Manifiesto de los Cien: reformar la negociación colectiva pensando en las pymes

Un grupo de economistas hemos presentado una propuesta de reforma de la negociación colectiva promovida desde Fedea, cuyos detalles pueden consultarse en la web de esta institución.

La propuesta pretende completar la reforma laboral aprobada el pasado verano. Muchos expertos coincidían que dicha reforma laboral resultaba insuficiente y que era necesario completarla limitando la ultraactividad y desarrollando mecanismos para resolver conflictos en la aplicación de las cláusulas de descuelgue de los convenios colectivos de ámbito superior a la empresa que contenía la reforma.

Además, nuestra propuesta incluye un cambio en la eficacia general exigiendo mayores niveles de representatividad de los interlocutores sociales en los convenios de ámbito provincial/sectorial, así como indicaciones para aumentar la coordinación a favor de mejorar la competitividad y el estimulo a la negociación colectiva a nivel de empresa permitiendo la concurrencia con otros convenios de ámbito superior.

Este último aspecto resulta especialmente relevante dado el tejido empresarial de nuestro país. Es verdad que actualmente ya existe la posibilidad para los convenios de ámbito superior a la empresa de concurrir con convenios nacionales. Nuestra propuesta pretende extender esta facultad a las empresas.

Para las grandes empresas ello significa un paso enorme. Se trata de que puedan llegar libremente a acuerdos con sus trabajadores sin que los convenios de ámbito superior se lo impidan, dando lugar a ajustes vía destrucción masiva de empleo en las recesiones

Nuestra propuesta incluye un cambio en la eficacia general exigiendo mayores niveles de representatividad de los interlocutores sociales en los convenios

Para las pyme, el proceso de negociación de un convenio propio es en muchos casos demasiado costoso. Para estas empresas el principal mecanismo de flexibilidad son las cláusulas de descuelgue. Con la reforma de la Ley 35/2010  los descuelgues ya son posibles mediante un acuerdo de empresa. Nuestra propuesta  completa esa reforma en dos dimensiones. En primer lugar, permite explícitamente la renovación de los acuerdos de inaplicación salarial siempre que persistan las causas que lo motivaron, un aspecto que en nuestra opinión resulta bastante ambiguo en la reforma de 2010.

Una lectura restrictiva de la reforma de junio obligaría a las empresas a converger a los salarios pactados en un plazo máximo de 3 años lo que, en la práctica, solo significaría  mínimas ganancias del descuelgue: pensemos que en este supuesto, en el segundo o tercer año, la empresa tendría que aumentar obligatoriamente los salarios más que sus competidores (otras empresas cubiertas por el convenio) para igualarlos.

La segunda ventaja para las pequeñas y medianas empresas de nuestra propuesta es la introducción del arbitraje vinculante en los contenidos mínimos de los convenios. Esta reforma es crucial para posibilitar los descuelgues en caso de desacuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores.

En definitiva, se pretende que haya más negociación colectiva, que ésta tenga lugar  a nivel de la empresa, donde las condiciones laborales puedan pactarse con mucha más precisión que en ámbitos superiores, que los trabajadores no sufran la enorme desprotección que supone el desempleo, y que la negociación colectiva no se utilice para  establecer trabas a la competencia.

Se trata, por lo tanto, de de modernizar un sistema que básicamente no ha cambiado desde 1980 de manera que los acuerdos entre trabajadores y empresarios permitan ganar competitividad en un entorno global que no perdona al que no sepa adaptarse.

 *José Ignacio García-Pérez, Sergi Jiménez y Pablo Vázquez son promotores del Manifiesto sobre la reforma de la negociación colectiva.