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Lo llaman democracia y no lo es
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Carlos Fonseca

Tirando a Dar

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Carlos Fonseca

Lo llaman democracia y no lo es

El presidente del Gobierno va a abandonar La Moncloa habiendo liquidado el Estado del Bienestar. La política económica que ha desarrollado no tiene nada de socialista

El presidente del Gobierno va a abandonar La Moncloa habiendo liquidado el Estado del Bienestar. La política económica que ha desarrollado no tiene nada de socialista (como se denomina su partido) y está muy alejada de la socialdemocracia que tanto alaba. Sus decisiones han sido las de un político de derechas que sitúa eso que llaman mercados por delante de los intereses de los ciudadanos con la excusa de que lo hace por el bien de todos. Zapatero dejará La Moncloa habiéndonos hecho más pobres y arrebatado derechos laborales que llevó años de lucha conseguir.

La reforma de la Constitución aprobada el viernes ha sido la puntilla. Treinta y tres años de sacrosanta e intocable Carta Magna y van el PSOE y el PP y le hacen un roto en cuatro días, con la oposición del resto de la Cámara (salvo UPN) y sin consultar a los ciudadanos en referéndum. La excusa de que es un tema muy complejo es un insulto a los ciudadanos. Como son ustedes tontos, ya decidimos nosotros. Un ejemplo de democracia bipartidista.

Otrosí, la cosa corría prisa porque corremos el riesgo de ser intervenidos y hay que trasladar confianza a eso que llaman mercados, que no se creen que seamos capaces de pagar nuestras deudas y llevan meses cobrándonos un congo en intereses para compensar el riesgo que corren al prestarnos dinero. Para demostrarles que sí, que somos solventes, la reforma incluye en el articulado de la Constitución un límite al déficit del Estado, que será concretado en una ley orgánica que se aprobará el próximo año (el 0,40% del PIB).

La reforma de la Constitución aprobada el viernes ha sido la puntilla. Treinta y tres años de sacrosanta e intocable Carta Magna y van el PSOE y el PP y le hacen un roto en cuatro días, con la oposición del resto de la Cámara

Es como si van ustedes a su banco y le dicen al director que ahora no pueden pagar la hipoteca, pero que no se preocupe, que se comprometen por escrito a hacerlo en 2020. Hagan la prueba y les sacan a patadas de la oficina. Incluir un compromiso en la Constitución no es  garantía de que vaya a cumplirse. La Carta Magna también recoge el derecho al trabajo y hay cinco millones de parados.

Semejante objetivo de déficit no lo ha cumplido ningún país de la UE en los últimos veinte años, pero para chulos, nosotros; y como de donde no hay no se puede sacar, pues hay que recortar. ¿De dónde? Pues de dónde va a ser, de donde siempre: salarios de los funcionarios (más que congelarlos los van a crionizar, como a Superman), educación (subirán las tasas universitarias), sanidad (vamos hacia el copago), inversión pública que genera empleo y mejora nuestra vida (carreteras, líneas de alta velocidad…), ley de dependencia, pensiones, privatización de servicios y empresas públicas, las sucesivas reformas laborales… y lo que queda. En definitiva, que van a desmontar el Estado del Bienestar y nos van a hacer la vida más difícil.

Todas estas medidas que aseguran van a “calmar” a los mercados, “transmitir” seguridad, que nos darán “estabilidad presupuestaria, “garantizarán” la recuperación económica y el Estado del Bienestar (qué discurso tan manido) no van a afectar a su promotor. Rodríguez Zapatero tendrá derecho a un sustancioso salario de por vida cuando abandone La Moncloa, y la posibilidad de trabajar en el Consejo de Estado si se aburre en casa o no le ofrecen un cargo de asesor, consejero o cualquier otro puesto de ringorrango en alguna empresa de postín, como les ha ocurrido a sus antecesores Felipe González y José María Aznar. Sonará a demagogía, pero es la puñetera realidad.

Los descontentos, los ciudadanos que exigen una política más participativa, el Movimiento 15M, no se sienten identificados con estos políticos y corean “que no nos representan, que no”; ni con esta forma de hacer política que limita la participación ciudadana a votar cada cuatro años y gritan “lo llaman democracia y no lo es”. Tienen razón.  

En este nuevo curso paso del miércoles al fin de semana, de modo que hasta el próximo sábado.

 

 

El presidente del Gobierno va a abandonar La Moncloa habiendo liquidado el Estado del Bienestar. La política económica que ha desarrollado no tiene nada de socialista (como se denomina su partido) y está muy alejada de la socialdemocracia que tanto alaba. Sus decisiones han sido las de un político de derechas que sitúa eso que llaman mercados por delante de los intereses de los ciudadanos con la excusa de que lo hace por el bien de todos. Zapatero dejará La Moncloa habiéndonos hecho más pobres y arrebatado derechos laborales que llevó años de lucha conseguir.