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Griñán dilapida la imagen de Blas Infante 75 años después de su fusilamiento
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Agustín Rivera

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Griñán dilapida la imagen de Blas Infante 75 años después de su fusilamiento

El padre de la patria andaluza no tiene quién le rescate. El presidente de la Junta de Andalucía ha convertido a Blas Infante en padrastro, una

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El padre de la patria andaluza no tiene quién le rescate. El presidente de la Junta de Andalucía ha convertido a Blas Infante en padrastro, una figura incómoda, de difícil ubicación en el imaginario andaluz. El PSOE-A minimiza la fecha de su asesinato (la madrugada del 10 al 11 de agosto de 1936) y realza la efemérides de su natalicio.

A Manuel Chaves ya le incomodaba suspender sus vacaciones en la provincia de Cádiz para plantarse un 10 de agosto en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona y presidir un acto oficial. Griñán sí acudió en 2009 al acto de homenaje a Blas Infante. Este año es una incógnita si el presidente de la Junta de Andalucía seguirá disfrutando de sus nietos y de la última novela de Thomas Pynchon en Galicia.

Tras el K.O. político del noqueado PA (es partido extraparlamentario), el PP de Javier Arenas ahora se vende como andalucista, aunque sin convencimiento, con débil entusiasmo; un andalucismo más propio de operación de marketing diseñada por un posmoderno Don Draper en esta Andalucía Mad Men.

Blas Infante es la Tercera Vía que ningún partido ha querido asumir como propia en Andalucía. Sus postulados no encajarían ni en el PP ni el PSOE actual. Tampoco hubiera compartido el abrazo del oso que el Partido Andalucista se dio con Chaves en la segunda mitad de los noventa para arañar el poder en dos consejerías: Turismo y Deporte y Relaciones Institucionales.

El PA se reclama como heredero de su ideario, pero ni la actual lideresa –Pilar González– ni los históricos Rojas Marcos y Pedro Pacheco han logrado captar la modernidad de un discurso que se granjeó acérrimos enemigos en el Frente Popular y el Franquismo, quien lo eligió como víctima en aquel fúnebre agosto de hace 75 años.

María de los Ángeles Infante tenía seis años cuando fusilaron a su padre. Recuerda cómo se lo llevaron de su casa de Coria del Río. Infante acude a los actos institucionales de la Fundación que preside o en la conmemoración del Día de Andalucía en el Parlamento, el antiguo Hospital de las Cinco Llagas. En una reciente entrevista al grupo Joly reivindica la figura de su padre: “No es un mito, sino que sigue plenamente vigente. Se adelantó muchísimo a su tiempo. Fíjese que escribió sobre la plena igualdad de la mujer en 1919”.

“Andaluces levantaos”

Los políticos no pueden ocultar en los actos públicos su ignorancia no sólo de Blas Infante, sino hasta del himno andaluz. En el pregón taurino de Málaga pronunciado por Esperanza Aguirre el único político que cantó la plegaria laica fue Elías Bendodo, de 37 años, presidente del PP de Málaga y de la Diputación. Ni el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ni la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Remedios Martel, sabían la letra del “Andaluces levantaos”.

Sorprende que Infante, partidario de un nacionalismo andaluz no excluyente, ofreciera pinceladas que parecen reflexiones de este mismo verano, pero las dejó escritas en 1920 en la obra La dictadura pedagógica: “La crisis actual, antes que una crisis política y económica, es una crisis humana”. ¿Quién lo rescatará?

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El padre de la patria andaluza no tiene quién le rescate. El presidente de la Junta de Andalucía ha convertido a Blas Infante en padrastro, una figura incómoda, de difícil ubicación en el imaginario andaluz. El PSOE-A minimiza la fecha de su asesinato (la madrugada del 10 al 11 de agosto de 1936) y realza la efemérides de su natalicio.

José Antonio Griñán