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Qué es Momentum: ¿el Podemos británico?
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Timothy Appleton

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Qué es Momentum: ¿el Podemos británico?

El Momentum de hoy tiene más éxito que nunca, y es probable que su movilización sea absolutamente decisiva en las próximas elecciones generales en Reino Unido

Foto: El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn. (Reuters)
El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn. (Reuters)

La situación actual en la política británica tiene pocos precedentes. En el extranjero, los medios de comunicación hablan solo de Theresa May, que sigue agarrándose al poder como un montañista cuyas cuerdas se han roto y que parece precipitarse a unas inevitables y próximas elecciones. En las islas, en cambio, la figura política más importante ahora mismo —la que domina todo el debate público— es el líder de la oposición, Jeremy Corbyn. Si no eres británico, puede ser fácil olvidar el nombre de Corbyn, porque su partido no consiguió mayoría en las elecciones generales de 2017, de ahí que no tenga tanta visibilidad en el escenario mundial.

El resultado de estas elecciones, sin embargo, casi se decidió, contra pronóstico, por el lanzamiento de una moneda. Los laboristas sacaron el 40% del voto popular (casi 13 millones de votos), los conservadores el 42% y, aunque esto se tradujo en 55 escaños de diferencia en el Parlamento, si los laboristas hubieran ganado 6-7 escaños más, el Gobierno británico actual sería una coalición de la izquierda radical (liderada por un neomarxista), en vez de una coalición de la derecha radical. Momentum fue esencial en estos resultados. ¿Qué es Momentum y en qué se parece y se diferencia de Podemos?

Foto: Jeremy Corbyn a su llegada a la sede de su partido en Londres, el 9 de junio de 2017. (EFE)

Para empezar, el Momentum de hoy tiene más éxito que nunca, y es probable que su movilización sea absolutamente decisiva en las próximas elecciones generales en Reino Unido. Nada que ver con Podemos en ese sentido, cuyos críticos afirman que es una organización que, después de tener un éxito inicial espectacular, se ha desinflado como un suflé mal hecho debido al "narcisismo de las pequeñas diferencias” de sus dirigentes.

Hay grandes diferencias entre Podemos y Momentum. La diferencia más obvia es que este último no es un partido político. Es un grupo creado por los organizadores de la campaña de Jeremy Corbyn en las primarias del partido laborista de 2015. De ahí su nombre, que se traduce como 'momento' en español, en el sentido de la física (inercia, fuerza); la idea era que después de la victoria de Corbyn, era imprescindible mantener el ímpetu político que se había creado.

La diferencia más obvia es que Momentum no es un partido. Es un grupo creado por los organizadores de la campaña de Corbyn en las primarias de 2015

Durante la última campaña, se creó una base de datos de personas (dentro y fuera del partido) que apoyaban a Corbyn, base que constituye el círculo de influencia actual de Momentum. A día de hoy, el grupo parece tener 36.000 miembros (que son los que pagan la cuota) y 200.000 'simpatizantes'. Si esto es cierto, significa que ya tiene —después de dos años de existencia— más del doble de contactos directos que el Partido Conservador, que gobierna el país. El Partido Laborista, por su parte, actualmente tiene alrededor de 570.000 miembros individuales, pero aun así las 200.000 personas que apoyan a Momentum son un número importante (especialmente si se considera que gran parte de ellos son también miembros del Partido Laborista).

El hecho de que Momentum no sea un partido político quizás explica por qué no es muy famoso en el extranjero (a diferencia de Podemos); se trata de gente que está en los bastidores del teatro, y no en el escenario. Incluso es difícil encontrar información exacta sobre sus actividades. Por esto, un canal de televisión británico se infiltró en su sede el año pasado e hizo una investigación clandestina sobre ellos: descubrieron cosas tan 'escandalosas' como que sus miembros son jóvenes, y que usan ordenadores para hacer campaña.

La juventud representa lo primero que Momentum y Podemos tienen claramente en común: el perfil de sus miembros. En general son gente que pertenece a una generación que tiende a percibir los efectos que la desigualdad social ha tenido en sus vidas, y que quiere hacer algo al respecto. ¿Hay, además, una convergencia ideológica entre los dos grupos? Es probable que ambos estén influidos hasta un cierto punto por la filosofía de la nueva izquierda. Aquí me viene a la mente esa paradójica estrategia de intentar 'pluralizar y unificar' a la vez las luchas políticas (lo que suele llamarse 'hegemonía').

Son gente que pertenece a una generación que tiende a percibir los efectos que la desigualdad ha tenido en sus vidas y quiere hacer algo al respecto

Pero, no obstante estas analogías, debe tenerse muy en cuenta que Momentum nace y se desarrolla en un país —Reino Unido— en el que, según el escritor inglés George Orwell, la gente tiene “horror al pensamiento abstracto”. Quizás esto les otorga una cierta flexibilidad ideológica. Esto podría explicar su efectividad práctica en las campañas políticas, especialmente a nivel local. Este punto es muy importante.

En Reino Unido, las elecciones de todo tipo son, en el fondo, locales. Es el caso, incluso, de las elecciones generales, porque el país se divide en circunscripciones, cada una de las cuales 'devuelve' un diputado al Parlamento. Estos diputados están afiliados al partido, pero esto no es necesariamente decisivo para la disciplina de voto dentro del Parlamento porque, al fin y al cabo, son responsables ante la gente de su circunscripción, de la que depende su futuro en la política. Es famoso, por ejemplo, que Jeremy Corbyn haya votado contra su propio partido más de 500 veces desde que entró en el Parlamento en 1983.

Una consecuencia de este sistema es que en Reino Unido las opiniones del público en todas las provincias deben tenerse en cuenta —hasta cierto punto— y, tradicionalmente, se ha visto que una manera muy buena de abrir un dialogo con ellos es la de visitar sus casas directamente.

Foto: El líder de los Liberal Demócratas, Tim Farron, en un bar mientras hace campaña en Twickenham, Reino Unido. (Reuters)

Probablemente, esta es la manera más efectiva de hacer campaña política: simplemente ir a hablar con la gente, sin hacer cuestión de la afiliación partidista o posición ideológica de cada uno. Y Momentum se ha mostrado muy dinámico y hábil en esta área. Por ejemplo, el grupo ha creado una aplicación que permite que sus miembros se enteren de cuál de las circunscripciones cercanas los necesita más para ir a dialogar con el público, y se ha comprobado que estos 'militantes volantes' han sido decisivos a la hora de convertir mayorías de los 'tories' en mayorías de los laboristas en circunscripciones por todo el país. Es una práctica que Momentum quiere desplegar aún más en las próximas elecciones.

Han creado una 'app' que permite que sus miembros se enteren de qué circunscripciones cercanas los necesitan más para ir a dialogar con el público

El dinamismo de Momentum en este aspecto ha tenido efectos decisivos. Por ejemplo, dos figuras importantes de la política británica durante los últimos años han sido Nick Clegg (el exlíder de los liberales) y Boris Johnson (el líder de la campaña del Brexit y —según los medios de comunicación— posible futuro primer ministro). Gracias en parte a las movilizaciones de Momentum, Clegg perdió su escaño en las últimas elecciones. Y Momentum planea hacer algo parecido con Johnson en las próximas. Si tienen éxito —lo cual es perfectamente posible—, Johnson muy pronto podría desaparecer de la escena política británica.

Las maquinaciones de Momentum no han pasado inadvertidas. El pasado 28 de enero, 'The Sunday Times' en su portada criticaba ciertos planes que tiene Momentum de renovar las estructuras democráticas del partido laborista. Quizá la gente poderosa del país se empieza a dar cuenta de algo importante: para cambiar el Estado británico es necesario cambiar el Partido Laborista.

En resumen, se puede decir que Momentum es el Podemos británico si solo se considera que la emergencia de los dos grupos es un efecto de la popularización de las teorías de la nueva izquierda y de los cambios estructurales que se han experimentado en todos los países de Occidente: desigualdad económica creciente y un implícito conflicto político entre las generaciones. Por el contrario, Momentum y Podemos nada tienen que ver si se tiene en cuenta que Momentum está en un momento dulce y, sobre todo, que Momentum se adhiere estrictamente a las normas del sistema político en Reino Unido, que es rigurosamente bipartidista —sin proporcionalidad directa entre votos y diputados, que de la misma manera castiga a los pequeños partidos— y se basa en la 'democracia directa' (parcial) de las circunscripciones y las campañas locales.

Foto: El líder del partido laborista británico, Jeremy Corbyn, saluda a los asistentes a su discurso durante un acto electoral en Colwyn Bay, Gales. (EFE)

A veces me he preguntado si los miembros de Podemos podrían haberse incorporado en un momento dado al PSOE. Si de verdad querían 'meterse en las instituciones', ¿por qué no hicieron lo que han hecho los de Momentum, intentar tomar el control político del establecido partido de la izquierda? ¿Es que es imposible refundar el PSOE porque sus estructuras no lo permiten? Por lo demás, si es correcta la tesis de algunos pensadores políticos de que la política se basa en un antagonismo, y de ahí que tiende a resolverse en dos bloques, la 'izquierda nacional' en España, si pretende triunfar a nivel electoral, va a tener que unirse en un momento dado, como ya ha ocurrido dentro del Partido Laborista.

Si querían 'meterse en las instituciones', ¿por qué no hicieron lo que los de Momentum, intentar tomar el control político del partido de la izquierda?

Si la izquierda española consigue unificarse, el único aspecto que entonces seguiría diferenciando Momentum y Podemos sería quizá su forma de hacer campaña, sobre todo a la hora de encontrar maneras de dialogar directamente con el 'pueblo', lo cual entiendo que era la propuesta inicial de Podemos.

La situación actual en la política británica tiene pocos precedentes. En el extranjero, los medios de comunicación hablan solo de Theresa May, que sigue agarrándose al poder como un montañista cuyas cuerdas se han roto y que parece precipitarse a unas inevitables y próximas elecciones. En las islas, en cambio, la figura política más importante ahora mismo —la que domina todo el debate público— es el líder de la oposición, Jeremy Corbyn. Si no eres británico, puede ser fácil olvidar el nombre de Corbyn, porque su partido no consiguió mayoría en las elecciones generales de 2017, de ahí que no tenga tanta visibilidad en el escenario mundial.

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