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Ferraz 70: efecto mariposa
Tras el auténtico terremoto del Comité Federal, no es novedad indicar que se han producido efectos secundarios relevantes sobre otros actores del panorama político y en el clima social
Lejos de ser un tema interno, la mediática crisis del PSOE de la pasada semana deja efectos colaterales claros en la opinión pública con dos líderes fortalecidos –Mariano Rajoy e Íñigo Errejón– y una gran damnificada, Susana Díaz.
Mucho se ha hablado, escrito y comentado estos días de las consecuencias del comité federal del pasado fin de semana. No es una novedad indicar que se trató de un auténtico terremoto, pero más allá de las consecuencias directas sobre la caída del líder del partido socialista, se han producido también efectos secundarios relevantes sobre otros actores del panorama político y en el clima social.
A la luz de los datos del último barómetro de Instituto DYM para El Confidencial, cuya recogida de información se produjo en los días previos y posteriores al comité federal, podemos observar cómo las consecuencias van más allá de lo que sucedió en la calle Ferraz, con efectos secundarios que se aprecian en variaciones muy relevantes en la opinión pública.
En primer lugar, y aunque Pedro Sánchez fue el principal damnificado directo del comité federal del pasado sábado viéndose obligado a presentar su dimisión, la principal derrotada desde el punto de vista de imagen entre la opinión pública fue Susana Diaz poniendo en riesgo sus posibles aspiraciones futuras al liderazgo del partido.
Mientras que Pedro Sánchez conserva sus apoyos en la población, e incluso los ha reforzado entre aquellos que se consideran de izquierda o centro izquierda, la líder andaluza ha visto cómo su posición como alternativa al liderazgo del PSOE se ha debilitado de una forma significativa en todos los segmentos de población. Este debilitamiento ha sido especialmente intenso entre los que fueron votantes del PSOE el 26J y los autoposicionados en el espectro de izquierda y centroizquierda, precisamente los segmentos de población a fidelizar o recuperar por parte del PSOE. La pérdida de confianza en Susana Diaz como líder futuro del partido se reafirma con el crecimiento de la opinión de que deben buscarse liderazgos alternativos para la etapa futura del partido.
Por su parte, Rajoy ve fortalecida su posición en un escenario de negociación donde el PSOE pidiera su cabeza a cambio de la abstención.
Durante la semana previa a al comité federal, la posición del “no es no” y el miedo a unas posible elecciones provocaban que, una solución como la abstención del PSOE a cambio de que el PP propusiese un candidato alternativo a Rajoy, contara con un amplio apoyo de la población.
El 59,4% de los votantes del PSOE aceptaban esa solución, pero lo que es más relevante, más del 60% de los votantes del Partido Popular estaban dispuestos a aceptar un presidente del PP diferente a Rajoy a cambio de la abstención del PSOE.
Está situación sufrió un cambio substancial a partir del día 1. La percepción de debilidad del PSOE ha provocado entre los votantes del PP que esta posible solución haya perdido apoyos descendiendo por debajo del 40%, aunque se sigue manteniendo en porcentajes muy significativos. La figura de Rajoy no supone una línea roja en la negociación con el PSOE para una amplia base de los votantes del PP. Por otra parte también es relevante indicar que una base muy relevante de los votantes del PSOE no se muestran dispuestos a la abstención ni aun a cambio de la “cabeza” de Rajoy.
Por último, uno de los efectos colaterales de los hechos del pasado día 1 y reacciones posteriores menos comentado y analizado, quizá por lo inesperado, está relacionado con el impacto en el liderazgo de Unidos Podemos.
La percepción de debilidad del PSOE ha provocado entre los votantes del PP que esta posible solución haya perdido apoyos descendiendo por debajo del 40%
Tras unos días en los que los acontecimientos en el PSOE han venido acompañados de reacciones y declaraciones realizadas por el resto de partidos, se observa un fortalecimiento significativo de la figura de Íñigo Errejón frente a la de Pablo Iglesias.
Ha acortado distancias con respecto a Pablo Iglesias en tanto entre los votantes de UP en 26J, como entre los más posicionados a la izquierda, pero, sobre todo, ha pasado a convertirse en el líder claramente preferido para Unidos Podemos entre los votantes del PSOE y en el espacio de la izquierda moderada. Esto quizá pueda venir motivado por su consideración como posible alternativa facilitadora de una aproximación entre ambos partidos, o, lo que es más peligroso para el PSOE, como una figura que en caso de tomar preponderancia en Podemos contribuiría a un posible trasvase de votos de los desencantados del PSOE por los últimos acontecimientos.
Concluyendo, podemos indicar que a corto plazo el impacto de la crisis desatada el pasado día 1 de octubre en Ferraz ha provocado movimientos relevantes mucho más allá del propio cambio del líder del PSOE. Ha favoreciendo un clima más favorable a la celebración de unas terceras elecciones y con dos líderes que salen fortalecidos, Mariano Rajoy en su candidatura a liderar el próximo Gobierno e Íñigo Errejón como alternativa a Pablo Iglesias como canalizador del votante moderado de izquierda que permitiera crecer a Unidos Podemos en un futuro, pero, sobre todo se percibe una gran damnificada, Susana Díaz. Su imagen como posible líder del PSOE a futuro ha sufrido un duro revés perdiendo muchas plumas en esta batalla que le serán muy difíciles de recuperar.
Lejos de ser un tema interno, la mediática crisis del PSOE de la pasada semana deja efectos colaterales claros en la opinión pública con dos líderes fortalecidos –Mariano Rajoy e Íñigo Errejón– y una gran damnificada, Susana Díaz.