Cuarto SOS Agroalimentario: "tutto va bene"

Ya llevamos más de sesenta días sumidos en el estado de alarma, y a estas alturas el sector agroalimentario que, no lo olvidemos, representa el 11% del PIB nacional, ya tiene claro que para sobrevivir debe buscar soluciones por su cuenta. Durante la fase más crítica del confinamiento, se ha reinventado y reorganizado a pesar de la pandemia y de las carencias de material de seguridad para procesar, elaborar y dispensar productos, para vender 'online', para evitar en definitiva el desabastecimiento de alimentos a la población y alejar el fantasma de la crisis social que ello hubiera llevado consigo.

Sin embargo, hay quien ha confundido esto con la carencia de problemas en el sistema alimentario. Nada más lejos de la realidad: el sector partía ya de una situación complicada antes de la pandemia y esta no ha hecho más que agudizar y provocar otros nuevos en ámbitos que hasta ese momento estaban funcionando e incluso eran referentes nacionales en exportación.

La pandemia ha mostrado más que nunca la necesidad de hablar del sistema alimentario en su conjunto, de trabajar en la interrelación de todos los eslabones. De hecho, los propios agentes han avanzado en esta unión. Las grandes Organizaciones profesionales agrarias han unido fuerzas entre sí. Industria, cooperativas, distribución y, hostelería, también han iniciado una dinámica de trabajo conjunto digna de reseñar. Unos y otros buscan la supervivencia de explotaciones, empresas y centros de distribución de nuestros productos. Buscan seguir garantizándonos el abastecimiento de alimentos de calidad y a precios razonables.

"Tampoco pasa desapercibida la presencia de la ministra de Igualdad para aportar sus conocimientos en la reconstrucción de España"

Los problemas por los que atraviesan no son menores, fundamentalmente de aquellos cuyo principal mercado es el denominado canal Horeca, es decir, hoteles, restaurantes, bares, asadores, etc. Su cierre en España y en el resto de países ha determinado que dejen de venderse multitud de productos. Ellos se han unido, han lanzado el SOS al Gobierno, han trabajado en documentos rigurosos que han presentado a los ministerios correspondientes, han tenido reuniones con representantes de grupos políticos para trasladarnos sus problemas, han elaborado informes de impacto que han enviado a Bruselas, han diseñado un plan de desescalada más que razonable para poder volver a la normalidad, cuanto antes, sin riesgo sanitario y con el menor impacto económico posible.

Llama por ello la atención, que ni siquiera se haya considerado su inclusión en la Comisión parlamentaria de reconstrucción, ni de este ni de ninguno de los sectores industriales que deben aportar soluciones para salir de esta crisis y generar empleo. Tampoco pasa desapercibida la presencia de la ministra de Igualdad para aportar sus conocimientos en la reconstrucción de la mayor crisis sanitaria y económica que ha vivido España, mientras la responsable de Industria brilla por su ausencia.

"Las ayudas y soluciones prometidas no llegan, a diferencia de lo que estamos viendo que ocurre en el resto de países de nuestro entorno"

Mientras el sector ha hecho sus deberes, el Gobierno de España sigue instalado en la autocomplacencia y las luchas internas. Las ayudas y soluciones prometidas no llegan, a diferencia de lo que estamos viendo que ocurre en el resto de países de nuestro entorno. Por si fuera poco, el Gobierno ha ignorado el Plan de desescalada elaborado por expertos del sector agroalimentario que conocen bien lo que tienen entre manos. En lugar de buscar soluciones, el Gobierno dedica su tiempo a buscar culpables a medida, aunque para ello haya que desacreditar al sistema alimentario.

Todos sabemos que el Telediario se ha convertido, ya sin ningún disimulo, en el elemento de propaganda del Gobierno en este país. Estas semanas hemos visto, para sorpresa de muchos, como el consumo en los hogares se convertía en noticia, donde el feliz confinamiento nos llevaba a aplaudir, cantar y hacer pasteles en nuestras casas, lo que servía para amortiguar el desastre de la gestión sanitaria en España, batiendo cifras récord en número de fallecidos.

Al mismo tiempo, los datos que cada semana publicaba la web de Moncloa pretendían hacernos intuir el auge del sector gracias a los aumentos exponenciales del consumo de determinados productos en nuestras casas. No sabemos si será por casualidad, pero los mejores datos se referían, precisamente, a aquellos productos con más problemas en estos momentos por el cierre de sus canales de venta tradicionales.

"La patronal del sector denuncia su 'dramática' situación por el cierre de la hostelería y niegan que se haya duplicado el consumo en el hogar"

Datos ciertamente sorprendentes y llamativos que alertaron a productores, industria, hostelería, etc. hasta el punto que esta misma semana tuvieron que hacer sus propios comunicados: "Los fabricantes de espirituosos desmienten los aumentos de consumo que registra el Ministerio de Agricultura"; "La patronal del sector denuncia su 'dramática' situación por el cierre de la hostelería y niegan que se haya duplicado el consumo en el hogar, como señala el Gobierno". ¿Qué sentido tiene?, ¿qué objetivo persigue?, ¿qué extraña lógica justifica que en medio de una crisis sanitaria como la que estamos viviendo, en una situación tan excepcional que ha requerido imponer el estado de alarma, se modifique la forma de presentar las estimaciones de lo que se consume en los hogares?

Ocultar los problemas no ayuda a que se resuelvan, reinterpretar los datos no modifica la realidad. Es llamativo el ejemplo de los fabricantes de bebidas espirituosas, están tan desesperados como asombrados con lo que está pasando y han realizado una llamada de "auxilio" ante la que han calificado como "dramática situación" que atraviesan por el cierre de la hostelería.

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Según Espirituosos España, que agrupa a todo el sector, no solo se han perdido el 70% de las ventas —las que dependen del canal hostelero—, sino que prácticamente no ha habido repunte de ventas en los hogares. Sin embargo, viendo los datos oficiales ¡con crecimientos de más del 100% la última semana!, cualquiera pensaría que la población española se ha abandonado directamente a la bebida.

"La pandemia está poniendo en riesgo la práctica totalidad de las empresas, el 80% Pymes, y sus 3.800 centros de producción"

La realidad es que con datos de la patronal de productores y distribuidores de gran consumo AECOC y de la consultora Nielsen, el incremento de consumo en hogares ha sido del 2%, bien alejado del 112% que muestra el Gobierno en la última semana. No es de extrañar, por tanto, que la asociación desmienta los datos del Ministerio de Agricultura, y le exija que se rectifiquen, aclarando, que "al contrario que en otros países de Europa, somos consumidores sociales, por lo que las ventas que se pierden en hostelería no se venden en alimentación".

La pandemia está poniendo en riesgo la práctica totalidad de las empresas, el 80% Pymes, y sus 3.800 centros de producción. Y lo que es aún peor, la expectativa de recuperación no es precisamente halagüeña y lo sabe el Ministerio igual o quizás incluso mejor que el sector por la falta de los ingresos derivados del turismo extranjero. Es por ello que la patronal de los destilados exige el aplazamiento de los impuestos indirectos que gravan el alcohol, pues como se trata de impuestos al consumo, con la hostelería cerrada", las empresas productoras se ven obligadas a adelantar cuantías que cifran en 84 millones, "sin haber cobrado de los clientes".

Asimismo, reclaman la realización de planes de impulso a la demanda y una apertura inmediata y segura de la hostelería, a partir de la 'Guía para la apertura segura' que ha presentado al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo la patronal Hostelería de España junto con la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y AECOC.

La autocomplacencia de este Gobierno llega a límites insospechados. Un gobierno que parece haber hecho suyo el "Tutto va bene" de Paolo Vallesi, acudiendo ya sin ningún pudor a la rancia estrategia de intentar ocultar ante los ciudadanos los problemas —tan propia de los regímenes autoritarios—, con el único objetivo de eludir su propia responsabilidad.

"Su abanico de recursos parece no tener fin, ni tampoco escrúpulos y no esconde más que su propia incapacidad"

Diseñando problemas a medida para justificar decisiones impuestas de forma autoritaria y adoptadas de forma unilateral, sin contar con los sectores implicados y ni con más expertos que los que ellos disfrazan como tales y reclutan en sus camarillas políticas. Buscando culpables fuera, a ser posible en sus adversarios políticos, pero incluso si hiciera falta también, en la "irresponsabilidad de los ciudadanos" tal y como hemos podido ver hace solo unos días.

Su abanico de recursos parece no tener fin, ni tampoco escrúpulos y no esconde más que su propia incapacidad. Dediquen, por favor, su tiempo y su esfuerzo en buscar un camino claro para abordar la crisis sanitaria y económica en la que estamos inmersos, y déjense de buscar excusas o de intentar crear culpables.