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Nadia Calviño

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Política económica para la recuperación

Debemos reforzar la red de seguridad sin precedentes desplegada desde marzo pasado para proteger el tejido productivo, el empleo y las rentas familiares

Foto: Foto: EFE.
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Tras casi 12 meses marcados por la pandemia, 2021 está llamado a ser el año de la recuperación. Todavía quedan semanas duras por delante y persiste la incertidumbre, pero todos los organismos prevén un crecimiento fuerte de la economía española, sobre todo en la segunda parte del año, y están claras las cuatro prioridades de política económica que han de guiarnos para lograr cuanto antes un crecimiento sólido y sostenible.

La primera es, naturalmente, el control de la pandemia. El despliegue ágil de vacunas eficaces en tiempo récord, gracias al apoyo público masivo, marca un punto de inflexión que permitirá empezar a recuperar la confianza y, con ella, el consumo y la inversión.

La estabilidad en los mercados financieros y la evolución de nuestros principales socios comerciales constituyen el segundo condicionante de nuestra economía, muy abierta. La reapertura de las rutas internacionales y el aumento de la demanda en Europa serán clave para impulsar las exportaciones de bienes y el turismo. Para ello, la segunda prioridad es el mantenimiento de una buena coordinación de las políticas monetarias y fiscales, que impulse el crecimiento y la creación de empleo, y de los programas multilaterales de alivio de deuda y apoyo financiero a los países más vulnerables.

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La tercera prioridad es la protección de nuestro tejido productivo, evitando que la larga pandemia tenga un impacto estructural que lastre el crecimiento. Por eso, de cara a los próximos meses, debemos reforzar la red de seguridad sin precedentes desplegada desde marzo pasado para proteger el tejido productivo, el empleo y las rentas familiares.

España se encuentra entre los países europeos con medidas más efectivas para mitigar el impacto económico y social de la pandemia; tanto por el apoyo a la liquidez como, sobre todo, por las ayudas directas dirigidas a las personas. El Estado ha pagado salarios y cotizaciones a los trabajadores en ERTE y una prestación extraordinaria para los autónomos; ayudas directas de más de 40.800 millones de euros a los ciudadanos y las familias. Además, se han reforzado la protección por desempleo y las ayudas a los colectivos más vulnerables. En el plano empresarial, se ha aliviado la carga financiera y de costes y se han avalado 116.000 millones de euros de financiación para proteger el tejido productivo. Con el fin de que las comunidades autónomas puedan cubrir los costes adicionales en sanidad y educación y también ayudar a las pymes, se les han transferido 24.000 millones de euros. De hecho, casi todas están dedicando un porcentaje significativo precisamente para ayudar a empresas y personas afectadas por las restricciones de movilidad y actividad para frenar la pandemia en sus territorios.

Está claro que todavía no hemos dejado atrás las dificultades y hay sectores que sufren una caída de actividad muy intensa

Gracias a este esfuerzo colectivo de todos los contribuyentes, se ha evitado la intensa destrucción de empleo vivida en crisis anteriores y la tasa de paro se ha mantenido en el 15,5% en 2020, muy por debajo de lo inicialmente previsto. La red de seguridad desplegada ha sido sin duda eficaz para alejar los escenarios más negativos.

Pero está claro que todavía no hemos dejado atrás las dificultades y hay sectores que sufren una caída de actividad muy intensa y duradera que debilita su solvencia y su músculo para la reapertura. Por eso, desde el pasado otoño, hemos reforzado las distintas ayudas. Se han extendido los periodos de carencia, de moratoria y de devolución de los créditos, se ha ampliado el marco legal para las ayudas directas a empresas y llevamos tiempo trabajando con el sector financiero para articular mecanismos eficaces que eviten el sobreendeudamiento, mejoren la solvencia y refuercen las empresas de cara a la recuperación.

Además de seguir actuando a corto plazo, en 2021 hemos de poner los fundamentos del crecimiento futuro. La cuarta prioridad para impulsar el crecimiento y la creación de empleo es el plan de recuperación, con una batería de inversiones y reformas para avanzar hacia una España más verde, más digital, más cohesionada social y territorialmente y más igualitaria.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la reunión este martes del Consejo de Ministros en el Palacio de la Moncloa.(EFE)

Contamos para ello con los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen 27.000 millones de euros de inversión pública alineada con las prioridades del plan, en educación y formación profesional, en ciencia e innovación, en digitalización de las pymes y de la Administración, en eficiencia energética y movilidad sostenible, en fomento del empleo y acceso a la vivienda, en economía de los cuidados y salud pública. Además, tenemos una hoja de ruta de reformas para impulsar la modernización de nuestra estructura económica. Finalmente, estamos agilizando los procedimientos burocráticos y desplegando instrumentos modernos de colaboración público-privada y entre distintos niveles de la Administración.

El enorme interés mostrado por las administraciones, empresas y agentes sociales, y las respuestas a las consultas lanzadas en estas semanas confirman que estas prioridades están alineadas con las del conjunto de la sociedad. Que hay en nuestro país la energía positiva y la determinación necesarias para que, con el impulso público, logremos que la recuperación llegue a todo el territorio, los sectores y empresas, a toda la sociedad; para que, cuando se vaya retirando la incertidumbre, nuestro país se sitúe entre los motores europeos de progreso y bienestar.

Tras casi 12 meses marcados por la pandemia, 2021 está llamado a ser el año de la recuperación. Todavía quedan semanas duras por delante y persiste la incertidumbre, pero todos los organismos prevén un crecimiento fuerte de la economía española, sobre todo en la segunda parte del año, y están claras las cuatro prioridades de política económica que han de guiarnos para lograr cuanto antes un crecimiento sólido y sostenible.

Ministerio de Economía