¿Qué tiene la derecha con los derechos?

La derecha siempre se toma su tiempo para aceptar cualquier derecho para las mayorías. Le costó aceptar que el pueblo supiera leer y escribir, le costó aceptar que votara, que tuviera jornadas laborales dignas, le costó otra vez que la mujer votara, le cuesta que la mujer tenga derechos. Les costó aceptar la Constitución.

La derecha siempre llega tarde a la verdad, porque la mentira, es decir, su verdad, siempre es ventajosa para su posición social. Uno podría preguntarse ¿pero qué sacan diciendo que el sol da vueltas alrededor de la tierra? Pues hacer de la Biblia palabra de Dios. Logran convencernos de que lo que dicen los curas va a misa. Porque si les cuestionas algo, igual luego les cuestionas otras cosas. Y empiezan las revueltas. La derecha siempre se opuso a la separación entre la iglesia y el Estado. Además, lo que han dicho históricamente los obispos ha beneficiado a los que invitaban a los palacios a los obispos.

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Y no es un asunto menor: la derecha siempre ha encontrado forma de librarse de las prohibiciones que han impuesto a los demás. Prohibían que el pueblo estudiara porque ellos tenían sus colegios, sus instructores, sus maestros. Prohibían los libros que ellos tenían en sus bibliotecas. Prohibían que el pueblo se bañara en el mar pegado a sus chalets porque las costas, hasta la Constitución de 1978, les pertenecían. Prohibían que el pueblo trabajara 8 horas porque ellos trabajaban dos, igual que prohíben la jubilación a los 62 años porque ellos se jubilan a los 50 o directamente no se jubilan porque les gusta su trabajo y ganan muy bien con las horas que le echan.

Prohibieron el aborto porque hacían falta trabajadores y campesinos, pero ellas iban a abortar a Londres. Prohibían el divorcio porque la familia era la garantía de que los trabajadores iban a rendir convenientemente en la fábrica. Y ellos iban a divorciarse a Rota.

En su imaginario, a las jóvenes con trenzas rubias nadie las ejecuta. A los que tienen una minusvalía del 90%, sí. Así es la derecha española

Pero qué curioso, porque cuando se aprueba el aborto o el divorcio o el matrimonio homosexual, lo usan con alegría de conversos. La derecha siempre va con algunos decenios de retraso.

Ahora pasa lo mismo con la muerte digna. La derecha, que siempre ha sido admiradora de Franco y de Hitler y a la que nunca le han preocupado los campos de concentración donde estuvieron miles de españoles, confunde, con ese aroma nazi que siempre les embriaga, los homicidios que practicaron los nazis con la búsqueda de una muerte digna. Les traiciona el subconsciente y por eso un diputado de la derecha, tan cobarde como para esconderse en el tumulto, ha dicho que una persona como Echenique sería ejecutable. Nadie le diría a una joven con trenzas rubias: ¡Es una vergüenza que precisamente tú defiendas la eutanasia! Porque en su imaginario, a las jóvenes con trenzas rubias nadie las ejecuta. A los que tienen una minusvalía del 90%, sí. Así es la derecha española.

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Se va a aprobar la ley de eutanasia, y habrá gente de derechas a las que la vida les pondrá en situaciones terribles donde alguna enfermedad irreversible les condene a una vida miserable. Y entonces, en nombre de la vida, decidirán terminar con la suya y podrán hacerlo evitando un enorme sufrimiento en el cuerpo y en el alma. Gracias a gente que hoy está enjuiciada o encarcelada por culpa de la derecha. Como ha ocurrido con casi todos los derechos.