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El domingo ‘tenemos’ elecciones en Alemania
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El domingo ‘tenemos’ elecciones en Alemania

Casi no nos extraña leer esta frase, en primera persona del plural. En realidad, tienen elecciones ellos, los alemanes, pero sus votos nos afectan

Foto: Vista general de una valla electoral que se burla del típico gesto de la canciller alemana Angela Merkel (Efe).
Vista general de una valla electoral que se burla del típico gesto de la canciller alemana Angela Merkel (Efe).

Casi no nos extraña leer esta frase, formulada en primera persona del plural. En realidad, tienen elecciones ellos, los alemanes, pero estamos convencidos de que sus elecciones nos afectan. No sucede lo mismo con Italia o con el Reino Unido. Allí 'tienen' elecciones. Este domingo, todos las 'tenemos'.

¿Ganará 'la' Merkel? Le hemos puesto ese artículo que se utiliza para las personas que, de alguna forma, han entrado en el propio mundo. Aunque realmente no sepamos muy bien por qué sigue ahí, cuál es el secreto de su éxito. Lo más que se nos ocurre es que ha llevado a Alemania sin mucho daño a través de una crisis económica que en otros países ha causado estragos y, consecuentemente, ha dado al traste con gobiernos. Tampoco sabemos muy bien cómo ha capeado el temporal  y ni siquiera tenemos claro que haya sido mérito suyo. El caso es que ahí está y se vuelve a presentar a unas elecciones justo una semana después de que sus socios bávaros recuperaran la mayoría absoluta que perdieran por primera vez hace cuatro años.

En realidad, la alternativa es un futuro con Merkel o sin Merkel. Y no nos engañemos; si es con la canciller será más de lo mismo; si no, ignoramos qué será. Porque, si está Merkel, sus socios en el gobierno pondrán, en todo caso, acentos (en el actual Ejecutivo, los liberales, a la búsqueda del líder perdido, ni siquiera han conseguido esto)

Un escenario apunta a que los liberales entren en el Parlamento y se repita la actual coalición entre la democracia cristiana y ellos. Un segundo escenario predice que los liberales entran, pero no se genera entre los dos partidos una mayoría suficiente, con lo que se iría hacia un ménage à trois con los ecologistas. La tercera variante es que los liberales no entran y se recupera la 'Gran Coalición' de la democracia cristiana con los socialdemócratas. La cuarta posibilidad sería una coalición entre los de Merkel y los ecologistas. Finalmente, si el resultado fuera desfavorable a la CDU de Merkel, se podría dar una alianza entre SPD, los ecologistas y Die Linke, el partido de izquierdas.

En realidad, la alternativa es un futuro con Merkel o sin Merkel. Y no nos engañemos; si es con la canciller será más de lo mismo; si no, ignoramos qué será. Porque, si está Merkel, sus socios en el gobierno pondrán, en todo caso, acentos (en el actual Ejecutivo, los liberales, a la búsqueda del líder perdido, ni siquiera han conseguido esto). Pero en lo esencial, la vida seguirá igual. Porque la camaleónica Merkel ya ha ido asumiendo suficientes postulados socialdemócratas y suficientes postulados ecologistas como para que a los partidos correspondientes les quede poco que añadir. Habría pues algún acento nuevo, pero la melodía básica sería la misma.

En cualquier caso, la política económica para Europa, hecha entre Berlín y Frankfurt, seguirá anclada en el dogma alemán de postguerra (o sea: en el trauma alemán de preguerra) de contención y ajuste, le pese a quien le pese. Por lo demás, en otros campos (¿existen todavía 'otros campos de la política' o se ha reducido esta a gestionar la economía?) Alemania no parece buscar liderazgo. O, al menos, un liderazgo incómodo.

Mariano está cumpliendo los deberes

A España se le seguirá exigiendo lo mismo: que sea un discípulo aplicado y que aguante el tirón. Lo demás (el fomento de la economía, la disminución del paro) depende más bien del Gobierno español, a quien, desde luego, ahora se ve en Berlín con más benevolencia que hace aún pocos años. De Mariano Rajoy se tiene la percepción de que está cumpliendo los deberes, una vez que se ha desinflado bastante la coalición mediterránea que parecía que iba a cuajar entre Italia, Francia y España, coalición más proclive a complementar el ajuste con el fomento de la economía. Pero Hollande se ha desinflado, Letta es más gris que Monti y todavía busca su espacio y Rajoy no tiene un talante muy revolucionario y no se va a inmolar en solitario.

Si el próximo canciller fuera el socialdemócrata Peer Steinbrück, se abriría una incógnita. No es un radical, ha sido ministro con Merkel, pero quizá tuviera que pagar peaje a sus socios verdes y post-comunistas, si se llegara a esa coalición. Difícil de predecir lo que eso puede suponer.

En cualquier caso, el domingo 'tenemos' elecciones. Hacia las 11 de la noche sabremos si habrá Merkel para cuatro años más.

* Enrique Banús es director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Internacional de Cataluña y presidente de la Asociación Internacional de Estudios Europeos. 

Casi no nos extraña leer esta frase, formulada en primera persona del plural. En realidad, tienen elecciones ellos, los alemanes, pero estamos convencidos de que sus elecciones nos afectan. No sucede lo mismo con Italia o con el Reino Unido. Allí 'tienen' elecciones. Este domingo, todos las 'tenemos'.

¿Ganará 'la' Merkel? Le hemos puesto ese artículo que se utiliza para las personas que, de alguna forma, han entrado en el propio mundo. Aunque realmente no sepamos muy bien por qué sigue ahí, cuál es el secreto de su éxito. Lo más que se nos ocurre es que ha llevado a Alemania sin mucho daño a través de una crisis económica que en otros países ha causado estragos y, consecuentemente, ha dado al traste con gobiernos. Tampoco sabemos muy bien cómo ha capeado el temporal  y ni siquiera tenemos claro que haya sido mérito suyo. El caso es que ahí está y se vuelve a presentar a unas elecciones justo una semana después de que sus socios bávaros recuperaran la mayoría absoluta que perdieran por primera vez hace cuatro años.

Angela Merkel Berlín