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¿Las mujeres somos más odiables?
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Verónica Fumanal

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¿Las mujeres somos más odiables?

El 95% de los homicidas en todo el mundo son hombres. Sin embargo, los últimos taquillazos en las plataformas de ficción sí están protagonizados por mujeres asesinas y acosadoras

Foto: Candela Peña actuando como Rosario Porto en  'El caso Asunta'. (EFE/Manuel Fernández-Valdés)
Candela Peña actuando como Rosario Porto en 'El caso Asunta'. (EFE/Manuel Fernández-Valdés)
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El 95% de los homicidas en todo el mundo son hombres. Eso quiere decir que solo un 5% de los crímenes están protagonizados por mujeres. Sin embargo, los últimos taquillazos en las plataformas de ficción sí están protagonizados por mujeres asesinas y acosadoras. “El cuerpo en llamas”, “El caso Asunta” o “Mi reno de peluche” son historias reales o el género denominado “true crime” sobre mujeres condenadas por homicidios o acoso que gracias a la ficción y su éxito sitúan en el ideario colectivo una percepción de paridad en el crimen cuando las cifras evidencian que el homicidio es cosa de hombres.

Debo reconocer que yo misma me he bebido las dos series españolas, Úrsula Corberó y Candela Peña están absolutamente espectaculares en sus papeles de Rosa Peral y Rosario Porto. Ambas me encantan dentro y fuera del escenario. Son referentes feministas, activistas de la igualdad y de los derechos de las mujeres. Gracias a sus brillantes carreras profesionales son voces reconocidas que inspiran a muchas mujeres en su día a día. Y hasta ahí lo bueno de que las ficciones de los casos de las asesinas condenadas Peral y Porto sean número uno en España en las plataformas de streaming.

Tras ver ambas series me pregunté por qué habían tenido tanto éxito, por qué nos atraen tanto los personajes de mujeres asesinas o acosadoras como la de “Mi reno de peluche”. Lo cierto es que cuando se revisan los datos sobre asesinatos y acoso, los hombres se sitúan en la mayoría absolutísima de los casos. Asesinos como José Breton, Patrick Nogueira, José Enrique Albuín (el chicle), David Oubel, Norbert Fever (Igor el Ruso), o violadores como los miembros de La manada, son los nombres propios que han escrito las páginas de sucesos de este país. Sin embargo, a pesar de que algunos de ellos han tenido sus documentales o series, ninguno de ellos ha tenido el éxito de las historias protagonizadas por Peral y Porto.

Por lo tanto, si hay más asesinos que asesinas y sus documentales no tienen éxito… la reflexión es pertinente ¿Las mujeres asesinas son más odiables? ¿Nos atraen más las historias de mujeres asesinas que las de los hombres? El cine, las series ayudan a configurar creencias sobre la realidad. De hecho, la cultura en general es uno de los grandes proveedores de esquemas, de estereotipos, por lo tanto, el triunfo de las series de “true crime” protagonizada por mujeres ayuda a generar percepciones sobre la peligrosidad de las mujeres. En ambas series, las protagonistas son mujeres, aunque en ambos casos contaron con hombres que les ayudaron a perpetrar sus crímenes. Sin embargo, los guionistas, que son perfectamente conocedores de qué funcionará entre el gran público, les sitúan a ellas con una carga y un perfil superior al de sus compinches, que también fueron condenados, Alfonso Basterra y Albert López.

Los estereotipos que sufrimos las mujeres también afectan a las asesinas. Los personajes prototípicos han traspasado pantallas

Obviamente, también se debe considerar el efecto “perro verde”, que un hombre mate es noticia, que lo haga una mujer es una noticia de mayor impacto por ser un caso excepcional. Sin embargo, cabe señalar que algunos de los nombres de asesinos que he mentado antes, también se sitúan entre los casos más excéntricos y peculiares por su crudeza, alevosía y falta absoluta de humanidad. Por lo tanto, podrían ser objeto de docuseries o contenidos de ficción que respondieran a las demandas de “true crime”.

Otra cuestión añadida son las repercusiones que acarrean el éxito de series como estas. La protagonista de “Mi reno de peluche”, la ficción que versa sobre una acosadora Donny Dunn, no solo niega todo lo que cuenta su director y supuesta víctima del acoso, sino que, además, está denunciando el hostigamiento y asedio que ahora está viviendo fruto del éxito de la serie. Lo mismo podría sucederle a Rosa Peral, cuando salga de cumplir su pena en la prisión en el año 2042. ¿Es legítimo que además de la pena de telediario tras cumplir sus condenas, los protagonistas de las series de éxito de “true crime” deban cumplir la post condena de Netflix?

Los estereotipos que sufrimos las mujeres también afectan a las asesinas. Los personajes prototípicos de “femme fatale” o de la “bruja” son tan comunes en las grandes historias, cuentos y narrativas que configuran nuestro ideario colectivo que han traspasado las pantallas y los libros para asediarnos en nuestro día a día. Estos personajes son tan atrayentes como odiables, pero lamentablemente tienen su traslación en las creencias que operan sobre las mujeres en general y que son tan perniciosos en cuestiones como las violencias machistas, en las que, a pesar de que las denuncias falsas son marginales, la mujer maquinadora que lo orquesta todo para extraer provecho de los “pobres hombres” es una ficción pero con consecuencias reales.

El 95% de los homicidas en todo el mundo son hombres. Eso quiere decir que solo un 5% de los crímenes están protagonizados por mujeres. Sin embargo, los últimos taquillazos en las plataformas de ficción sí están protagonizados por mujeres asesinas y acosadoras. “El cuerpo en llamas”, “El caso Asunta” o “Mi reno de peluche” son historias reales o el género denominado “true crime” sobre mujeres condenadas por homicidios o acoso que gracias a la ficción y su éxito sitúan en el ideario colectivo una percepción de paridad en el crimen cuando las cifras evidencian que el homicidio es cosa de hombres.

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