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Julio Anguita, uno de los imprescindibles que han luchado toda su vida
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Julio Anguita, uno de los imprescindibles que han luchado toda su vida

Convencido de que la izquierda no se podía referenciar en un solo partido defendió la necesidad de construir una amplia convocatoria en la que se integrarán todas las organizaciones

Foto: Julio Anguita retratado por José Camó, fotógrafo del PCE e IU. (Cedida)
Julio Anguita retratado por José Camó, fotógrafo del PCE e IU. (Cedida)

Coherencia y perseverancia se quedan cortas a la hora de definir toda la trayectoria política y humana de Julio Anguita, pero sí pueden referenciar muchas de las lecciones que nos ha dejado desde que en la campaña de las elecciones municipales de 1979 en Córdoba, cuando nadie pensaba ganarlas y reunió a su equipo para decirles que había que hacer la campaña pensando en lo que se haría al día siguiente de llegar a la Alcaldía, o cuando defendió la autoridad municipal frente al obispado o el propio jefe del Estado.

Julio, siempre austero y confiado en que había que hablar claro y directo, cogió una pizarra y se recorrió los barrios cordobeses explicando los Presupuestos del Ayuntamiento para explicar que había que priorizar las inversiones en los barrios más populares que habían estado abandonados, que había que gastar los pocos fondos municipales en beneficio de los más necesitados.

Foto: Fotografía de archivo (24 03 2019) del líder histórico de IU Julio Anguita. (EFE) Opinión
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Convencido de que la izquierda no se podía referenciar en un solo partido, defendió la necesidad de construir una amplia convocatoria en la que se integraran todas las organizaciones que defendían propuestas progresistas. De este proceso surgió Convocatoria Por Andalucía, germen de Izquierda Unida, siempre con una seña de identidad: el programa, la defensa de propuestas concretas, pensando desde la oposición en qué se haría una vez alcanzado el Gobierno.

Fueron años duros, de corrupción, de terrorismo de Estado, de señores X. Fueron años en los que Julio Anguita era la voz que clamaba en el Parlamento y en la calle en defensa de los valores Progresistas de la Constitución de 1978, hasta que un día en la Casa de Campo proclamó que si no se respetaba el derecho a la vivienda digna, al trabajo, a poner la economía al servicio del interés general, nadie estaba obligado a mantener lealtad a un texto que había sido manipulado y deformado.

La defensa de la República por Julio Anguita siempre estaba ligada a lo concreto, a considerarla como un instrumento para mejorar la vida de la mayoría social trabajadora, para abrir un período de progreso y mayor libertad. La defensa de la Europa de los Pueblos, oponiéndose al Tratado de Maastricht, denunciando el carácter antisocial de un proceso que ponía la defensa de los beneficios del capital por encima del interés general fue duramente atacado desde el exterior y desde el interior de su organización, pero el tiempo ha demostrado el acierto de sus planteamientos.

Foto: Julio Anguita charla con Carlos Sánchez Mato en su domicilio de Córdoba. (EC) Opinión
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Una crisis cardíaca le obligó a abandonar la institución, pero nunca dejó la política, al contrario; con más tiempo y libertad se implicó en múltiples proyectos que buscaban conseguir la máxima unidad de las fuerzas progresistas, mesas de convergencia, frente cívico... Fueron proyectos en los que siempre se planteaba la posibilidad de agrupar a fuerzas diversas en torno a un programa político de progreso, pero, junto a estas propuestas unitarias, Julio Anguita siempre permanecía fiel a su militancia comunista porque entendía que todo proyecto político tenía sentido si estaba enmarcado en el horizonte de una sociedad comunista.

Su última aportación, fue impulsar un manifiesto que llamaba a organizar la movilización para defender las propuestas de progreso, de libertad y de justicia frente a la ofensiva de la extrema derecha, un manifiesto que apoyaba al gobierno de coalición pero al mismo tiempo le exigía que no se rindiera y desarrollase el programa que había firmado en su investidura.

Un manifiesto que demostraba sus ganas de luchar, porque esa era su característica, su capacidad de lucha. Nunca se rindió, y por eso Julio encarna mejor que nadie aquellos versos de Brecht que definen como imprescindibles a quienes luchan toda la vida.

*José Luis Centella es presidente del PCE.

*Enrique Santiago es secretario general del PCE

Coherencia y perseverancia se quedan cortas a la hora de definir toda la trayectoria política y humana de Julio Anguita, pero sí pueden referenciar muchas de las lecciones que nos ha dejado desde que en la campaña de las elecciones municipales de 1979 en Córdoba, cuando nadie pensaba ganarlas y reunió a su equipo para decirles que había que hacer la campaña pensando en lo que se haría al día siguiente de llegar a la Alcaldía, o cuando defendió la autoridad municipal frente al obispado o el propio jefe del Estado.

Julio Anguita PCE Izquierda Unida