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Carta abierta del embajador británico en Madrid sobre Ignacio Echeverría
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Carta abierta del embajador británico en Madrid sobre Ignacio Echeverría

En el atentado de Londres, vimos lo mejor y lo peor de los seres humanos, y actos de heroísmo como el de Ignacio son una inspiración para todos

Foto: Vista del homenaje a la víctima española de los atentados terroristas, Ignacio Echeverría, en el Puente de Londres. (EFE)
Vista del homenaje a la víctima española de los atentados terroristas, Ignacio Echeverría, en el Puente de Londres. (EFE)

He leído con gran tristeza la carta abierta dirigida a mí y publicada en este periódico. No reconozco la imagen que transmite sobre la respuesta de los británicos al terrible atentado de Londres el sábado 3 de junio, y tampoco estoy de acuerdo con la supuesta falta de empatía que menciona ante la horrorosa muerte sin sentido de Ignacio Echeverría. Ignacio fue un hombre valiente que, sin dudarlo, dio su vida para salvar a otros. Si yo hubiera estado en su lugar, la verdad, no sé cómo habría reaccionado, pero él actuó instintivamente, y, sin duda, se portó como un auténtico héroe.

He alabado públicamente su valentía y coraje, y tanto la primera ministra británica, Theresa May, como el alcalde de Londres, Sadiq Khan, han rendido homenaje al heroísmo de aquellos que, en medio del horror, contribuyeron a salvar la vida de otras personas. Desde Ignacio, que se enfrentó a los terroristas armado solo con su monopatín, al policía de transportes que lo hizo con una porra, pasando por los paramédicos que acudieron al lugar sin importarles el peligro y sin saber lo que les esperaba, o los camareros que refugiaron a decenas de clientes en sus establecimientos.

Es muy emotivo ver el lugar del atentado —una zona que conozco muy bien y a la que voy a menudo—, contemplar el mar de ramos de flores, leer los mensajes de condolencias, agradecimiento y apoyo a Ignacio y a los demás que perdieron su vida aquella noche terrible. Lo dije ayer en 'Espejo público', y lo digo hoy aquí: en el atentado de Londres vimos lo mejor y lo peor de los seres humanos, y actos de heroísmo como el de Ignacio son una inspiración para todos.

Sé lo importante que es trabajar con las víctimas, cuyas voces son el mejor arma para socavar esta ideología criminal y mostrar su brutalidad

Este ataque, y los otros que hemos padecido los británicos estos últimos meses, como el dramático atentado en un concierto lleno de niños y adolescentes en Mánchester y el de Westminster Bridge, muestra cuánto ha sufrido el Reino Unido, al igual que España, a manos del terrorismo, y no solo del yihadista. Como antiguo director de la lucha antiterrorista internacional del Gobierno británico, sé lo importante que es trabajar con las víctimas, cuyas voces son el mejor arma para socavar esta ideología criminal y mostrar su brutalidad. Siempre he dicho también que tenemos mucho que aprender de España en el trato a las víctimas del terrorismo, y lamento sinceramente la angustia que haya podido causar a la familia de Ignacio la espera de la semana pasada.

El hecho de que los asesinados en Londres fueran de nacionalidad española, francesa, canadiense, australiana y británica pone de manifiesto no solo el carácter cosmopolita de Londres sino el hecho de que fue un ataque a toda la comunidad internacional. Ante la amenaza mundial del terrorismo, no debemos perder de vista quién es el responsable de estos actos odiosos: unos terroristas cobardes que tratan de dividirnos y hacernos vivir con miedo. Ahora más que nunca, España y el Reino Unido debemos seguir trabajando juntos para luchar contra ellos y derrotarlos. Esto es algo que nos atañe a todos, y solo si estamos unidos, nuestros valores compartidos de libertad, tolerancia y democracia prevalecerán.

*Simon Manley, embajador británico en España.

He leído con gran tristeza la carta abierta dirigida a mí y publicada en este periódico. No reconozco la imagen que transmite sobre la respuesta de los británicos al terrible atentado de Londres el sábado 3 de junio, y tampoco estoy de acuerdo con la supuesta falta de empatía que menciona ante la horrorosa muerte sin sentido de Ignacio Echeverría. Ignacio fue un hombre valiente que, sin dudarlo, dio su vida para salvar a otros. Si yo hubiera estado en su lugar, la verdad, no sé cómo habría reaccionado, pero él actuó instintivamente, y, sin duda, se portó como un auténtico héroe.

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