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Génova sí paga a traidores
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Génova sí paga a traidores

O por lo menos parece que está dispuesto a ello. Todo es bueno para el convento, decía un monje, pensando que, le dieran lo que dieran,

O por lo menos parece que está dispuesto a ello. Todo es bueno para el convento, decía un monje, pensando que, le dieran lo que dieran, aquello era lo mejor para su comunidad. De ahí que, tras cargar con ello, acarrearlo y exhibirlo, cuando llegaba a su casa tenía que avergonzarse ante las consideraciones que los superiores le hacían. Le recriminaban haber recogido, no solo material inservible, sino además contraproducente para los principios por los que se regía el monasterio, principios que les daban credibilidad y formaban parte de su esencia, principios y razón de ser.

Aquí puede ser más complicado. Porque no se trata de que cualquier dirigente del partido, en cualquier provincia, esté dispuesto con tal de ampliar su base de posibles a sumar a sus filas personas diligentes y responsables que, siendo parte del espíritu del partido en el que siguen militando, tengan opiniones encontradas con las de la actual cúpula directiva, personas que manifiestan abiertamente su disparidad de ideas y criterios para afrontar problemas transcendentes en la vida española y en la salud democrática de los partidos. Simplificar esto e intentar incorporales con la posible compra de sus voluntades, y pasarlos de ser dirigentes cualificados del Partido Socialista a cabeceras de lista en el Partido Popular, es echar por la borda los valores diferenciados de una sociedad pluriforme en ideas, culturas, principios y pensamientos; es tratar de hacer con ello un ‘todo vale’, demostrar que lo que se persigue es llegar al poder de la forma que sea y utilizar todo aquello que se ponga a nuestro servicio. “Cuanto peor, mejor”, parece ser el resumen de este desatino. No importan los principios de los partidos, ni siquiera los de las personas y su dignidad.

“Hay gente muy próxima a estos dirigentes y a Mariano Rajoy -todos ellos en el País Vasco-, trabajando para que esta posibilidad se concrete antes de las elecciones generales”. Obviaré, por respeto primero y por el asco que siento después, los nombres de las personas que intentan mediar -no sé si medrar- entre los miembros populares y los posibles tránsfugas socialistas. Quizá tránsfugas, en este caso, de personas más notables y con poder, que han representado y dirigido instancias políticas y administrativas del más alto nivel, es un calificativo muy duro. La palabra tránsfuga debemos de utilizarla solamente cuando a un pobre concejal de pueblo o alcalde rural, por venganzas y ambiciones políticas, se le saca con nocturnidad de las listas tras haber ganado para su partido las elecciones anteriores. Es un pobre concejal que, cuando ha dejado el terreno abonado, se le desplaza y deja fuera, para colocar a algún amiguito de alguien, o amigo de algún benefactor.

Pero la sutileza y finura en este caso ante la opinión pública, para no escandalizar, además del trabajo realizado por los mediadores, queda expresado de la siguiente forma y con la siguiente frase: “Desde el Partido Popular, se insiste en que las puertas están abiertas y que si alguno de estos socialistas “marginados” quiere, en algún momento, sumarse al proyecto de Rajoy, tendrá toda clase de facilidades”. Justificar esta corrupción de ideas, de ética y de principios, traicionando a quienes con mucho esfuerzo y sacrificio, han llevado este partido desde el año 1977 hasta estos días, es la muestra más clara, de la descomposición política que vivimos y de la falta de valores, de respeto y de sentido democrático.

Esto exige sin ninguna duda, una nueva refundación del Partido Popular, proyectos y soluciones para afrontar el futuro y que los dirigentes actuales, con dignidad y limpieza, pongan sus cargos a disposición del Partido y de una nueva Junta Directiva Nacional. Estos hechos, ciertos, demuestran claramente que es necesaria una regeneración política. Construir y levantar un partido democrático, honesto, con valores liberales y conservadores, que represente a esa sociedad centrada y solidaria, mayoría en España actualmente, encierra mucho sacrificio, mucha abnegación y muchos años de trabajo. Dinamitarlo, solamente perder la orientación, los principios, los valores y los programas. Es posible, por no decir seguro, que la dignidad de los tentados, no les permita escuchar los cantos de sirena que les susurran, y si es así, que es como debe ser, ¿que harán los mediadores y los oferentes? ¿dónde quedarán sus principios y dignidad?

*Jesús Mañueco es ex diputado y ex senador por el Partido Popular.

O por lo menos parece que está dispuesto a ello. Todo es bueno para el convento, decía un monje, pensando que, le dieran lo que dieran, aquello era lo mejor para su comunidad. De ahí que, tras cargar con ello, acarrearlo y exhibirlo, cuando llegaba a su casa tenía que avergonzarse ante las consideraciones que los superiores le hacían. Le recriminaban haber recogido, no solo material inservible, sino además contraproducente para los principios por los que se regía el monasterio, principios que les daban credibilidad y formaban parte de su esencia, principios y razón de ser.

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