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La amnistía no moviliza, Meloni sí
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Verónica Fumanal

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La amnistía no moviliza, Meloni sí

Feijóo empieza a confirmar los peores pronósticos que aseguran que siempre pincha en campaña. Cada vez que hay elecciones, cometen errores que enfrían sus posibilidades

Foto: Feijóo en la manifestación del domingo. (Europa Press/Alberto Ortega)
Feijóo en la manifestación del domingo. (Europa Press/Alberto Ortega)
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Esta semana se aprueba la amnistía, pero al PP le han vuelto a fallar los cálculos, porque lo que fue una propuesta polémica, ya no es un arma contra el gobierno. Los resultados de las elecciones catalanas han supuesto un espaldarazo a la amnistía, el victimismo que alimentaba el caudal electoral del independentismo ha topado con un gobierno que ha hecho de la necesidad virtud y del diálogo con los nacionalistas su mayoría parlamentaria. Feijóo, que vuelve a pinchar en campaña electoral, lo fía todo al rechazo a una medida como la amnistía, que ya está amortizada, es pólvora mojada.

La manifestación del domingo 26 de mayo no fue lo esperado por la organización popular. Seguramente, los políticos que están trabajando con la maquinaria a pleno rendimiento en una campaña electoral no calcularon que los mismos que se manifiestan con palos de golf, les gusta utilizarlos en primavera en sus segundas residencias. Y que una cosa es estar contra el gobierno y la otra bien distinta, sacrificar el primer fin de semana de buen tiempo, cuando llevas ya tres manifestaciones a las espaldas y todas con el mismo resultado: Sánchez aguanta.

La estrategia popular de una elección más contra Sánchez no parece estar funcionando. En la mayoría de las encuestas, el PSOE recorta distancias con un PP que lo fía todo al rechazo a la amnistía, que, en mi opinión, ya cabreó a todo el mundo que podía cabrear y que, por lo tanto, tuvo su pico de movilización a la contra en el pasado. Ahora, claro que no es una medida pacífica ni mayoritariamente asumida, pero ya no moviliza más.

Bien distinto hubiera sido el escenario si Puigdemont hubiera estado en condiciones de ser investido president de la Generalitat con una mayoría independentista. En ese caso, la amnistía, que le hubiera permitido pasar de prófugo a presidente, podría haber soliviantado a más electores. Pero no es así. Ya, ni el huido de la justicia y aún eurodiputado, intenta alimentar la ficción de que él podía ser investido presidente. Game over Puigdemont, y, por lo tanto, la amnistía lo único que puede permitir es que vuelva a España, pero a pasear, no a gobernar; y eso, es inocuo, porque incluso Feijóo ha admitido que él no quiere que vaya a la cárcel.

La estrategia popular de una elección más contra Sánchez no parece estar funcionando. En las encuestas, el PSOE recorta distancias

Pero es que además de no contar con la amnistía como palanca de movilización del cabreo a la contra, Feijóo ha decidido asumir discursivamente la narrativa de “con Meloni, sí”, asumiendo el posible pacto con la ultraderecha en Bruselas. Es bien conocido que por la vía de los hechos y sin un debate público sobre el asunto, el PP es pionero de los pactos con los ultras. Sin embargo, él siempre había sido muy prudente en asumir a Vox como un partido homologable y deseable. Este cambio en su estrategia alimenta la movilización de la izquierda, que estaba algo pasiva, y posibilita un escenario en que Meloni, Orbán, Abascal o Le Pen decidan sobre la construcción europea de una forma decisiva, algo que los europeístas y demócratas consideramos bien pernicioso.

Feijóo empieza a confirmar los peores pronósticos que aseguran que siempre pincha en campaña. Cada vez que los electores están llamados a las urnas, los populares cometen errores que enfrían sus posibilidades de mantener las expectativas de las encuestas. Este fenómeno bien podría ser un “mal de altura” que consistiría en no saber aguantar la presión, en desfallecer en los momentos importantes. Justo lo contrario que Sánchez, que cuando parece sin salida, inventa un artefacto que le permite volver a ganar. Lleva Feijóo diciendo unas semanas que este 9 de junio tiene que ser como una segunda vuelta contra Sánchez; incluso está pidiendo elecciones anticipadas. Yo le recomendaría que tuviera cuidado con lo que desea, porque puede que se convierta en realidad.

Esta semana se aprueba la amnistía, pero al PP le han vuelto a fallar los cálculos, porque lo que fue una propuesta polémica, ya no es un arma contra el gobierno. Los resultados de las elecciones catalanas han supuesto un espaldarazo a la amnistía, el victimismo que alimentaba el caudal electoral del independentismo ha topado con un gobierno que ha hecho de la necesidad virtud y del diálogo con los nacionalistas su mayoría parlamentaria. Feijóo, que vuelve a pinchar en campaña electoral, lo fía todo al rechazo a una medida como la amnistía, que ya está amortizada, es pólvora mojada.

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