Conciliación sí, pero para todos

Desde hace años, uno de los caballos de batalla de empresas y empleados ha sido el poder conciliar la vida laboral y la profesional de una manera equilibrada. Estudios e investigaciones científicas han corroborado a lo largo y ancho del panorama laboral la importancia vital de esta conciliación así como las ventajas que reporta también al ámbito laboral. El equilibrio entre vida personal y profesional ayuda a que los trabajadores se sientan más satisfechos y encuestas como la realizada por Adecco sobre Las claves de la Felicidad en el Trabajo muestran que más del 95% de los trabajadores cree que satisfacción laboral y mayor productividad van de la mano.

Igualmente, desde hace años, el campo de los recursos humanos –en una visión transversal de Administraciones Públicas, empresas privadas, sindicatos y otros colectivos- ha avanzado en esta materia, procurando herramientas y sistemas que ayuden a hacer posible el equilibrio tan buscado por los trabajadores y directivos: fórmulas de flexibilidad horaria, servicios de guardería y comedores, teletrabajo, jornadas reducidas… 

Para que estas ideas calen en el imaginario colectivo, es la misión de todos pensar en conciliación como algo positivo para las personas, no para un género concreto, sino como algo que es beneficioso para cualquier trabajador, independientemente de su sexo, su posición dentro de la empresa o su cargo directivo o de plantilla.

El equilibrio entre la vida profesional y personal es un reto por el que pelear todos como sociedad. En la última Encuesta de Directivas realizada por Adecco, un 47% de mujeres consultadas reconocía tener problemas para conciliar estos dos aspectos de su vida diaria. ¿Se imaginan qué resultados obtendríamos si esta misma pregunta se realizase entre hombres con las mismas responsabilidades laborales? Es más, el 93% de las encuestadas afirmaba que las medidas de conciliación eran aprovechadas principalmente por las mujeres.

Todos, absolutamente todos los trabajadores, sean del sexo que sean, tengan el número de hijos que tengan, dediquen su tiempo libre a la actividad que la dediquen…, tienen derecho a conciliar, a disfrutar de tiempo de ocio, descanso y desconexión de la vida laboral

Es cierto que, tradicionalmente, la mujer ha tenido un papel mucho más reivindicativo en este tipo de temas. Sin embargo, en pleno siglo XXI ha llegado la hora de cambiar el discurso. En lugar de ello, lo que hay que hacer es educar en valores de igualdad, promocionar la igualdad de oportunidades y salarios en cada empresa en función de la valía del trabajador y no por su condición; poner al servicio de toda la plantilla las políticas de conciliación necesarias para encontrar ese equilibrio tantas veces evocado y ayudar a que el entorno de trabajo sea el idóneo para que todos nos podamos sentir satisfechos en nuestro empleo. No me cabe la menor duda de que esto traerá enormes beneficios tanto para los trabajadores como para las propias empresas, que verán traducidos esos índices de felicidad en una mejora de la productividad.