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Estudiar en la universidad, ¿para qué?

Hubo un tiempo en que los graduados universitarios eran los elegidos para la gloria. ¿Compensa embarcarse hoy en una educación universitaria?

Foto: Varios universitarios se hace un selfi durante su graduación. (Reuters)
Varios universitarios se hace un selfi durante su graduación. (Reuters)

Acabar la universidad ya no significa el ingreso en la clase media, como concluye el centro de investigaciones Pew; si en 2012 un 37% de los norteamericanos lo considerabanecesario, hoy esa cifra se reduce al 30%. Un trabajo seguro es, para el 89% de los encuestados, el criterio más importante para formar parte de la clase media.

Paradójicamente, hoy el trabajo es lo menos seguro de todo. En apenas dos décadas, la informatización eliminará uno de cada dos puestos de trabajo en los Estados Unidos, según un estudio de la Universidad de Oxford. Y ninguna profesión estará a salvo.

Con estos mimbres, no es de extrañar el auge de jóvenes que ni estudian ni trabajan: los ninis. Con datos de la OCDE, este fenómeno afecta ya a uno de cuatro jóvenes en España. Un fenómeno global: en Turquía, un 31% de los jóvenes son ninis; en México, un 22%. La universidad, ¿para qué, si ademáses tan cara?

El coste de la educación universitaria

Desde una perspectiva histórica, es cierto que los costes se han disparado: en 1970,Harvard anunciaba que, por primera vez desde su fundación en 1650, incrementaría la matrícula por segundo año consecutivo hasta los 2.600 dólares. Si incorporamos la inflación, matricularse en Harvard costaría hoy unos 15.000 dólarescon datos de la cadena CNBC. Sin embargo, su coste actual supera los 45.000 dólares, sin incluir alojamiento y manutención.

Foto: No saben lo que les espera: recién graduados de la Universidad de Oxford. (Reuters/Paul Hackett)

No extraña que la generación que sale ahora de las aulas en EEUU sea la más endeudada de la historia, con 43 millones de graduados acumulando una deuda récord. Y, para colmo, abundan los casos de triunfadores contemporáneos que no completaron la universidad: Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Microsoft), Larry Ellison (Oracle) o Mark Zuckerberg (Facebook).

La realidad, sin embargo, es que para trabajar en esas empresas fundadas por personas que no han completado sus estudios, necesitarás graduarte. Hay razones que lo corroboran.

Cuatro razones para obtener un título universitario

  1. Tendrás más y mejores oportunidades laborales.De los 2,9 millones de 'buenos trabajos'ofertados en EEUU desde 2010 -trabajos con remuneraciones que se incrementan desde los 53.000 dólares anuales más beneficios-, el 97% fue copado por graduados universitarios, según el estudio de la Universidad de Georgetown.
  2. Ganarás más.El diferencial de ingresos medios no cesa de aumentar entre los que se gradúan y los que no. Entre 1980 y 2013, y a pesar del gran aumento en el número de graduados, el diferencial en los EEUU se dispara y pasa del 33% al 62%.
  3. Te adaptarás mejor.Lo único seguro del futuro es que va a requerir un aprendizaje permanente a lo largo de tu vida laboral. Nada mejor para el advenimiento de la sociedad del aprendizaje que la experiencia y disciplina del marco universitario.
  4. Vivirás más.Son varios los estudios que confirman una correlación entre el nivel de estudios y la esperanza de vida. Un mayor nivel de estudios se asocia a mejores hábitos e, incluso, a una mayor esperanza de vida.

Factores que determinan el éxito a la hora de elegir una universidad

Aunque ir a la universidad es determinante para el éxito laboral, un macroestudio realizado por Gallup en EEUU constata que hay una manifiesta discrepancia entre la percepción de las universidades -el 96% de los rectores estima que preparan adecuadamente a sus alumnos- y la realidad: soólo un 11% de los empresarios encuestados cree que los graduados tienen las habilidades necesarias para su desempeño laboral.

En base a los resultados de Gallup, hay dos factores que anticipan un mejor desempeño de los graduados en el mundo laboral: el primero es el haber tenido uno o más profesores como mentores, con un genuino interés y acompañamiento en las aspiraciones del alumno; el segundo es la realización de prácticas asociadas a sus estudios.

Lo más sorprendente es que estos resultados desmontan la percepción de la importancia del centro de estudio -privado o público, de prestigio o no- para anticipar el éxito posterior de los alumnos. Lo importante no es dónde estudias sino cómo estudias.

Revisar el cómo estudiar se hace aún más imperioso con la irrupción de tecnologías disruptivas. Estas son unas primeras propuestas para responder a un entorno que cambia de forma vertiginosa.

Ideas para una nueva universidad

Experiencia práctica: para saber algo no basta con haberlo aprendido, decía Séneca. Como refleja el estudio de Gallup, hay que llevar la universidad a la empresa a través de las prácticas. Pero también hay que llevar la empresa a la universidad. En mis años como docente, he podido comprobar que nada enseña y motiva más que un ejercicio lo más parecido a la vida real. Por ejemplo, presentar y defender ante un líder empresarial el plan de negocio que propones para la expansión internacional de su empresa. Un líder que, además, se involucra como mentor en el desarrollo de tu plan.

Flexibilidad: un entorno dinámico y cambiante es incompatible con la rigidez de un calendario académico de septiembre a junio. Una universidad abierta los 12 meses del año, adaptando el inicio y ritmo de estudios a tus necesidades, es algo que ya ofrece, por ejemplo, la Universidad de Schiller, con un programa académico dividido en módulos mensuales; el alumno cursa y se concentra en una asignatura por mes.

Movilidad: para tener ciudadanos globales, es imprescindible facilitar cursar parte de los estudios en el extranjero. Los datos de la Comisión Europea al evaluar el impacto del programa Erasmus lo confirman: aumenta de forma significativa la relevancia de una experiencia internacional como criterio de selección de candidatos: de un 37% en 2006 a un 64% en la actualidad.

Tras el paréntesis estival, millones de universitarios retoman ahora sus estudios. Más de uno se planteará si compensa seguir con una causa que parece perdida por unas perspectivas laborales desalentadoras. Pero lo cierto es que para tener más oportunidades, más ingresosy más capacidad de adaptación ante un futuro imprevisible, una formación universitaria es tu mejor apuesta. Sin olvidar, como decía Sócrates, que el saber es la parte principal de la felicidad.

*José B. Pinto es asesor de estudiantes en Schiller International University.

Acabar la universidad ya no significa el ingreso en la clase media, como concluye el centro de investigaciones Pew; si en 2012 un 37% de los norteamericanos lo considerabanecesario, hoy esa cifra se reduce al 30%. Un trabajo seguro es, para el 89% de los encuestados, el criterio más importante para formar parte de la clase media.

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