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No todas las pensiones son una mierda
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Carlos Fonseca

Tirando a Dar

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Carlos Fonseca

No todas las pensiones son una mierda

Hoy les voy a poner los dientes largos, pero antes una pequeña introducción. Ya saben ustedes que se van a jubilar dos años más tarde, a

Hoy les voy a poner los dientes largos, pero antes una pequeña introducción. Ya saben ustedes que se van a jubilar dos años más tarde, a los 67, y que su pensión se va a ver reducida al ampliarse los años de cómputo (de 15 a 25) y el tiempo mínimo de cotización para tener derecho a la pensión máxima (de 35 a 37). Saben también que con estas cuentas nuestros hijos lo llevan claro, porque cada día se incorporan más tarde al mercado de trabajo y cuando lo hacen es con salarios de miseria que no se corresponden con su nivel de formación.

 

Esta es la situación después del “gran pacto social” que los sindicatos se han avenido a firmar con Gobierno y patronal. En público lo califican de “positivo”, pero en privado reconocen que no lo es y que han firmado para evitar males mayores, porque la reforma que quería imponer Rodríguez Zapatero era aún más lesiva para los trabajadores. Vamos, que mejor tuertos que ciegos.

Esta semana ha venido a España la señora Merkel, una especie de gobernanta con muy mala leche, a comprobar si nuestro presidente había hecho los deberes. Le ha dicho que progresa adecuadamente (ya no hay aprobados), pero que tiene que esforzarse un poco más; por ejemplo, haciendo desaparecer de los futuros convenios colectivos las cláusulas de revisión para que los salarios no suban por debajo de la inflación. Los curritos manteníamos nuestro poder adquisitivo, podíamos gastar y reactivábamos la economía.

En dos horas de curro se levanta el sueldo mensual de un mileurista. Lo he puesto todo en pesetas porque me indigna más que en euros

La canciller alemana quiere que a partir de ahora los incrementos sean según productividad y resultados. Si Zapatero y ella dicen que lo que teníamos es malo y esto es bueno, seguro que vamos a ganar menos. O a lo mejor no, porque si el BBVA, por ejemplo, dedica algo de los 4.606 millones de euros que ganó el año pasado a mejorar el salario de sus trabajadores, digo yo que será un pellizquito.

Ya sé que lo que les he contado hasta aquí no les pone los dientes largos, pero sigan leyendo. Uno de los banqueros que ha aplaudido el “gran pacto social” es precisamente el presidente del BBVA, don Francisco González, que el pasado día 2, después de presentar los resultados de la entidad en 2010 dijo que la imagen de los firmantes del “gran pacto social” cogiditos de la mano era una “muy buena foto”, como buenas son las reformas acometidas hasta ahora por Zapatero (antes que la de las pensiones ya nos endilgó la laboral), aunque “insuficientes”.

Este señor de ternos elegantes y sonrisa satisfecha que va dando consejos sobre nuestros salarios y pensiones, culpables de la crisis económica de este país, predica con el ejemplo: se ha bajado su salario un 6,37 % y, además, continúa trabajando pese a haber cumplido ya los 65 años. En 2011 cobrará, con rebaja salarial 4,97 millones de euros, bastante menos que los 5,72 millones que ganó en 2008. Como las cifras me marean y soy de letras, voy a hacer la cuenta de la vieja para enterarme.

Los 4,97 millones de euros equivalen a 827 millones de las antiguas pesetas, que divididos entre doce mensualidades (le quito la paga de navidad y la de verano) nos da una nómina mensual de 69 millones de pesetas, que son 2,3 millones de pesetas al día. Como esta gente tan importante trabaja las 24 horas, incluso mientras duerme, cada una le sale a 96.000 pesetas (577 euros). En resumidas cuentas, que en dos horas de curro se levanta el sueldo mensual de un mileurista. Lo he puesto todo en pesetas porque me indigna más que en euros.

Estoy seguro de que don Francisco es un hombre inteligente y capaz, que todos los días toma decisiones importantes que en muchos casos harán ganar buenos dividendos a los accionistas del banco, pero pese a ello no me parece lógico ni razonable que alguien gane una cantidad tan indecente de dinero por trabajar, ni que haya un trabajo que lo merezca. Es como si te tocara la primitiva todos los días, cosa que no le ocurre ni al rey de la lotería, el señor don Carlos Fabra.

Vamos ahora con su pensión de jubilación (privada off course, que paga el banco): 80 millones de euros, 13.000 millones pesetas. La pensión media de jubilación en España es de 785 euros al mes, el 77% de nuestros mayores no llegan a mileuristas, y su paga representa tan sólo el 63% de la pensión media en la Unión Europea de los 15 (1.250 euros).

Hagamos más cuentas. Una persona que se jubile a los 65 años y viva hasta los 100 (que es mucho decir) cobrará durante 35 años, por un importe anual de 9.420 euros (tomando como referencia los 785 euros de la pensión media) y un total de 384.650 hasta su muerte centenaria. Comparando, los 80 millones de don Francisco equivalen a la de 208 personas que consiguieran llegar al siglo.

No sé a ustedes, pero a mí me parece inmoral, grosero, indecente, obsceno, vergonzoso y procaz que unos tengan tanto y otros tan poco. Don Francisco, ¿por qué no se calla?

Hasta el próximo lunes.

Hoy les voy a poner los dientes largos, pero antes una pequeña introducción. Ya saben ustedes que se van a jubilar dos años más tarde, a los 67, y que su pensión se va a ver reducida al ampliarse los años de cómputo (de 15 a 25) y el tiempo mínimo de cotización para tener derecho a la pensión máxima (de 35 a 37). Saben también que con estas cuentas nuestros hijos lo llevan claro, porque cada día se incorporan más tarde al mercado de trabajo y cuando lo hacen es con salarios de miseria que no se corresponden con su nivel de formación.

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