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Galicia, las concesiones del PSOE, la unidad de España y el futuro del Partido Popular
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Galicia, las concesiones del PSOE, la unidad de España y el futuro del Partido Popular

Un problema más. Un gran problema más para el PSOE y para el resto de España. Si hace dos meses destacados miembros del Partido Socialista gallego,

Un problema más. Un gran problema más para el PSOE y para el resto de España. Si hace dos meses destacados miembros del Partido Socialista gallego, con sede, poder y gran número de votos en aquellas tierras, comparaban al Bloque con Batasuna, con el que no se podía pactar, ni gobernar, ni comprometer el futuro de España, ha sido suficiente un sólo escaño (la diferencia de los obtenidos por el Partido Popular, 37 en solitario, con respecto a los que suman el PSOE y el Bloque, 25 más 13) para proclamar que la era Fraga ha terminado en Galicia, y con ella el gobierno del PP.

Treinta y ocho escaños son más que treinta y siete y, por consiguiente, “sumando intereses”, de lo dicho hace solamente dos meses por los máximos dirigentes del PSG, nada de nada. Ahora sí es posible pactar con el Bloque, porque de lo que se trata es de quitarle el gobierno al Partido Popular y mandar a don Manuel a la oposición. Democráticamente, y respetando la mayoría obtenida, nada que decir, porque, además, a ningún español le sorprenden los pactos y acuerdos de conveniencia y menos si se visten de reivindicación nacionalista: nuevo estatuto, reconocimiento de ‘nación’, compensación por la deuda histórica... Casi nada para empezar una coalición.

¿Lo podrá superar y llevar adelante el PSOE a nivel nacional? ¿Lo aguantará la unidad de España que ellos proclaman? ¿Esto es lo que les espera al resto de las regiones españolas? Porque si para defender los intereses de los ciudadanos, mejorar sus rentas, sus servicios y su calidad de vida, sean gallegos, vascos o catalanes, ya no son válidos los partidos de corte e implantación nacional, léase PSOE o PP, ¿cuál será el futuro del resto de las regiones españolas si los gobernantes tienen sus programas y presupuestos comprometidos e hipotecados con los partidos nacionalistas? ¿Será la solución, de nuevo, el ¡viva Cartagena!?

¿Qué pensará el PP de Galicia si con más del cuarenta y cinco por ciento de los votos de los ciudadanos en las cuatro provincias gallegas no puede gobernar y sí puede hacerlo el partido que solamente ha obtenido menos del treinta y tres por ciento? ¿Dónde está el mal? Puede estar acaso en la división interna del PP en Galicia, propiciada por quienes en épocas de bonanza quisieron apartar a quienes, con don Manuel como presidente del partido y del Gobierno regional a la cabeza, iniciaron la labor de ganarse la confianza de los gallegos, para luego tener que soportar que el poder y la confianza política obtenida por ellos pasara a segundas personas, alguna de ellas de perfiles políticos planos.

Es cierto que el presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha hecho una gran campaña en Galicia, pero no es menos cierto que en muchos lugares transcendía la división interna que vive el PP y transcendía de forma pública. Por eso, de cara al futuro, no vale negar la evidencia, el partido necesita una revisión y puesta a punto en profundidad y con rapidez, de programas y personas. Si con el cuarenta y cinco por ciento de los votos no se gobierna en Galicia y cada vez nos encontramos más solos y aislados, y con mayores dificultades para hacer alianzas de gobierno, tenemos un problema y será difícil que encontremos el camino del futuro político que España necesita y que muchos ciudadanos esperan de nosotros.

* Jesús Mañueco, ex diputado nacional del Partido Popular.

Un problema más. Un gran problema más para el PSOE y para el resto de España. Si hace dos meses destacados miembros del Partido Socialista gallego, con sede, poder y gran número de votos en aquellas tierras, comparaban al Bloque con Batasuna, con el que no se podía pactar, ni gobernar, ni comprometer el futuro de España, ha sido suficiente un sólo escaño (la diferencia de los obtenidos por el Partido Popular, 37 en solitario, con respecto a los que suman el PSOE y el Bloque, 25 más 13) para proclamar que la era Fraga ha terminado en Galicia, y con ella el gobierno del PP.