La Eurocopa: estrategia secreta de Macron para ganar

Dentro de un par de semanas, Kylian Mbappé (1998- ) formará parte de la plantilla del Real Madrid FC y por lo tanto de la liga española de fútbol. No es muy habitual que en nuestro país los deportistas se pronuncien sobre sus ideas políticas, la mayoría de los representantes consideran que eso te resta posibilidades publicitarias, te genera conflictos con parte de tus seguidores, por ello, en la mayoría de las ocasiones los jugadores de fútbol permanecen silentes ante las cuestiones de actualidad.

No es el caso del capitán de la Selección francesa de Fútbol. Mbappé ha decidido revolucionar la campaña electoral legislativa de su país con unas declaraciones políticas desde la sala de prensa de la Eurocopa que se está celebrando este mes de junio y julio. Enfundado de la autoridad de representar los colores galos en una de las competiciones más vistas del mundo, decidió hacer un llamamiento a la participación de los jóvenes contra los “extremismos”, una apelación velada a parar al partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional.

En las pasadas elecciones europeas, el apoyo a las fuerzas de extrema derecha en Alemania, Francia, Italia, España y Polonia no paró de subir. El partido de Le Pen cosechó 1 de cada 3 votos en las pasadas elecciones, llegando hasta el 29% que hace tan solo 5 años estaba en un 12%. Estos partidos políticos buscan el voto de los más jóvenes, aquellos que no tienen un recuerdo vivido de la dictadura española o que no se han socializado políticamente en entornos institucionalizados, sino que lo hacen en redes sociales, como TikTok, en los que la ultraderecha aprovecha para difundir bulos, sembrar odio y ofrecer un futuro a personas carentes de los beneficios de un contrato social en franca decadencia.

Por ello, las palabras de Mbappé son tan poderosas, porque los referentes deportivos son un fenómeno de influencia social, sobre todo, en votantes potenciales de ultraderecha: hombres, jóvenes, de cualquier clase social y nivel socio económico y cultural. El fútbol es omnipresente en Europa y su capilaridad social, me atrevería a decir, que no tiene parangón con ningún otro ámbito laboral.

Las palabras de Mbappé son tan poderosas, porque los referentes deportivos son un fenómeno de influencia social

El movimiento de Mbappé no es casual ni aislado, forma parte de una campaña bien diseñada por parte de Emmanuel Macron. Hacer coincidir las legislativas con la Eurocopa podría parecer una frivolidad, pero no lo es. Las competiciones internacionales, como los Juegos Olímpicos, que, precisamente, se celebran en Francia, o la Eurocopa, en la que la selección francesa parte como favorita, despierta sentimientos nacionales en todos los países y en ámbitos sociales que trascienden los seguidores habituales. Cuando la selección nacional de un país juega un partido contra otra nación, las rencillas y divisiones domésticas tienden a minimizarse, la mayoría de la población se une bajo una bandera para apoyar a su selección.

Hace 12 años, la Selección española ganó la Eurocopa contra Italia, en aquel momento, 2012, el procés independentista catalán empezaba a fraguarse. La exhibición de banderas españolas por la calle, en los balcones era muy minoritaria, hasta que la bautizada “roja” parecía que podía revalidar el título conseguido en 2008. Xavier Trias gobernaba en aquel momento Barcelona y se desató la polémica cuando impidió que se pusieran pantallas gigantes para seguir la competición en las calles. La oposición aludía que se trataba de un intento por silenciar el ardor patrio que es poco habitual en las calles catalanas. Todos ellos sabían que el deporte sí politiza.

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A. Ortega

Existen varios estudios de psicología política que afirman que cuando un país gana una competición internacional de un deporte mayoritario para la sociedad, el Gobierno tiene más posibilidades de mantener el poder, de reeditar el Gobierno. Las causas son evidentes, el sentimiento nacional lo capitaliza el partido en el poder y la euforia de la ciudadanía hace que las valoraciones sobre la situación económica y política mejore. La suma de estos indicadores hace que el voto hacia el gobierno aumente. Por todo ello, Mbappé y la selección podría ayudar a revertir las encuestas y las tendencias, esas que dicen que la ultraderecha podría gobernar en Francia.