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La verdad para mantener la credibilidad del sistema de trasplantes
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La verdad para mantener la credibilidad del sistema de trasplantes

Nuestra legislación no exige una relación familiar entre donante y receptor y cuando esta no existe, o no es muy estrecha, descartar compensaciones es posible pero complicado

Foto: El exfutbolista francés Eric Abidal. (EFE)
El exfutbolista francés Eric Abidal. (EFE)

Las escuchas policiales al señor Rosell, anterior presidente del FC Barcelona, publicadas por El Confidencial hace unos días, han hecho correr ríos de tinta y llenado de inquietud a mucha gente, empezando por los enfermos en espera de un trasplante. Lo que se plantea es la posibilidad de que un delito tan execrable como el tráfico de órganos pudiera haberse llegado a producir en el hasta ahora impoluto sistema español de trasplantes. Intentos recientes ha habido de compra de un riñón y de un fragmento de hígado, pero ambos fueron truncados gracias a los filtros del sistema y a la experiencia y colaboración de los cuerpos policiales con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

¿Qué ha podido ocurrir en este caso? Por el momento no lo sabemos. Hasta hace unos días, lo único que nos constaba era que todos los requisitos legales se habían cumplido escrupulosamente como en cualquier otra donación de vivo. Los tres controles estipulados en la ley: equipo de trasplantes, comité ético del hospital y juez (este último prácticamente exclusivo de España), destinados a garantizar que la donación es altruista y que no existen contraprestaciones económicas o en especie a cambio de la cesión del órgano, ni tampoco coacción sobre el donante, se cumplieron como no podía ser menos, y por tanto no había motivos para sospechar irregularidad alguna. Nuestra legislación no exige una relación familiar entre donante y receptor y cuando esta no existe o al menos no es muy estrecha, descartar compensaciones es posible, pero complicado. Nadie puede garantizarlo al cien por cien.

La reacción de varios de los agentes involucrados en el proceso ha sido de manual: la negación absoluta

Todo cambia con la publicación de unas conversaciones demoledoras y que ponen el punto de mira en la compra por parte de sus protagonistas del hígado que sirvió para trasplantar a Abidal. La reacción de varios de los agentes involucrados en el proceso ha sido de manual: la negación absoluta. Todo se ha hecho de acuerdo con la ley (¡faltaría más!), los papeles están en orden y por tanto no hay más que hablar.

El desconocimiento por parte de algunos medios de cómo funciona el proceso parecía poner en duda que el fragmento de hígado se hubiera obtenido realmente de Gerard, el primo de Abidal, y que se hubiera conseguido por otra vía, algo monstruoso porque necesitaría la complicidad del equipo médico, pero que también debió pasar por la cabeza de la juez que pidió a Francia saber si existía o no la cicatriz quirúrgica en el abdomen de Gerard. El propio futbolista publica fotos en las que se les ve a ambos en el hospital en un presunto intento de aclarar la situación, que obviamente no aclara nada sino lo ya sabido: el lóbulo derecho del hígado de Gerard se trasplantó con éxito a Abidal. No hay ninguna duda de ello, bastaba con consultar a los cirujanos.

placeholder Esta es la foto que Abidal publicó en sus redes sociales. (EFE)
Esta es la foto que Abidal publicó en sus redes sociales. (EFE)

Lo verdaderamente relevante es otra cosa: sean o no familiares, algo importante pero no determinante y que habrá que aclarar plenamente, ¿el trasplante se hizo previo pago como dicen las grabaciones bien sea por parte del receptor o de terceros, burlando así todos los controles?

Hay un sentimiento compartido por todos: ojalá todo quede en nada y se demuestre que se ha actuado correctamente. Sin embargo, las motivaciones son muy distintas y poco tienen que ver las de los protagonistas, los abogados o el club empleador, con los de las organizaciones de trasplantes catalana (OCATT) y estatal (ONT) y el hospital involucrado. Para la ONT y el sistema español de trasplantes en general, cuyo lema ha sido siempre la tolerancia cero con el tráfico de órganos, la tentación de dar carpetazo al asunto que transmiten todos los demás, simplemente no puede ser una opción. El daño que puede causar, que de hecho ya está causando este caso, a la credibilidad del sistema difícilmente se podría solucionar con la táctica del avestruz, mirando para otro lado ante unas conversaciones de este calibre.

Habrá que aclarar si el trasplante se hizo previo pago como dicen las grabaciones, por parte del receptor o de terceros, burlando los controles

En esta historia no se entiende que la juez considerase que no pasaba nada y archivase el caso ante una respuesta funcionarial de la justicia francesa, también incomprensible. No se entiende que la ONT se entere por la prensa de unas escuchas realizadas hace más de un año y que ni la juez ni la Fiscalía ni la policía consultaran con la ONT como hicieron en su momento con los intentos de tráfico de órganos, desarbolados precisamente gracias a esa cooperación. Seguro que hoy tendríamos las ideas mucho más claras de haberse producido esa consulta.

Sea como fuere, y aunque haya a quien no le ha hecho ninguna gracia, hay que aplaudir de forma inequívoca la valiente decisión de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de investigar el caso a fondo y eventualmente que la fiscalía se plantee reabrirlo. Es necesario ir hasta el final con todas sus consecuencias, porque una credibilidad labrada a lo largo de muchos años no admite en absoluto un cierre en falso. Doy por seguro, salvo sorpresas, que la revisión documental del proceso del trasplante no va a arrojar irregularidades relevantes, o si acaso alguna meramente formal, pero la solución debe ir por otro lado: si hay alguien que debería estar especialmente interesado en aclarar el caso y disipar toda sospecha deberían ser donante y receptor: el propio Abidal y su primo Gerard. Por lo tanto, solo el testimonio voluntario de ambos, contestando abiertamente a las preguntas pertinentes, tanto de instancias judiciales como periodísticas, podría resolver este escabroso tema sin lugar a dudas. No parece tan complicado si hay voluntad de afrontarlo.

Y algo fundamental: las malas noticias que afectan a la limpieza del proceso de donación y trasplante producen un descenso de las donaciones de órganos que desgraciadamente se traduce en pérdida de vidas salvadas con esos órganos que no se han donado. Es lo que se llama "efecto panorama" en honor al programa de la BBC británica que en los años setenta ya produjo este desastre, y disponemos de múltiples ejemplos similares en todo el mundo. Es obligado establecer la verdad para mantener la credibilidad del sistema. Nos va en ello más de lo que puede parecer a primera vista.

* Rafael Matesanz es fundador y director de la ONT desde 1989 hasta 2017.

Las escuchas policiales al señor Rosell, anterior presidente del FC Barcelona, publicadas por El Confidencial hace unos días, han hecho correr ríos de tinta y llenado de inquietud a mucha gente, empezando por los enfermos en espera de un trasplante. Lo que se plantea es la posibilidad de que un delito tan execrable como el tráfico de órganos pudiera haberse llegado a producir en el hasta ahora impoluto sistema español de trasplantes. Intentos recientes ha habido de compra de un riñón y de un fragmento de hígado, pero ambos fueron truncados gracias a los filtros del sistema y a la experiencia y colaboración de los cuerpos policiales con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

Sandro Rosell