Una nueva misión de servicio público para RTVE

Desde hace algún tiempo, se viene produciendo en el ámbito europeo un intenso debate sobre la necesidad y el papel de los medios públicos de comunicación en una sociedad dominada por la digitalización y la globalización de los contenidos. El reciente referéndum sobre la continuidad de la radiotelevisión pública en Suiza, ganado 'in extremis', y el que tendrá lugar próximamente en la República Checa ponen de manifiesto la necesidad de clarificar ante los ciudadanos el papel de los medios de comunicación públicos y su valor diferencial.

Hasta finales del siglo pasado, los medios operaban en un contexto puramente nacional transmitiendo contenidos a través de un espectro radioeléctrico escaso, lo que justificaba su titularidad pública. Se aseguraba así que la información estuviera disponible para todos los ciudadanos, sin que a nadie se le pudiera impedir o limitarl el acceso. Se consideró también que los medios privados podrían suponer una influencia negativa en la sociedad y en los valores de los ciudadanos, lo que llevó a un largo periodo de medios públicos monopolistas.

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La aparición de los medios privados en el último tercio del siglo XX alteró las condiciones en que se desenvolvían los medios públicos introduciendo una competencia antes inexistente. Pero ha sido la llegada de operadores como Google, Facebook o Amazon la que está provocando un cambio verdaderamente radical, modificando la estructura y dinámica de la industria audiovisual, democratizando y globalizando el acceso al consumo y la producción de contenidos audiovisuales y dejando sin efecto, al menos parcialmente, la justificación tradicional de los medios públicos.

Ya no hay escasez sino abundancia por la aparición de las redes de banda ancha, y ahora es posible la exclusión de los consumidores, como lo demuestra el crecimiento imparable de la televisión de pago y las denominadas OTT. Además, la novedad es que el valor viene determinado por los usuarios que no quieren solo productos audiovisuales sino experiencias, por eso apuestan por compartir la información, a partir de una conversación interactiva en que el descubrimiento a través de las redes sociales es más importante que la propia producción de los contenidos.

En estas circunstancias, se extiende el sentimiento entre muchos ciudadanos de que los medios públicos son cada vez menos necesarios, de que no aportan un valor diferencial respecto de una oferta privada amplísima que, desde luego, entretiene, informa y, en menor medida, forma. Que su coste, su eficiencia y el control gubernamental que padecen no son aceptables en una democracia avanzada.

El lema de la BBC, “formar, informar y entretener”, que ha sustentado a los medios públicos durante decenios, ya no es suficiente como justificación

Por ello, parece llegado el momento de un replanteamiento sobre la misión de los medios públicos, que deben ser capaces de ofrecer a los ciudadanos un valor diferencial respecto de la oferta privada. El conocido lema de la BBC, “formar, informar y entretener”, que ha sustentado a los medios públicos durante decenios, ya no es suficiente como justificación. Los medios públicos deben dar un paso más y basar su propuesta de valor sobre los siguientes ejes fundamentales:

Ciudadanía. Ante la fragmentación de las audiencias, la misión de los medios públicos es la creación de un espacio público de comunicación estable y de confianza que permita trazar una narrativa común a toda la sociedad, que promueva el sentido de pertenencia de los ciudadanos proporcionando integración y cohesión sociales, reconociendo la diversidad y los valores compartidos.

Conversación. Que permita poner a los ciudadanos en el centro de su actividad contribuyendo a dar poder a la sociedad. Los medios públicos, tratando a la audiencia como ciudadanos y no solo como consumidores, deben integrar a todos los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes, hacerles partícipes y coproductores de su actividad.

Credibilidad. Para otorgar solidez a los contenidos y a la información por medio de su independencia y profesionalidad. Los medios públicos deben estar abiertos a los ciudadanos, las empresas y las instituciones de forma transparente con el objetivo de trasladar un mensaje de confianza y de credibilidad a la sociedad.

Creatividad. Los medios públicos deben ser animadores de contenidos audiovisuales y de la industria, fomentando la innovación y el cambio, creando comunidades de interés, impulsando la creación de riqueza en las industrias culturales.

Es necesario que RTVE defina y adapte su misión en la sociedad digital y del conocimiento, presentando una nueva propuesta basada en estos valores

Si se dan estas condiciones, los ciudadanos deberían poder entender el valor de los medios públicos que les ayudan a distinguir entre noticias 'verdaderas' y 'falsas', o a darse cuenta de que la producción de determinados contenidos audiovisuales, como la cultura o la información en profundidad, generan externalidades de carácter positivo, una sociedad mejor educada y mejor informada.

No es necesario llegar a los extremos como en Suiza o en la República Checa para que los medios públicos se esfuercen por hacer llegar a los ciudadanos una nueva visión sobre su valor diferencial.

También en el caso español es necesario que RTVE defina y adapte su misión en la sociedad digital y del conocimiento, presentando una nueva propuesta basada en estos valores, que le permita seguir siendo relevante para los ciudadanos españoles.

*Enrique Alejo, director general corporativo de RTVE.