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Prórroga sin intereses, una alternativa al desahucio
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Prórroga sin intereses, una alternativa al desahucio

¿Y si se aplicase una quita a los préstamos hipotecarios en serias dificultades demostrables,  por parte de las entidades financieras? ¿Acaso sería una barbaridad ?

¿Y si se aplicase una quita a los préstamos hipotecarios en serias dificultades demostrables,  por parte de las entidades financieras? ¿Acaso sería una barbaridad ?

Tal vez sería mucho más racional aplicar una quita en origen en las entidades financieras, antes que pasar los activos a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria o Sareb -más conocido como Banco Malo- con la misma quita o con un descuento mucho más elevado.

Entendemos que objetivar esta contingencia es francamente difícil sin rasgarnos las vestiduras y sin pensar que pueden surgir mil y un aprovechados que apurarían hasta el último segundo de impago, esperando este regalo de última hora.

En cualquier caso, ¿no sería socialmente mucho más justo? De entrada, se evitarían los espectáculos dantescos del desahucio, y se ofrecería una nueva oportunidad a familias desesperadas que han perdido la ilusión y ya no tienen a que aferrarse en el mundo.

¿Cómo se tendrían que estructurar estas situaciones? Desde un punto de vista de justificación económica sería prácticamente imposible para la entidad financiera por lo que, lógicamente, tendría que gozar de la autorización del supervisor y la regulación correspondiente.

¿En qué momento se declara una operación en el umbral de la quita? Quizás el procedimiento más sencillo sería en aquellos préstamos con claros síntomas de imposibilidad de pago, por las penurias económicas que sufren las familias. A ellos habría que otorgarles una gracia temporal, en forma de préstamo bullet, estableciendo un periodo de pauta en el pago y aplazándolo dos o tres años sin acumulación de intereses.

En el fondo, qué más da. Es indiferente otorgar ayudas públicas a las entidades financieras (que pagamos entre todos los contribuyentes) o conceder la gracia temporal a los ciudadanos directamente, demostrando verdaderamente que esa persona, esa familia, se encuentra, de momento, en imposibilidad material de poder hacer frente en estos momentos a la carga financiera. 

En términos de coste financiero, un préstamo de 100.000€ puede arrastrar una carga anual de 3.000€/año. Unas cifras que supondrían que el Sareb  se quedase con los inmuebles de más de 100.000 euros y los créditos de más de 250.000 euros, pero es por simplificar.

Una condonación o quita a tres años arrastra una carga de 9.000€, en el supuesto de un préstamo de 100.000€ ¿No es muchísimo más elevada una quita del 50% de la tasación o superior, que sería un mínimo de 50.000€ que es lo que va a suceder con el pase al Sareb? Por tanto son 50.000€ contra 9.000€. La apuesta es clara. Está por ver si la voluntad política y financiera también. Con el pasado poco podemos hacer.  Pero el futuro todavía está por escribir.

Juan Luis Domínguez, Doctor en Económicas y profesor en la Universidad de Barcelona / Eduardo Aznar Berruezo, Doctor en Económicas y profesional en Servicios Financieros e Inmobiliarios.

¿Y si se aplicase una quita a los préstamos hipotecarios en serias dificultades demostrables,  por parte de las entidades financieras? ¿Acaso sería una barbaridad ?