Es noticia
Una oportunidad para hacer las reformas
  1. España
  2. Tribuna
Luis Garicano

Tribuna

Por

Una oportunidad para hacer las reformas

España debe aprovechar un acuerdo histórico que tiene algunas sombras

Foto: Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Josep Borrell. (Reuters)
Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Josep Borrell. (Reuters)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Para que no haya ninguna duda, arranquemos con lo principal: sí, es una buena noticia, una gran noticia para España y para la UE que el Consejo Europeo haya alcanzado la pasada madrugada un acuerdo sobre el paquete de recuperación. Un solo dato para entender que el uso del adjetivo histórico no es en vano: a principios de año, era inimaginable para cualquiera de nosotros una emisión de deuda conjunta europea como la que hace falta para financiar el paquete.

Sin embargo, lo que empezamos a trabajar hace ya varios meses desde el Parlamento se convirtió anoche en una realidad: Europa emitirá bonos europeos por valor de 750.000 millones euros para financiar reformas e inversiones con las que ayudar a recuperar su economía. Si no desperdiciamos la ocasión gastando el dinero sin ton ni son, este paquete de recuperación puede ser el germen de una unión fiscal europea.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el EUCO. (EFE)

Dentro de esta valoración positiva, hay algunas sombras que, desde el Parlamento Europeo, trabajaremos por modificar.

En primer lugar, el acuerdo no solo supone un acuerdo sobre el presupuesto extraordinario, sino también sobre el marco financiero plurianual —el presupuesto comunitario para los próximos siete años, con todo lo que eso implica, desde el dinero de la PAC hasta los fondos de cohesión—. Este aspecto es insatisfactorio.

Tenemos dos retos: gastar el dinero y gastarlo bien, sin derroches ni planes absurdos, sin rotondas y sin obras faraónicas

Aunque la respuesta del fondo de recuperación extraordinario es ambiciosa, el presupuesto ordinario de la UE a largo plazo no será suficiente para satisfacer las expectativas que los ciudadanos tienen en Europa. Y eso, que es grave políticamente, con los populismos al acecho, es grave económicamente: es un error que para llegar al acuerdo se hayan sacrificado parte de los fondos que la Unión iba a dedicar a sus prioridades de futuro.

En segundo lugar, el mecanismo propuesto para aprobar los planes de reformas presentados por los países carece de legitimidad democrática. Corremos el riesgo de que haya tensiones entre los países si uno de ellos decide vetar el plan de reformas del otro. Los gobiernos tienen que presentar a Bruselas un plan de reformas nacionales antes del 15 de octubre y serán aprobados en abril de 2021. Cada Gobierno explicará al Ejecutivo comunitario en qué se va a gastar el dinero que llegará vía transferencias. Pero la aprobación definitiva no va a depender de la Comisión Europea sino del resto de países.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a Ursula von der Leyen, Giuseppe Conte, Emmanuel Macron y Angela Merkel, entre otros. (EFE)

Esto sustituye un árbitro neutral, que todos aceptamos, por un Consejo Europeo en el que los intereses de los partidos son contrapuestos. Si a Holanda, por poner un ejemplo que nos sonará —pero también podemos hablar de Suecia o de Austria— no le parece bien el plan que ha propuesto España, puede vetarlo. No solo en la aprobación, son también el desembolso de fondos podrá paralizarse si no se cumplen ciertos hitos. La pesadilla es que, en ese caso, habría que convocar otro Consejo Europeo a cara de perro para discutir la viabilidad o la corrección de ese plan de reformas. Este mecanismo es un error porque consolida una visión de la Unión Europea como una mera organización intergubernamental que alimenta los prejuicios entre norte y sur.

[Álbum | Así han sido los cuatro días de intensas negociaciones]

En tercer lugar, la deuda que hoy se pide y sus intereses solo se pueden devolver de tres maneras: con más contribuciones de los Estados, recortando partidas del presupuesto de la UE o haciendo pagar a nivel europeo a las multinacionales que eluden impuestos en cada país y a los grandes contaminadores. Desde el Parlamento Europeo, hemos marcado esta última vía, pero el acuerdo no ha resuelto de una manera convincente cómo se va a pagar la deuda que se va a emitir. Lejos de establecer un calendario ambicioso para lograr nuevos ingresos propios para la Unión Europea, se acuerda disminuir la recaudación para Europa de uno de los ingresos propios que tiene la UE: los aranceles.

El dinero europeo no puede servir para subsidiar la emergencia de regímenes populistas y autoritarios

En cuarto lugar, el acuerdo menciona, pero sin concretar, los mecanismos de control del Estado de derecho. Todos los países tienen poder de veto sobre la propuesta, incluidos Hungría y Polonia, pero los negociadores han concedido demasiado a dos países que son receptores netos. El dinero europeo no puede servir para subsidiar la emergencia de regímenes populistas y autoritarios.

Por último, no podemos compartir la utilización de los descuentos —los rebates— como elemento negociador para contentar a los Estados más reticentes al paquete de recuperación. Esta medida también refleja una negociación basada exclusivamente en intereses nacionales.

placeholder Uno de los momentos de la cumbre europea este fin de semana. (EFE)
Uno de los momentos de la cumbre europea este fin de semana. (EFE)

El fondo de recuperación será una oportunidad excelente para que España acometa las reformas que necesitamos. Pero el esfuerzo que se nos exige es claro. Estamos avisados. Todo es tan sencillo —y tan difícil para algunos, aparentemente— como entender que tenemos dos retos: gastar el dinero (no olvidemos que gran parte de los fondos europeos asignados a España para el periodo 2014-2020 no se ha ejecutado) y gastarlo bien, sin derroches ni planes absurdos, sin rotondas, sin obras faraónicas, con proyectos sobre los ejes de futuro de la economía digital, la transformación verde, la sanidad, la educación y la reforma de la Administración.

Gastar el dinero y gastarlo bien. Por nosotros mismos, y además porque nos están viendo. No podemos hacerlo mal, pero es que no debemos hacerlo mal. No podemos permitirnos desaprovechar esta oportunidad.

*Luis Garicano, jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, es vicepresidente y portavoz económico de Renew Europe.

Para que no haya ninguna duda, arranquemos con lo principal: sí, es una buena noticia, una gran noticia para España y para la UE que el Consejo Europeo haya alcanzado la pasada madrugada un acuerdo sobre el paquete de recuperación. Un solo dato para entender que el uso del adjetivo histórico no es en vano: a principios de año, era inimaginable para cualquiera de nosotros una emisión de deuda conjunta europea como la que hace falta para financiar el paquete.

Comisión Europea Parlamento Europeo Consejo Europeo Luis Garicano Ciudadanos Unión Europea Pedro Sánchez