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Una generación no tan perdida

Sí, los jóvenes son ni-ni: ni tan pasotas como se pensaba ni tan generación perdida como algunos han querido ver. Se han sentado en distintas plazas

Sí, los jóvenes son ni-ni: ni tan pasotas como se pensaba ni tan generación perdida como algunos han querido ver.

Se han sentado en distintas plazas de España desde el 15 de mayo pasado. Y eso que tenían fama de ser pasivos, comodones, sin valores. Algunos son jóvenes, otros no tanto. No se sienten representados ni por partidos políticos ni por sindicatos, una característica que ya ponía de manifiesto algún que otro informe del Injuve o del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Los movimientos sociales que han surgido desde el 15 M han venido a demostrar que nuestra juventud no es tan pasota como pudiera pensarse. Y es que clichés e ideas preconcebidas sobre los jóvenes los hay a montones pero con los datos en la mano el colectivo de los 25-35 años no sale tan mal parado comparado con otras generaciones.

Es evidente que existen claroscuros (como siempre los ha habido en otras generaciones), pero hay mucha falacia en torno a este grupo de edad, alimentada en numerosas ocasiones por los titulares sensacionalistas de los medios.

Por ejemplo, a pesar de las cifras de paro y de la incertidumbre laboral, sus hermanos mayores, los de la generación X, tuvieron más dificultades que ellos para encontrar trabajo: “Este colectivo es quizás el que más suerte ha tenido en términos de inserción laboral porque justo en los años decisivos para su inserción hubo una gran creación de empleo en España: ocho millones más de ocupados entre 1994 y 2007, pasando de 12 a 20 millones. En términos de inserción laboral son uno de los que menos hemos sufrido, otras generaciones anteriores lo pasaron peor”, explica Juan Ignacio Martínez Pastor, doctor en Sociología y profesor de la UNED.

También, si hablamos de estructura ocupacional, ésta ha mejorado: “Se han encontrado con un mercado laboral más polarizado, pero ha sido una polarización asimétrica: han crecido más los mejores empleos que los peores y éstos son ocupados por inmigrantes”, continúa Martínez.

Es evidente que el título universitario ya no es tan rentable como antes. ¿Por qué? Porque hay muchos titulados, algunos en materias que carecen de salida en el mercado, y pocos puestos de trabajo ad hoc. Una cuestión de oferta y demanda

Sin embargo, es innegable que se enfrentan a un mercado laboral más precario, con altas tasas de temporalidad (muchos defienden que la Reforma Laboral de 1984 que introdujo los contratos temporales fue una especie de pacto intergeneracional para salvaguardar los derechos de los mayores en contraposición de los de los más jóvenes). También, es evidente que el título universitario ya no es tan rentable como antes. ¿Por qué? Porque hay muchos titulados, algunos en materias que carecen de salida en el mercado, y pocos puestos de trabajo ad hoc. Una cuestión de oferta y demanda.

Otra de las falacias sobre este colectivo es lo de la emancipación tardía. En efecto, los latinos nos emancipamos más tarde que otras nacionalidades, una característica que no es nueva porque ya tenía lugar en la Edad Media. Pero el grupo de los 25 a los 35 años no lo ha hecho más tarde que sus hermanos mayores: “La generación del baby-boom tenía una tasa de emancipación en los años 90 de apenas un 18%. Es cierto que el grupo de 25 a 35 años tiene dificultades de emancipación, sobre todo en la crisis actual. No obstante, ha conocido tasas de emancipación del 30% (en 2008), porcentaje que actualmente es del 27%”, cuenta Gabriel Alconchel, director general del Injuve.

Cabría preguntarse además a cuántos padres y madres les agradaría que sus hijos se fuesen de casa de cualquier manera… Podríamos seguir enumerando falacias, como la de que carecen de valores, que ha sido desmontada por las movilizaciones surgidas desde el 15 M. En todo caso, la etiqueta de “perdida” atribuida a los jóvenes resulta malograda. Tanto como las circunstancias actuales del que la utilizó por primera vez: Dominique Strauss-Kahn.

Lucia Martín es autora de ¿Generación Perdida? Desmontando ideas sobre los jóvenes. Editorial Áltera

Sí, los jóvenes son ni-ni: ni tan pasotas como se pensaba ni tan generación perdida como algunos han querido ver.