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Presupuestos: una valoración realista
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Presupuestos: una valoración realista

Los gobiernos y bancos centrales de todo el mundo han asumido más o menos la misma estrategia: sostener la economía viva a través de inyecciones masivas de liquidez

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras la aprobación del proyecto de Ley de Presupuestos. (EFE)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras la aprobación del proyecto de Ley de Presupuestos. (EFE)
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Previsiblemente en los próximos días se acordarán finalmente los Presupuestos, la ley más importante para la definición de la estrategia de cualquier gobierno, tras casi tres años en los que las fuerzas políticas han sido incapaces de llegar a un acuerdo. Se trata de unos presupuestos extraordinariamente expansivos, como corresponde en una situación de extraordinaria excepcionalidad como en la que nos encontramos. En medio de una pandemia de la que nadie es culpable y con la economía obligada a cerrar "por decreto", los gobiernos y bancos centrales de todo el mundo han asumido más o menos la misma estrategia: sostener la economía viva a través de inyecciones masivas de liquidez y un sostenimiento generalizado de rentas, para que la cadena de pagos siga funcionando y evitar así males mayores, hasta que pase la tormenta.

En una nota recientemente publicada en EsadeEcPol analizamos los tres ejes principales del presupuesto: el cuadro macroeconómico y las proyecciones de ingresos y gastos. Empezando por el cuadro macroeconómico que presenta el Gobierno, su tasa de crecimiento prevista para el 2021 se encuentra muy por encima de las estimaciones que realizan el resto de instituciones. Esto se explica por dos razones fundamentales. En primer lugar, el Gobierno asume que será capaz de utilizar el 100% de los fondos europeos en 2021 permitiendo que estos aporten un 2,6% de crecimiento extra el próximo año. En segundo lugar, se asume una evolución muy favorable de la pandemia, que permitiría una recuperación muy rápida de la movilidad desde principios de año y, por tanto, de la actividad económica.

Hacer política a corto plazo con las pensiones y cargando mayor deuda en las generaciones futuras no parece una medida particularmente progresista

En EsadeEcPol pensamos que ambos supuestos son excesivamente optimistas. En el último marco financiero plurianual, el gobierno español ha sido capaz de ejecutar solamente uno de cada tres euros que venían de Europa. En un escenario más realista, aunque favorable, asumiendo que se lograra ejecutar el 50% de los fondos, el impacto en el crecimiento de 2021 de las transferencias europeas sería la mitad de los 2,6 puntos que estima el Gobierno. Asimismo, creemos que es razonable asumir que, al menos hasta el verano, seguiremos en un escenario con limitaciones intermitentes a la actividad, redundando también en un menor crecimiento que el estimado. Como consecuencia, estimamos que el crecimiento económico del año que viene será ligeramente superior a la mitad de lo que espera el Gobierno, más cercano al 6% que al 10%.

Como es lógico, el optimismo del cuadro macro afecta positivamente a las previsiones de recaudación, a lo que se suma una sobrevaloración del impacto recaudatorio de las nuevas subidas de impuestos anunciadas para 2021. Por estas medidas el Gobierno prevé aumentar la recaudación en casi 6.100 millones de euros durante el próximo año. En línea con las estimaciones de la Airef, desde EsadeEcPol hemos rebajado esta estimación a 3.900 millones de euros, tras tener en cuenta unos supuestos más realistas en casi todos los impuestos y las previsibles reacciones de los agentes en el caso del aumento del IRPF a las rentas altas y la subida del IVA a las bebidas azucaradas. En consecuencia, esperamos que el Gobierno recaude alrededor de dos de cada tres euros de lo que estima que va a recaudar como consecuencia de las subidas de impuestos.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)

Respecto al apartado de gastos es importante resaltar que en estos presupuestos no solo crecen las partidas estrictamente relacionadas con la pandemia, sino que se aprecia un aumento del gasto importante en casi todas las partidas. En términos agregados el gasto crece desde los 461.000 millones de euros en 2020 a 550.000 en 2021, de los cuales 26.634 millones pertenecen a los fondos europeos. El aumento en algunas partidas es muy positivo y necesario, como el aumento del 35% en el presupuesto de becas para la educación superior, los compromisos de inversión en tecnología e infraestructuras para la transición energética, el incremento del presupuesto en ciencia o el incremento en la partida de ayuda a la dependencia.

Sin embargo, el aumento en estas partidas palidece cuando se pone en perspectiva respecto al aumento de dos grandes conceptos, pensiones y salarios públicos, dos colectivos que tanto en esta como en la anterior crisis han estado entre los más protegidos. La subida de pensiones suma un aumento de casi 5000 millones de euros en 2021. Si a este aumento se le suman los cerca de 1.500 millones que supondrá la revalorización del sueldo a los empleados públicos ambas suman una cantidad que es casi del doble de todo el presupuesto para el ingreso mínimo vital en 2021.

Foto: Un funcionario, en una oficina de Correos. (EFE) Opinión

Los sueldos de los funcionarios subirán por encima del nivel de precios. En un contexto de altísimo endeudamiento y en el que amplios sectores de la población han estado expuestos a una vulnerabilidad económica sin precedentes, transferencias económicas hacia los empleos más protegidos con rentas relativamente altas no parecen las más adecuadas para reducir las desigualdades. Por otra parte, en un contexto de inflación negativa, la subida de pensiones supone la mayor subida del poder adquisitivo de los pensionistas desde 2015. A lo largo de los próximos siete años esta subida del poder adquisitivo de los pensionistas absorbería alrededor de la mitad del total de transferencias comprometidas por la UE para ese periodo. Dado que antes o después el Gobierno deberá enfrentarse a la restricción presupuestaria, seguir haciendo política de corto plazo con las pensiones y cargando mayor deuda en las generaciones futuras (mucho más desprotegidas y precarias) tampoco parece una política particularmente progresista.

Toni Roldán Monés es director de EsadeEcPol

Ángel Martínez es analista de EsadeEcPol

Previsiblemente en los próximos días se acordarán finalmente los Presupuestos, la ley más importante para la definición de la estrategia de cualquier gobierno, tras casi tres años en los que las fuerzas políticas han sido incapaces de llegar a un acuerdo. Se trata de unos presupuestos extraordinariamente expansivos, como corresponde en una situación de extraordinaria excepcionalidad como en la que nos encontramos. En medio de una pandemia de la que nadie es culpable y con la economía obligada a cerrar "por decreto", los gobiernos y bancos centrales de todo el mundo han asumido más o menos la misma estrategia: sostener la economía viva a través de inyecciones masivas de liquidez y un sostenimiento generalizado de rentas, para que la cadena de pagos siga funcionando y evitar así males mayores, hasta que pase la tormenta.

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