Es noticia
La muerte y el 'hashtag'
  1. España
  2. Tribuna
Susi Dennison

Tribuna

Por

La muerte y el 'hashtag'

La tarea de un Estado moderno y progresista es ocuparse de que ese sufrimiento sea el menor posible antes de darles esa opción

Foto: La bancada de Ciudadanos en el Congreso cuando se debatió la despenalización de la eutanasia. (EFE)
La bancada de Ciudadanos en el Congreso cuando se debatió la despenalización de la eutanasia. (EFE)

El sol pegaba duro en la pasarela aérea que conecta los dos edificios del Congreso. Apoyados en el pretil, intentábamos deshacer el ovillo que une la libertad y la muerte. Él es un liberal de pura cepa. Quedaban 24 horas para el debate.

—Nada puede limitar la autonomía del ser humano salvo el perjuicio a un tercero”, no entiendo tus reticencias —insistía mirándome con la empática conmiseración con la que los liberales agnósticos nos miran a los liberales creyentes. Hay días que uno parece como un oso panda en una manada de 'grizzlies'. Somos de la misma especie, aunque nuestra raza esté en peligro de extinción.

—Comparto tu amor a la libertad como el que más y no hay nada en mi credo que me impulse a limitarla —eEl debate sobre el libre albedrío es tan viejo como San Agustin.— “Son los años de medicina los que me generan dudas”.

Nuestra autonomía es, a la vez, el regalo más preciado y nuestra carga más pesada

No soy ni el primero ni el último de los creyentes que albergan dudas razonables sobre la capacidad de autodeterminación del ser humano cuando se enfrenta a un futuro cierto de desesperanza y pérdida de control de uno mismo. El silencio, que nos responde siempre ante estas dudas, no es sino el signo de nuestra irrenunciable libertad. Nuestra autonomía es, a la vez, el regalo más preciado y nuestra carga más pesada.

—Siempre has dicho que nadie debería sufrir aquello que no puede soportar, sobre todo cuando ya no hay remedio ni esperanza —insistía en lanzarme la estocada en lo profesional.

—Y sigo pensándolo, no puedo soportar la idea de ver agonizar a nadie durante semanas simplemente porque la medicina lo permite. Vivir y morir con dignidad y con consciencia, despedirse cuando llega el momento, con serenidad, rodeado de los tuyos y con su mano en la tuya es una aspiración noble —me miraba sorprendido.

—Entonces… ¿Porque estás tan cabizbajo? —su entrecejo se fruncía y hacia aún más oscuros sus ojos.

Es todo una frivolidad. Ninguno de estos, que han convertido la muerte en un simple 'hashtag', han visto morir a nadie en estas circunstancias. Para ellos, este asunto es únicamente una encuesta del CIS. La última libertad. ¡Menuda patochada! Como si hubiese alguna posibilidad de elegir no morirse.

Foto: Enfermeras en una unidad de cuidados paliativos del hospital Paul-Brousse de Villejuif, cerca de París, en marzo de 2015. (Reuters)

La muerte es un asunto serio. Uno no debería hablar de ella con la misma ligereza que habla de la alineación de Hierro en la barra del bar. Despedirse de todo y hundirse en la noche. Desaparecer, quién sabe si en el vacío o en los brazos del padre. Nadie ha vuelto para contarlo. Luego solo te queda amarillear en el portarretratos y poco más. Es verdad que siempre quedará tu huella en algún rincón de la casa. Un abrigo que heredará tu hijo o algún libro de esos que siempre releías y que nunca conseguiste que él hojeara. Para hablar de la muerte hay que vestirse de negro, coger la caja, echársela al hombro, subir la empinada cuesta y llevarla hasta “el corralito de los muertos”. Así llama mi madre a los cementerios de pueblo.

—¿Y? Frívolos o no, habrá que afrontar el problema y nosotros debemos estar del lado de la libertad, ¿no? —empezaba a notar cierta impaciencia. Quizá por los 34 grados y la solana que nos estaba cayendo.

—Sí, claro, claro. Pero elegir es tener opciones. ¿Puede un enfermo, que ha quedado confinado en una silla y a la dependencia absoluta de un cuidador, decidir vivir si no tiene los medios para permitírselo? ¿Eligen igual quienes no cuentan con la ayuda de un equipo de paliativos cercano y accesible? ¿Eligen aquellos a los que nadie les ha informado bien de su pronóstico o de todas sus opciones? ¿Eligen igual los ricos y los pobres?

placeholder Francisco Luzón, economista, banquero y creador de la fundación que lleva su nombre. (EFE)
Francisco Luzón, economista, banquero y creador de la fundación que lleva su nombre. (EFE)

Le puse el ejemplo de Francisco Luzón y la ELA. Paco Luzón, creador de la fundacion de lucha contra la ELA que lleva su nombre, cuenta con todas las ayudas y medios técnicos, un comunicador que le permite hablar y escribir, cuidados las 24 horas del día, un entorno accesible y, sobre todo, una familia excepcional. Pero… ¿y los que no tienen esa capacidad? ¿Y aquellos que están solos porque les hemos abandonado a su suerte en una residencia? ¿Y los que ven cómo su vida se apaga, gastándose el dinero y el esfuerzo de sus seres queridos que no pueden (o no quieren) soportar esa carga?

En nuestro país, no todos tienen los mismos apoyos, las mismas oportunidades. Lo verdaderamente progresista es asegurarnos primero, y en lo posible, de que todos pueden decidir en condiciones de igualdad. Asegurarnos, antes de poner a los vulnerables en esa situación, de que sus decisiones no estarán más condicionadas por su falta de apoyo y de ayudas que por su voluntad. Por eso es imprescindible aprobar primero los derechos y las garantías de las personas que se enfrentan a ese terrible trance. Aprobarlo antes de darles la opción de apagar la luz.

Lo progresista es asegurarnos primero, y en lo posible, de que todos pueden decidir en condiciones de igualdad

Seamos claros, casi nadie quiere morir hasta que el sufrimiento es tan insoportable como para lanzarse al abismo. La tarea de un Estado moderno y progresista es ocuparse de que ese sufrimiento sea el menor posible antes de darles esa opción. Después, solo después, si tenemos el valor suficiente para entrar con ellos en la habitación y mirarles a los ojos mientras sus pupilas se abren, negras y asombradas, podremos avanzar en eso que estos cursis estrategas de salón han llamado 'la ultima libertad'. Ese día, el primero de ellos, les pediré que me acompañen al poner la medicación. Ese día, Pedro y Adriana, me gustaría que pudieseis estar allí, mirándoles a ellos a los ojos. Si no podéis soportarlo, si no sois capaces de acompañarlos, entonces no creo que hayamos hecho bien nuestro trabajo.

—Cuéntalo así —me dijo.

Así lo hice.

*Francisco Igea es diputado de Ciudadanos en el Congreso.

El sol pegaba duro en la pasarela aérea que conecta los dos edificios del Congreso. Apoyados en el pretil, intentábamos deshacer el ovillo que une la libertad y la muerte. Él es un liberal de pura cepa. Quedaban 24 horas para el debate.

Ciudadanos ELA Barómetro del CIS