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La falsificación de tabaco: el problema de las marcas internacionales
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La falsificación de tabaco: el problema de las marcas internacionales

El repunte de la falsificación del tabaco en el último año es un problema que afecta no solo a las marcas fabricantes, sino también a las administraciones públicas y a la sociedad

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El repunte del comercio ilícito de tabaco en la primera mitad de 2017 es una noticia tan mala como predecible. Mala porque el último estudio de IPSOS lo sitúa en el 10,3%, es decir, que 10 cajetillas de cada 100 que se consumen en España entran por canales ilegales, lo que supone un incremento con respecto a la tendencia descendente de los últimos años. Predecible porque, lamentablemente, es reflejo de la enorme capacidad de adaptación que tienen los delincuentes que están detrás de este fenómeno.

El problema del comercio de tabaco ilícito es muy grave por múltiples razones: el riesgo añadido para la salud, puesto que no sabemos si estos productos han pasado controles de calidad, la enorme pérdida de recaudación que representa para las arcas del estado y quizá la más inquietante es que está constatado que quienes están detrás del contrabando del tabaco son grupos delictivos internacionales, que con lo que obtienen del tabaco financian otras actividades ilícitas como el terrorismo, por citar solo un ejemplo. Al mismo tiempo que el esfuerzo conjunto de agricultores, fabricantes, distribuidores y fuerzas del orden ha hecho posible que el comercio ilícito de tabaco haya descendido de forma continuada desde el año 2014, las mafias del contrabando han ido adaptado su 'modus operandi' para continuar en un negocio que para ellos es incluso más lucrativo que el narcotráfico.

Las falsificaciones representan unos 26 millones de euros en pérdidas fiscales

El Informe SUN, de 2016 —elaborado al igual que el estudio de IPSOS con el apoyo de las principales compañías de tabaco— estima que las falsificaciones representan un 6,1% del mercado ilegal de cigarrillos en España. Esto representa unos 26 millones de euros en pérdidas fiscales, lo que equivale aproximadamente a los ingresos medios de 1.575 españoles, según el Instituto Nacional de Estadística. Y lo que es peor, estamos seguros de que esta cifra podría ser mucho mayor. Primero, porque a menudo el tabaco falsificado acaba vendiéndose como tabaco genuino a los ojos del consumidor y puede pasar desapercibido. Además, porque el desmantelamiento en nuestro país de varias fábricas de tabaco falsificado en los últimos años es indicativo de la proliferación de este tipo de comercio ilícito. Por último, es importante mencionar que gracias a nuestro programa de investigación en las principales ferias del sur de España, observamos que la totalidad del tabaco encontrado de nuestras marcas es falso; paradójicamente, se vende a un precio superior al original.

Erradicar el comercio ilícito en todas sus formas no es tarea fácil y requiere de la colaboración no solo de todos los actores de la cadena de valor del tabaco, sino también de la Administración. Durante los últimos años, gracias a la gran labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad, cada vez son más las incautaciones y desmantelamientos de fábricas ilegales en España. La primera fábrica que se desmanteló en España falsificaba nuestro producto más demandado.

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Cajetillas de tabaco Marlboro. (Reuters)

Con el objetivo de colaborar en esta labor, en Philip Morris organizamos jornadas sobre el comercio ilícito de tabaco, en las que hasta el momento han participado más de 2.000 agentes, y donde compartimos información que les ayude en la detección de plantas de fabricación, almacenaje y venta ilegal de tabaco en nuestro país. Pero nuestras acciones no terminan ahí. La tolerancia de la sociedad hacia la falsificación es uno de los problemas más graves. Por este motivo, por tercer año consecutivo colaboramos con ASGECO y ANDEMA en la campaña de concienciación anti-falsificación 'Consume original. Sé auténtico'.

No solo contribuimos aportando nuestra experiencia internacional y compartiendo prácticas que están dando buen resultado en otros países, sino que contamos con un plan de actividades locales específicas para combatir todas las formas de comercio ilícito, incluida la falsificación que afecta gravemente a las marcas internacionales más demandadas. Ante un fenómeno que se transforma constantemente, nuestro compromiso con la lucha anticontrabando es total y por ello, como compañía evolucionamos y apostamos firmemente por un mayor conocimiento del comercio ilícito junto un abordaje de cooperación público-privada que nos ayude combatir esta lacra de una manera mucho más eficiente.

El repunte del comercio ilícito de tabaco en la primera mitad de 2017 es una noticia tan mala como predecible. Mala porque el último estudio de IPSOS lo sitúa en el 10,3%, es decir, que 10 cajetillas de cada 100 que se consumen en España entran por canales ilegales, lo que supone un incremento con respecto a la tendencia descendente de los últimos años. Predecible porque, lamentablemente, es reflejo de la enorme capacidad de adaptación que tienen los delincuentes que están detrás de este fenómeno.

Tabaco Philip Morris