto, básicamente porque creo que él es cada día más consciente de que si conseguimos superarlo, él se va a quedar en esas páginas del pasado y dejará de ser lo que ahora es: un actor de la política más.

Espero que la medida de gracia sea aprobada por el Congreso, que los jueces la apliquen sin filibusterismos, que el Tribunal Constitucional la considere ajustada a derecho. Y que tú, Cataluña y el conjunto de los españoles podamos seguir conviviendo desde el respeto a la diversidad de nuestro país.

PD: No te pido que dejes de ser independentista… claro. Pero, en el futuro, escoged mejor vuestros líderes.

No sabemos con certeza cuántas sois las potenciales personas amnistiadas. Se habló en un principio de cuatrocientos, ahora algunos calculan que más de mil. Independientemente de la cifra, sois más de uno. Muchos más que Puigdemont.

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