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Más salud, más bienestar, más economía

La pandemia ha evidenciado la necesidad de contar con unas políticas y un sistema sanitario sólidos, y de disponer de los medicamentos y la investigación que los hace posibles

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La crisis por el covid-19 nos ha provocado dolor e incertidumbre, pero también hemos aprendido a ser más fuertes como sociedad, a prepararnos mejor para los desafíos futuros; y nos ha reafirmado que salud, economía y bienestar están íntimamente ligados. Sin salud no hay economía ni bienestar, y la salud, como hemos comprobado, depende en gran medida de contar con unas políticas y un sistema sanitario sólidos y de disponer de los medicamentos y la investigación que los hace posibles.

Esta crisis nos ha mostrado también el relevante papel que ha venido desempeñando España en la movilización global contra el covid-19. Nuestro país es el primero de Europa y el cuarto del mundo en ensayos clínicos contra el coronavirus y cuenta con cuatro compañías participando en la producción de las vacunas que están ayudando a vencerlo. Nuestro protagonismo en investigación clínica contra el coronavirus no es casualidad. España es desde hace años una de las referencias internacionales en ensayos clínicos de medicamentos. Y lo es gracias a la colaboración estrecha entre autoridades sanitarias, hospitales, profesionales, pacientes y compañías farmacéuticas. Hoy, centros españoles participan en más de un tercio de los ensayos que se realizan en Europa, y para muchas de nuestras compañías España es ya el segundo país, tras Estados Unidos, en ensayos clínicos.

"No caben políticas orientadas a consolidar nuestro futuro que no se sustenten en tres pilares: salud, investigación y medicamento"

La participación en la producción de vacunas muestra, por otro lado, la solidez de nuestro tejido productivo. Hoy hay poco más de 80 compañías en el mundo que participan en la fabricación de las nuevas vacunas, dada la complejidad de su producción; pues bien, insisto, cuatro son españolas. Debemos sentirnos orgullosos de formar parte de manera tan destacada en una movilización de recursos sin precedentes en la historia y de haber sido ejemplo para muchos otros países en cuanto al proceso de vacunación.

La crisis, en definitiva, nos ha enseñado que la salud, la investigación y el medicamento son críticos para el bienestar y la prosperidad futura de la sociedad moderna. Hablamos de un sector estratégico. No caben políticas orientadas a consolidar nuestro futuro que no se sustenten en estos tres pilares íntimamente ligados entre sí: salud, investigación y medicamento. Al respecto, el Gobierno presentaba en noviembre las líneas maestras de uno de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), el de salud de vanguardia, y también ha anunciado para este primer semestre del año la elaboración de un Plan Estratégico para la Industria Farmacéutica.

"Es una necesidad y una oportunidad apostar por la producción de medicamentos, en términos de inversión económica y de seguridad estratégica"

Desde Farmaindustria, entendemos estas iniciativas en términos de necesidad, pero también de oportunidad, tanto desde el ámbito de la investigación como el de la producción. Y me explico. España puede y debe participar de forma decidida en la investigación biomédica puntera, y para ello es crítico reforzar nuestro sistema sanitario e impulsar de forma decidida la investigación en medicamentos, muy especialmente en el ámbito clínico. Ambas cuestiones están vinculadas, puesto que la investigación clínica atrae fondos de la industria para los hospitales, pone a nuestros profesionales sanitarios en vanguardia científica, abre más oportunidades a los pacientes a través de su participación en los ensayos y contribuye a la creación de un ecosistema que dinamiza nuestra investigación básica y preclínica. Y no olvidemos que hay base para ello: la investigación en medicamentos representa ya hoy el 19% de la I+D de toda la industria española. España puede convertirse en un polo de atracción de inversión internacional en investigación biomédica.

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También es una necesidad y una oportunidad apostar por la producción de medicamentos, en términos de inversión económica y de seguridad estratégica. En la crisis se ha constatado la alta dependencia que Europa —y España— tiene de países asiáticos en producción de medicamentos esenciales o estratégicos. Hablamos de medicamentos veteranos, ya sin protección industrial y sometidos a reducciones periódicas de precios, cuya producción se ha desplazado a países como China e India por motivos de coste. La cuestión es que esa dependencia podría entenderse hoy excesiva en un ámbito tan delicado como el del medicamento y ante desafíos como las crisis sanitarias. Y también aquí disponemos de una sólida base: España cuenta con 82 plantas de fabricación de medicamentos de uso humano, y esto permite que las exportaciones no hayan dejado de crecer en los últimos años hasta los 12.800 millones de euros anuales.

El medicamento ya constituye el 5% del total de las exportaciones españolas, y casi una cuarta parte si hablamos de alta tecnología. En Farmaindustria estamos convencidos de que, sobre esta potente base y en un marco adecuado de colaboración con la Administración, podemos recuperar parte de la producción de medicamentos estratégicos, recuperar soberanía industrial y generar más inversión productiva para acometer los retos productivos que plantean el progreso tecnológico en nuestro sector.

"El medicamento ya constituye el 5% del total de las exportaciones españolas, y casi una cuarta parte si hablamos de alta tecnología"

Y todo ello, investigación y producción, en un momento de revolución en biomedicina, de la mano de las terapias avanzadas y la medicina de precisión y a las puertas de la llamada medicina personalizada. Buena parte de los medicamentos que la industria biofarmacéutica consigue poner cada año a disposición del sistema sanitario son precisamente terapias de precisión, por lo que la apuesta por ella, la generalización del uso de biomarcadores y los planes de digitalización que se apuntan en el citado Perte van a permitir a los pacientes españoles acceder a estos nuevos medicamentos de vanguardia en un Sistema Nacional de Salud, confío, también de vanguardia. Esto es una gran oportunidad para nuestro país.

En ambas líneas de investigación y producción y en materia de medicina de precisión y digitalización estamos presentando propuestas, lo que prueba la convicción de nuestras compañías sobre la necesidad y la oportunidad que tenemos por delante y sobre nuestro compromiso para trabajar con la Administración por el bien de los pacientes y el impulso del modelo productivo de nuestro país.

*Juan López-Belmonte es presidente de Farmaindustria.

La crisis por el covid-19 nos ha provocado dolor e incertidumbre, pero también hemos aprendido a ser más fuertes como sociedad, a prepararnos mejor para los desafíos futuros; y nos ha reafirmado que salud, economía y bienestar están íntimamente ligados. Sin salud no hay economía ni bienestar, y la salud, como hemos comprobado, depende en gran medida de contar con unas políticas y un sistema sanitario sólidos y de disponer de los medicamentos y la investigación que los hace posibles.

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