Tribuna
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Dejar de matar no tiene precio
En el Partido Popular del País Vasco lo tenemos claro: el único comunicado que aceptamos por parte de ETA es el que anuncie su disolución definitiva,
En el Partido Popular del País Vasco lo tenemos claro: el único comunicado que aceptamos por parte de ETA es el que anuncie su disolución definitiva, la entrega de las armas y su renuncia final a seguir ejerciendo la presión, la amenaza y el chantaje que ejercen sobre esta sociedad.
Esto no se ha producido, ETA sigue siendo la misma, los terroristas y sus apoyos no han cambiado un ápice. De hecho, la banda terrorista mantiene su posición de siempre y nos pone un precio político por dejar de matar. Esto no es aceptable. Lo decimos a menudo; matar no tiene precio y dejar de matar, tampoco.
ETA mantiene sus exigencias, sus objetivos de siempre y, lo peor, persiste en su intención de tutelar la vida política y democrática de nuestro país. Las condiciones son las de siempre y nosotros pensamos sinceramente que no se puede pagar un precio político, tal como algunos están dispuestos a hacer.
¿Qué es lo primero que ha hecho el lehendakari Ibarretxe? Poner en marcha la mesa de partidos que reclaman Batasuna y ETA. Ibarretxe está ya convocando a los partidos vascos para preparar una mesa de partidos en la que el guión político lo marcan los terroristas. Éste es ya el primero de los precios que quieren pagar a los violentos.
Nosotros ofrecemos todos el apoyo al Gobierno para recuperar el Pacto por las Libertades y la política que se ha mostrado eficaz en el debilitamiento de los terroristas y sus apoyos. Y esperamos que el comunicado no condicione la actuación de la Justicia ni la persecución policial de los terroristas. Hemos sufrido mucho y aguantado demasiado como para que el terrorismo venza a la razón, la dignidad y la democracia.
* María San Gil es presidenta del PP del País Vasco.
En el Partido Popular del País Vasco lo tenemos claro: el único comunicado que aceptamos por parte de ETA es el que anuncie su disolución definitiva, la entrega de las armas y su renuncia final a seguir ejerciendo la presión, la amenaza y el chantaje que ejercen sobre esta sociedad.