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El delincuente no es la víctima, Sra. Carmena
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El delincuente no es la víctima, Sra. Carmena

Los problemas de seguridad no se van a resolver sentando a una misma mesa a los delincuentes con sus víctimas. Eso solo conseguiría humillar a la víctima del delito

Foto: La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. (EFE)
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. (EFE)

El nuevo modelo de seguridad impulsado por la alcaldesa Carmena en Madrid -basado en jurados vecinales, gestores de barrio y consejos, comisiones y centros comunitarios varios- ha sido ampliamente criticado por lo que es: un intento de crear una Administración paralela sometida a criterios políticos y en perjuicio de los legítimos responsables de nuestra seguridad y justicia.

Existe, sin embargo, una cuestión añadida digna de censura que ha sido ignorada hasta ahora y que me gustaría destacar en este artículo. En efecto, el informe oficial que establece el nuevo modelo -informe generosamente pagado a su autor a razón de 16.500 euros, pese a no tener más que siete folios, tres de los cuales son gráficos- se basa en una peligrosísima idea: que el delincuente y su víctima son equiparables.

El plan parte de una premisa cierta: el barrio de Embajadores (que incluye a Lavapiés y el Rastro) tiene un grave problema de seguridad. El primer párrafo del estudio destaca que la tasa de delitos como “la venta de drogas, los hurtos o los robos violentos” está, en Embajadores, entre las más altas de Madrid.

Dicho esto, un poco más adelante, se cita otro estudio de 2010 para afirmar que “varios colectivos” muestran “una clara animadversión a la presencia policial.” Estaríamos, pues, ante un barrio en el que se cometen muchos delitos y, al mismo tiempo, “varios colectivos” (no se dice cuáles) se oponen a la presencia policial. ¿No serán esos colectivos los que cometen o se benefician de los delitos? Es evidente que cuantos más delitos se cometen en una zona, mayores son los intereses creados en torno a su comisión, mayor es el número de personas que se lucran de ellos y, por tanto, más gente hay que se opone a una presencia policial que los pueda combatir. En todo caso, parece difícil creer que las víctimas de los delitos se opongan a la presencia policial.

Es tal la furia igualitarista de la alcaldesa Carmena, que pretende incluso imponer un modelo de seguridad que iguala a todos

El diagnóstico del estudio, en suma, se basa en dos ideas: el barrio tiene un serio problema de seguridad y, al mismo tiempo, la presencia y labor policiales son contraproducentes. O, dicho de otro modo, tan malo es el que haya muchos delitos como que ciertos (e indefinidos) “colectivos” se opongan a la intervención de la policía.

Dicho diagnóstico deriva necesariamente en iniciativas de seguridad que equiparan a delincuentes y víctimas. Por ello, el nuevo modelo tiene entre sus funciones la asistencia a personas afectadas por situaciones de inseguridad e injusticia (sean víctimas o infractores…). Es decir, las personas afectadas por la inseguridad e injusticia son tanto las víctimas de los delitos como sus autores (a los que se denomina, eufemísticamente, infractores).

Al partir de la premisa de que tan importante es atender a los delincuentes como a sus víctimas, la respuesta a los problemas de seguridad desemboca en la mediación. Un objetivo específico del modelo será, pues, tratar a grupos de vecinos, víctimas e infractores desde enfoques psicosociales preventivos, usando técnicas de mediación, etc. La mediación, recordémoslo, presupone que los intereses de los que a ella acuden para solucionar un conflicto son igualmente legítimos. Es decir, tan legítima será la posición de quien cometa un robo como de quien lo sufra. Los dos deberán ceder algo para poder llegar a un acuerdo.

Esto es delirante. Es tal la furia igualitarista de la alcaldesa Carmena, que pretende incluso imponer un modelo de seguridad que iguala a delincuentes y víctimas y, ante la comisión de un delito, busca “mediar” entre los dos. Pero ¿qué demonios debería ceder la persona a la que le hayan desvalijado la casa para llegar a un acuerdo con su desvalijador?

No, Sra. Carmena, los problemas de seguridad en Embajadores no se van a resolver sentando a una misma mesa a los delincuentes con sus víctimas. Eso solo conseguiría humillar a la víctima del delito. Los problemas se resolverán con la Ley en la mano, confiando en los legítimos defensores del orden y la seguridad de nuestra ciudad, como son la policía y los jueces.

Percival Manglano es concejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid y exconsejero de Economía de la Comunidad de Madrid

El nuevo modelo de seguridad impulsado por la alcaldesa Carmena en Madrid -basado en jurados vecinales, gestores de barrio y consejos, comisiones y centros comunitarios varios- ha sido ampliamente criticado por lo que es: un intento de crear una Administración paralela sometida a criterios políticos y en perjuicio de los legítimos responsables de nuestra seguridad y justicia.

Robos Ayuntamiento de Madrid Manuela Carmena