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Nerio Alessandri, el 'Steve Jobs' del gimnasio
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Carlos Camino

Todos los Caminos llevan a Roma

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Carlos Camino

Nerio Alessandri, el 'Steve Jobs' del gimnasio

El garaje es un templo del saber. En un garaje de Estados Unidos, Steve Jobs dio a luz al primer fruto de su vasto imperio. Al

El garaje es un templo del saber. En un garaje de Estados Unidos, Steve Jobs dio a luz al primer fruto de su vasto imperio. Al otro lado del Atlántico, en un garaje italiano, hace poco menos de 30 años, Nerio Alessandri daba a luz a Technogym, el equivalente de Apple en el fitness. Una empresa que emplea en todo el mundo a cerca de 2.000 personas y que ha servido aparatos para equipos profesionales como el Real Madrid o a excelsos particulares, como Madonna o George Clooney.

Technogym ha logrado aferrarse al trono de un mercado creado prácticamente por ellos mismos y que continúa al alza pese a la crisis económica, atrayendo desde deportistas individuales, como el tenista Rafa Nadal, a eventos completos. Y es que esta empresa ha sido proveedora exclusiva de los Juegos Olímpicos desde Sídney 2000 (repetirá en Londres) y de 16 de los 32 equipos que participaron en el Mundial de Sudáfrica. Todo de la mano del hijo de un capataz que hizo que su empresa facturase 350 millones de euros en 2010, un 15% más que en 2009 (cuando creció un 20% con respecto a 2008).

“Cuando empecé solo en mi garaje y con tan poco dinero era impensable que se pudiesen alcanzar semejantes metas”, explica a El Confidencial este emprendedor nacido hace 50 años en un pequeño pueblo de Emilia-Romaña (centro). Alessandri no fue a la Universidad – estudió un módulo superior de diseño industrial – y su paso por lo que hoy consideraríamos como becario fue escaso. Ejerció su profesión en una pequeña empresa local, pero, tal y como cuenta a este diario “el sueño de convertirme en emprendedor me llevó a embarcarme en esta aventura con la misma pasión y entusiasmo que tengo hoy”. Y es que esta pasión le roba todo el tiempo y le ha llevado incluso a rechazar la presidencia del comité organizador de la candidatura de Roma a los Juegos Olímpicos de 2020.

El pistoletazo de salida de Technogym tuvo lugar en 1983. “Todo partió como un hobby. Era una joven diseñador (techno) apasionado del deporte (gym) y de la combinación de estas dos pasiones nació Technogym – explica Alessandri-. Proyecté y construí el primer aparato en el garaje de mi casa, en mi tiempo libre y en los fines de semana”. El éxito de este primer diseño fue suficiente para que esta afición se convirtiese en una ocupación a tiempo completo, pasando del garaje de entonces al sillón en el consejo directivo de la Confindustria (patronal italiana).

La aventura americana

Poco después de comenzar, su hermano Pierluigi también se unió al proyecto, para llegar poco a poco hasta el punto de exportar estos aparatos a la patria del fitness: Estados Unidos. Una tarea que no fue fácil, pero el espíritu de trabajo diario y la ambición de este empresario, hizo evolucionar al fitness con un nuevo concepto: el wellness, el bienestar, llevando a América eso del mens sana in corpore sano.

“En los años 80, cuando fui a Estados Unidos se hablaba sólo de fitness, la palabra wellness no existía ni tan siquiera en el vocabulario inglés. En los primeros años 90 nosotros inventamos el concepto de bienestar”, explica al tiempo que clarifica estas dos palabras: “Fitness significa aparentar, wellness significa estar bien”. Un concepto convincente, casi una filosofía para Alessandri, pues a día de hoy, Technogym estima que cada día sus aparatos son utilizados por 20 millones de personas, entre las que se encuentra el inquilino de la Casa Blanca, pues en la residencia presidencial de EEUU se encuentra una de las instalaciones más conocidas de esta empresa.

Diez años después de su génesis en el garaje, Technogym se lanzó a la creación de un staff internacional. El equipo resulta vital para Alessandri, ya que lo califica como “el recurso más importante de una empresa”. Una empresa de la que no piensa ni por asomo en desprenderse. Una vez al ser preguntado sobre una hipotética venta respondió seco a la entrevistadora con otra cuestión: “¿Vendería usted a su hijo?”.

“Todavía hoy se puede triunfar”

Todos estos logros han sido conseguidos en un clima ejemplar que retratan a esta empresa como a una rara avis en un duro momento económico. Technogym ha sido correspondida con un premio Best Place To Work, mientras que Alessandri ha sido reconocido en otra ocasión como mejor empresario del año en Italia. Una empresa que se jacta de su juventud gracias a una plantilla cuya edad media ronda los 32 años. El mismo valor del que presumía este emprendedor cuando comenzó su aventura.

“Las circunstancias de hoy no son fáciles, pero todavía se puede triunfar – explica-. Cuando comencé la situación económica puede que fuese mejor, pero no partía de condiciones fáciles: no tenía dinero y venía de una familia que no tenía ninguna tradición emprendedora”, sin embargo, el deseo “de dejar huella” fue la gasolina que movió a Alessandri a llevar a cabo su aventura.

No sólo apunta hacia la juventud, sino también a otros valores de moda como la ecología. Technogym se encuentra desarrollando también aparatos que se ayuden de la propia energía que se genera cuando se hace ejercicio sobre ellos. Pero a él lo mueve otro tipo de energía, entre todas las palabras pronunciadas en la entrevista sobresale siempre una por encima de las demás: trabajo.

La empresa sigue creciendo y tiene otras actividades paralelas, como Starpool (dedicada a piscinas y saunas) y Enervit (de complementos alimentarios), siempre pensando en su famoso bienestar. Y es que nunca se detiene: “Los resultados son sólo un punto de partida”, nos confiesa. “Tengo muchos sueños por cumplir. Los sueños son la gasolina de los emprendedores”.

“Cuando llegaron los primeros colaboradores tuvimos que salir del garaje porque necesitábamos más espacio… pero en mi mente jamás he salido de aquel garaje, sólo he pasado a estar en garajes más grandes, pero con el mismo espíritu que tenía entonces”. Y es que hay quien piensa que los garajes sirven para algo más que aparcar el coche.

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