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Es cuestión de cultura

En este país se ha invertido mucho dinero en autovías y se han creado otras infraestructuras que eran necesarias, pero se han olvidado del sistema educativo

Foto: Foto: Freepik.
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A menudo me preguntan sobre la corrupción de los políticos, sobre los empresarios y sobre los propios trabajadores. Al final, todos ellos se han educado en el mismo invernadero, pero cada uno ha terminado en un jardín diferente. Luego, los problemas son de la misma raíz y provienen de los mismos déficits.

Cuando a continuación me plantean posibles soluciones o me preguntan sobre las propuestas por otros, siempre pienso lo mismo: pan para hoy y hambre para mañana. Porque, normalmente, no se va a la verdadera causa del problema, sino a tratar de mitigarlo a corto plazo. Incluso cuando me hablan de que España no es un país emprendedor, o que necesitamos mejorar en innovación, que nos centramos mucho en los servicios, que si a mucha gente le gusta el dinero fácil, que si no queremos esforzarnos, siempre viene detrás una posible solución cortoplacista. Lo dicho, pan para hoy…

Porque esto es cuestión de cultura. Cultura y valores. Porque una sociedad es el reflejo de su educación. Y cómo eduquemos a las generaciones futuras va a determinar el tipo de país que se nos quede. Realmente me da mucha rabia que algo tan obvio caiga en saco roto, pero es que parece que estamos olvidándonos de la educación, en el sentido más amplio posible.

"Si conseguimos incorporar determinados hábitos en la etapa más temprana, lograremos esa cultura que echamos de menos"

En este país se ha invertido mucho dinero en autovías, que ahora quieren poner a producir ingresos al Estado a través de los peajes, y se han creado otras infraestructuras que eran necesarias. Pero, en mi opinión, se han olvidado del sistema educativo. Y no hablo de los aspectos curriculares solo. Hablo de la educación en mayúsculas.

España no tiene un plan de educación como mandan los cánones. Hay mucha preocupación en el lenguaje inclusivo, y no pongo en duda que sea necesario, pero cuando mejor se aprenden idiomas es cuando se empieza en la guardería, porque interiorizamos todo aquello que se nos enseña.

Entonces, ¿no será necesario trasladar todos esos déficits tanto a la escuela como a los hogares como a las instituciones como a.…? Porque si conseguimos incorporar determinados hábitos en la etapa más temprana, lograremos esa cultura que echamos de menos. Y hablaremos de una sociedad con valores, una sociedad transparente, una sociedad limpia, emprendedora, innovadora y todo lo demás.

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Foto: Freepik.

Y siendo esto importante, tenemos que empezar a cambiar de verdad las aulas. Tenemos que transformar nuestras universidades y adaptarlas al siglo XXI, tenemos que fomentar la formación profesional. España es un país con poca industria, pero a ver quién tiene el valor de traer aquí fábricas si luego no hay oficios para cubrir los puestos de trabajo.

Lo primero que tienen que conseguir nuestros gobernantes es dibujar la realidad de nuestro país, olvidando ideología: ser emprendedor no la tiene, es una aberración para cualquier color político. Y esto es solo un ejemplo. Cuando ya tengan un análisis real de como estamos, deben intentar ponerse de acuerdo en qué clase de país queremos. También deben hacer un esfuerzo para olvidar aspectos políticos, porque antes de llegar a ellos hay otras claves que nada tienen que ver con la política. Y no se deben olvidar de que un país no lo construyen solo los políticos, y menos en algo tan importante como la educación. Deben contar con la sociedad civil. Y no será difícil identificarla; por lo que los jugadores de esta etapa será fácil reconocerlos, sin sesgos ni vísceras. Con cabeza y algo de corazón. El corazón que se necesita para querer lo mejor para tu país, ahora y en el futuro.

"Si queremos realmente cambiar nuestro modelo de país, tenemos que empezar a verbalizarlo. Esperemos recuperar a los políticos estadistas"

A partir de aquí, el camino a recorrer entre la situación actual y el lugar al que queremos llegar sí tendrá que ver con ideologías, seguro, pero deben ser capaces de consensuar. A ver, señores políticos, ustedes deben trabajar para España, no para sus partidos, en temas de alta política. Seguro que son capaces de hacerlo. Y, sinceramente, quien sea capaz de acometer esta profunda reforma que precisamos se convertirá en un verdadero estadista (o quienes sean capaces de intervenir en este proceso). Hace casi 45 años se firmaron los pactos de la Moncloa. Lástima de tiempo perdido hasta hoy, pues entremedias no se han vuelto a formalizar grandes acuerdos de esta naturaleza.

En resumen, si queremos realmente cambiar nuestro modelo de país, tenemos que empezar a verbalizarlo. Esperemos recuperar a los políticos estadistas, que se olviden de los votos y que piensen en los ciudadanos. Y ahí nos van a encontrar siempre. Apoyaremos lo que haga falta, porque queremos un país robusto, con futuro, sostenible. Y eso es una cuestión de cultura.

*Fernando J. Santiago Ollero es presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos.

A menudo me preguntan sobre la corrupción de los políticos, sobre los empresarios y sobre los propios trabajadores. Al final, todos ellos se han educado en el mismo invernadero, pero cada uno ha terminado en un jardín diferente. Luego, los problemas son de la misma raíz y provienen de los mismos déficits.

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