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La princesa Letizia, los seguros y un sector cicatero con los recursos propios, pero muy generoso con los ajenos
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La princesa Letizia, los seguros y un sector cicatero con los recursos propios, pero muy generoso con los ajenos

A la segunda va la vencida. Los Premios Solidarios del Seguro ya cuentan con una gran presidencia de honor: ni más ni menos que la Princesa

A la segunda va la vencida. Los Premios Solidarios del Seguro ya cuentan con una gran presidencia de honor: ni más ni menos que la Princesa de Asturias, doña Letizia Ortiz. De primeras, quizá no sepa hasta qué punto esa medida va a reportar luz y esperanza a muchos necesitados, pero tiempo al tiempo.

La idea de estos premios es que un sector basado en la solidaridad -para el que pueda pagarla-, que está entre los cinco primeros de actividad en el mundo, con unos 3 billones (“con b”) de dólares en primas anuales, que en España si suma primas y provisiones supera el 20% del PIB cada año y cuenta con unas 300 aseguradoras, más de 350 entidades de previsión social y casi 4.000 corredurías, bien podría estirarse para echar una mano a los que lo pasan mal. Pero no crean, le cuesta.

La explicación a su cicatería es que tienen claro que manejan recursos ajenos y lo importante es el negocio. Muchas aseguradoras tienen desarrollos en su balance social y contribuyen a las buenas causas, pero hace falta un nuevo esfuerzo que apele a la solidaridad en un doble sentido: hacia el propio sector, demostrando que las compañías son capaces de trabajar unidas para causas nobles, y contribuyendo, con sus donativos –que aquí llamamos premios-, a paliar muchos de esos pequeños y graves problemas que tiene el mundo en que vivimos, porque un grano no hace granero pero ayuda...

De eso se trata. De canalizar muchas pequeñas aportaciones -que no suelen sobrepasar los 10.000 euros- a través de ONG, para que financien proyectos concretos allí donde hagan falta. Lo importante es que participen un número significativo de aseguradoras, que son las encargadas de verificar el cumplimiento de cada proyecto. Los premios, que se entregan en efectivo, en un mismo momento y en un solo acto, pueden llegar a suponer cantidades importantes. Cuestión de tiempo y de conciencia.

De momento, han servido para poner en marcha medio centenar de programas solidarios, en todos los mundos posibles, que financian escuelas, viviendas dignas, atención a los refugiados, centros médicos, accesos al agua potable, formación profesional. También la investigación, la lucha contra las drogas, el cáncer, el paludismo, la hepatitis o el SIDA, y un largo etcétera.

El periodista Andrés Aberasturi ha sido el encargado de presentar las distintas ediciones. Pone su granito de arena, al igual que cuantos trabajan en INESE, la empresa organizadora, que coincide con la primera productora de información aseguradora en español. Es filial del gigante mundial Reed Elsevier, que edita más de 15.000 revistas diferentes en 180 países, cuenta con 35.000 empleados y el año pasado facturó 7.074 millones de euros, con un beneficio antes de impuestos de 1.510 millones de euros. Es importante destacar estos datos de Reed Elsevier, porque, en un momento determinado, con esa habilidad que sólo tienen las monarquías para estas cosas, el grado de aportación para causas solidarias de esta entidad anglo holandesa que cotiza en las bolsas de Londres, Amsterdam y Nueva York, podría ser mayor.

La idea se le ocurrió a un periodista y la propuso a los responsables de INESE, consciente del compromiso vocacional que esta empresa podría adquirir al convocarlos. Y la respuesta fue entusiasta porque el objetivo merecía la pena: ayudar a los más necesitados y acercar el seguro a la sociedad. Algo nada fácil, porque el seguro es tributario de sus contradicciones.

Como en toda actividad, las entidades aseguradoras tienen que dar a conocer sus marcas y productos para venderlos, pero el tomador de esos seguros tiene que saber latín para que ‘no se la cuelen’, le cobren de más o le aseguren de menos. Como custodian vidas y bienes, su trabajo se realiza de forma bastante opaca para el resto del mundo. Eso sí, con mucha estadística. Por ejemplo, saber que el día 22 de marzo la compañía Allianz hizo un primer pago a la familia Rayzábal de 20.230.000 euros por el siniestro del edificio Windsor, de su propiedad, ha costado lo que no está escrito. ¿Han visto algo publicado al respecto?

A la segunda va la vencida. Los Premios Solidarios del Seguro ya cuentan con una gran presidencia de honor: ni más ni menos que la Princesa de Asturias, doña Letizia Ortiz. De primeras, quizá no sepa hasta qué punto esa medida va a reportar luz y esperanza a muchos necesitados, pero tiempo al tiempo.