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"Reivindicando la dignidad de la Rey Juan Carlos": existe otra URJC
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"Reivindicando la dignidad de la Rey Juan Carlos": existe otra URJC

Lejos de la imagen que se está transmitiendo en los medios, su profesorado se caracteriza por su preparación, esfuerzo y trabajo que realizan en favor de los alumnos y de la sociedad en general

Foto: Centenares de alumnos exigen la dimisión de Cifuentes y del rector de la URJC. (EFE)
Centenares de alumnos exigen la dimisión de Cifuentes y del rector de la URJC. (EFE)

En la Universidad Rey Juan Carlos se encuentra presente otra realidad que no se menciona, y que resulta gravemente lacerante para muchos de los que trabajamos allí. Nos referiremos de modo nuclear a muchos de los docentes que esmeradamente realizan su tarea formativa e investigadora en los campus de esta universidad así como a los alumnos que no solo se esfuerzan en la consecución de sus títulos sino que nos han vuelto a demostrar y a dar ejemplo de su valía y valentía en la denuncia de los abusos y fraudes detectados en la universidad. Y es que lejos de la imagen que se está transmitiendo en los medios, su profesorado se caracteriza por su preparación, esfuerzo y trabajo que realizan diariamente en favor de los alumnos y de la sociedad en general, puesto que entendemos la institución universitaria como un proyecto social de innovación y de garantía del derecho a una educación y formación de calidad, pública, igualitaria y universal.

Resulta grave que no se hable de la excelencia en la docencia que distingue a muchos de los profesores que imparten clase en sus aulas, con un elevado número de horas impartidas en los distintos campus de una universidad muy descentralizada, ni de la satisfacción de los alumnos por la dedicación y el rigor del profesorado en sus sesiones de grado y máster. Asimismo tampoco se escucha la buena aceptación social y el progreso que han supuesto la introducción e implantación de los dobles grados, de los proyectos de innovación docente ('online' y bilingües) y de los reconocidos másteres que se imparten, cuyo éxito se debe en gran parte a este profesorado, con una dedicación seria y rigurosa a la dirección de trabajos de fin de grado y máster.

Foto: ¿Dónde están los universitarios? Desde luego, no en el aula. (iStock)

Tampoco se hace referencia a los reconocidos investigadores que existen en nuestra universidad que cuentan con un importante número de sexenios, dirigen y llevan adelante proyectos de investigación nacionales y europeos, teniendo en su haber publicaciones científicas de alto nivel, e involucrándose en la celebración de jornadas, congresos y seminarios con un importante esfuerzo personal, no compensado económicamente, con el único fin de conectar la institución universitaria con la sociedad. En definitiva, muchos de nosotros somos buenos docentes e investigadores esforzados que al mismo tiempo han mantenido un más que aceptable nivel universitario a pesar de los constantes recortes, congelación de salarios y limitaciones a las promociones en virtud de tasas de reposición paralizadoras y asfixiantes.

Somos conscientes del grave daño que hace al prestigio y al servicio encomendado a la universidad pública en general y a la nuestra en particular los casos de fraude y corrupción​ que se han producido en nuestra institución. Somos los primeros en exigir a los responsables de nuestra universidad y al resto de las autoridades políticas y judiciales competentes que procedan a una exhaustiva, independiente y transparente investigación que depure las responsabilidades que ensombrecen el buen nombre y reputación de nuestra universidad, y que cuestionan el papel democrático y de progreso de la enseñanza pública.

Foto: Imagen: EC.
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No podemos ni debemos quedarnos paralizados, ni indiferentes frente a la nociva y tóxica atmósfera creada por esta causa general contra URJC. El hartazgo, el desasosiego y el profundo enfado, en ocasiones paralizante, ante tales hechos y conductas no deben interpretarse, ni como aquiescencia, ni connivencia ante estas antisociales prácticas que minan el trabajo honesto y riguroso del profesorado y alumnado que hacen realidad el proyecto académico e investigador, así como las expectativas de futuro puestas en él, de la Universidad Rey Juan Carlos.

Por ello, rogamos a los medios de comunicación que no hagan tabla rasa de todos los que trabajamos en esta universidad, porque no resulta ni justo, ni equitativo, ni para los profesores que realizamos nuestro trabajo de forma profesional y digna, ni de modo particular para todo el alumnado que con su esfuerzo diario se encuentra cursando sus estudios con el fin de obtener un título que le permita desenvolverse en el mercado de trabajo en igualdad de condiciones. Desprestigiar sin matices, ni reservas, a todos aquellos que prestamos nuestros servicios en la Universidad Rey Juan Carlos por el comportamiento inaceptable de algunos es al fin y a la postre ir en contra de nosotros mismos no solo como institución universitaria afectada sino como miembros de una sociedad comprometida con los objetivos y fines de una Universidad pública de calidad.

*Francisco Jiménez y María Luisa Molero, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales y catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Universidad Rey Juan Carlos.

En la Universidad Rey Juan Carlos se encuentra presente otra realidad que no se menciona, y que resulta gravemente lacerante para muchos de los que trabajamos allí. Nos referiremos de modo nuclear a muchos de los docentes que esmeradamente realizan su tarea formativa e investigadora en los campus de esta universidad así como a los alumnos que no solo se esfuerzan en la consecución de sus títulos sino que nos han vuelto a demostrar y a dar ejemplo de su valía y valentía en la denuncia de los abusos y fraudes detectados en la universidad. Y es que lejos de la imagen que se está transmitiendo en los medios, su profesorado se caracteriza por su preparación, esfuerzo y trabajo que realizan diariamente en favor de los alumnos y de la sociedad en general, puesto que entendemos la institución universitaria como un proyecto social de innovación y de garantía del derecho a una educación y formación de calidad, pública, igualitaria y universal.

Universidad Rey Juan Carlos (URJC)