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“Renovarse o morir” y un par de verdades más en torno al complicado futuro del Partido Popular
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“Renovarse o morir” y un par de verdades más en torno al complicado futuro del Partido Popular

Es un clamor en la opinión pública que el Partido Popular tiene que renovarse. "Renovarse o morir", asegura un viejo dicho castellano. Pasó la Convención del

Es un clamor en la opinión pública que el Partido Popular tiene que renovarse. "Renovarse o morir", asegura un viejo dicho castellano. Pasó la Convención del mes de marzo, la de las propuestas y los programas, la del cambio generacional y el cambio de agendas capaz de hacer realidad una sociedad más feliz, y después de los aplausos, los discursos y la general satisfacción de los asistentes, lo que de verdad queda bajo la espuma es el tono de lo que se habla en voz baja entre los dirigentes del partido, en esos momentos de relax en los que todos se sueltan la faja y dicen lo que piensan de verdad, a tumba abierta.

La sociedad española -que considera al PP un partido de Gobierno-, está exigiendo a gritos a Mariano Rajoy que mueva el banquillo y haga cambios en la alineación. Alguien tan amante del deporte como él sabe mejor que nadie que hasta las mejores figuras llegan a perder la forma y el tino bajo el peso del cansancio psicológico y los años, de modo que los aplausos y ovaciones de ayer se tornan hoy en pitos y pañoladas. Y por mucho que no entienda las protestas, a veces injustas, el entrenador está obligado a escucharlas y atenderlas para rectificar el rumbo y obtener los resultados perseguidos.

¿De qué ha servido una Convención de la que al día siguiente nadie habla, y que tenía que haber puesto de manifiesto la voluntad de mirar hacia el futuro, olvidarse de una vez por todas del retrovisor de la Historia y cambiar a los conductores del convoy, porque la sociedad ya no confía en muchos de ellos? ¿De qué ha servido si al día siguiente no se perciben cambios de estrategia, ni propuestas, ni programa, sino más de lo mismo, vuelta a los hechos del pasado y al cansino "y tú más"? ¿De qué ha servido si dos días después nuestras propuestas no se comentan, no se publican y debaten, no las conoce esa sociedad que tendrá que votarnos? ¿De qué ha valido, en fin, si el discurso diario nos lo siguen marcando los de siempre, los Pepe Blanco, Pepe Bono, De la Vega y compañía, perpetuamente obligados a salir al paso de lo que haga o diga el señor Zapatero?

Esperábamos de esa Convención un punto y aparte, y el inicio de un capítulo original presidido por la asunción de nuevos compromisos con la sociedad, nuevas ideas capaces de ser gestionadas por un equipo ilusionante, creíble y renovado. De momento, nada de eso ha ocurrido. Y que no ocurra no solo es malo para el Partido Popular, sino también para la sociedad española en su conjunto.

Tras golpear machaconamente en la piedra del Estatuto de Cataluña, ya es evidente que el proyecto no tiene marcha atrás. Se trata ahora de darle color y difuminar las propuestas para que sea más fácil su aprobación, aprobación que será una realidad, que nadie lo dude, porque en ello se juega el gobierno socialista su ser o no ser. ¿Y cuando esto ocurra, -que no tardará-, qué pasará en el resto de Comunidades Autónomas? ¿Cuál es la alternativa del PP?

Como oposición, los populares se consideran en la obligación de presionar al Gobierno y desgastarle todo lo posible, poniendo en práctica la estrategia del "y un huevo duro más", que en la Cortes Generales, y en un alarde de generosidad destinado a acallar a la oposición, ofreció un presidente del Gobierno cuando proclamó aquello de que "yo ofrezco lo mismo que ustedes, y un huevo duro más".

Pero en esta guerra de desgaste político entre Gobierno y oposición, ¿alguien se preocupa por los ciudadanos? ¿Alguien repara en esos problemas reales que desconoce una clase política obsesionada por guardar su finca particular? ¿Alguien piensa en las necesidades de empleo, de educación, se servicios sociales y sanitarios? ¿Tal vez en los graves problemas de la perdida de renta y de población? ¿Quizá en el crecimiento del gasto público y en la falta de capacidad de inversión?

El desajuste y la desigualdad en la modificación de los Estatutos de Autonomía llevará irremisiblemente en un corto espacio de tiempo no a la España de dos velocidades, sino a la España rica que produce, crea y consume, y a la España pobre que resiste y sobrevive. O cambian mucho las cosas en nuestras administraciones públicas, o tiempo al tiempo. Y bien que me gustaría que esto nunca llegara a convertirse en realidad.

*Jesús Mañueco, ex diputado nacional del Partido Popular.

Es un clamor en la opinión pública que el Partido Popular tiene que renovarse. "Renovarse o morir", asegura un viejo dicho castellano. Pasó la Convención del mes de marzo, la de las propuestas y los programas, la del cambio generacional y el cambio de agendas capaz de hacer realidad una sociedad más feliz, y después de los aplausos, los discursos y la general satisfacción de los asistentes, lo que de verdad queda bajo la espuma es el tono de lo que se habla en voz baja entre los dirigentes del partido, en esos momentos de relax en los que todos se sueltan la faja y dicen lo que piensan de verdad, a tumba abierta.