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Unidad y sentido común en la España real
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Milagros Marcos Ortega

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Unidad y sentido común en la España real

Durante los casi tres años de este Gobierno, hemos asistido atónitos a un ataque populista e ideológico al sector justificado en un mal entendido ecologismo

Foto: Manifestación por la defensa del campo español en Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)
Manifestación por la defensa del campo español en Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)

Hay un antes y un después del 20M Rural en España. El pasado domingo hemos asistido a una movilización en defensa de la España rural que ya se ha calificado de histórica. No solo por las organizaciones promotoras o por el número de personas que allí unieron sus voces, sino por el cambio de paradigma que suponen para la vida de todos y cada uno de los españoles la unidad y el sentido común mostrados por los cientos de miles de asistentes que allí se defendían del Gobierno para poder sobrevivir.

Cientos de miles de personas acudieron a Madrid y abarrotaron durante más de cuatro horas los cerca de ocho kilómetros que van desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en Atocha, hasta el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Hay que destacar la unidad y el sentido común de la España real que vimos a lo largo de esos ocho kilómetros; gente normal llegada de todos los puntos de la geografía nacional, que de forma absolutamente ordenada y pacífica clamaba contra la falta de respeto y de oportunidades que el Gobierno ha provocado en nuestros pueblos.

Personas que viven en el centro de las grandes capitales de España caminaron junto a ganaderos y agricultores de los pueblos más despoblados de nuestra geografía, caminaron juntos más de cuatro horas y en absoluta armonía. No se preguntaron unos a otros a quién votaban, ni su estatus social, no había diferencia de clases, ni territorios. No hubo una sola voz discordante, no hubo un solo altercado. Quedó patente que el reconocimiento a nuestros orígenes, el apoyo a nuestras tradiciones y al sector primario están muy por encima de clases e ideologías. Hubo una única y atronadora voz exigiendo al Gobierno que respete a nuestras gentes del campo, esas gentes humildes, sencillas, que llevan toda la vida trabajando de sol a sol para asegurar que haya alimentos de calidad y a precios razonables al alcance de todos.

No se entiende que hayamos tenido que llegar a esta crítica y lamentable situación. Todos recordamos cómo, en enero de 2020, las gentes del campo ya alertaban de su insostenible situación. Desde entonces, el Gobierno, lejos de tomar medidas, ha sometido el mundo rural a un triple ataque: reputacional, ideológico y económico.

Hemos asistido a todo tipo de descalificaciones que han llevado a dañar seriamente la imagen reputacional del sector primario, hasta el punto de que esta misma semana conocíamos dos noticias muy serias: los supermercados daneses han dejado de importar fresas de Huelva porque piensan que se utilizan esclavos para recogerlas y las exportaciones de carne han caído un 25% en el mes de enero tras las declaraciones del ministro Garzón.

Foto: Ganaderos durante su tramo final hacia Madrid. (EFE/Raúl Sanchidrián)

Durante los casi tres años de este Gobierno, hemos asistido atónitos a un ataque populista e ideológico al sector justificado en un mal entendido ecologismo. Bastaría con recordar la prohibición de cazar el lobo en contra de los datos sobre el beneficio que tiene el control cinegético, tanto para la especie como para la ganadería, aportados por los auténticos expertos, los técnicos de las comunidades autónomas donde hay lobos. Las dietas con productos de otros países; la eliminación de las inversiones en infraestructuras para almacenar agua; la prohibición de contratar personal temporal para las campañas; la inaudita regulación planteando que los animales tengan un sindicato que los represente; las imposiciones ambientales imposibles de cumplir por mucha voluntad que se tenga. Tan solo son algunas de las gotas que han ido colmando el vaso durante estos últimos años.

Finalmente, la presión económica a la que se han visto sometidos, con grandes subidas de gastos y bajada de ingresos, es lo que lo ha hecho rebosar. Recortes en la PAC, aumento exponencial en precio de elementos básicos para producir, piensos, fertilizantes, gasóleo o energía, han derivado en el cierre de dos explotaciones ganaderas al día.

A esto se ha unido ahora la crisis por el conflicto de Ucrania y el paro de los transportistas que está dejando productos perecederos sin recoger. La leche, la fruta y el pescado sufrirán la agonía final si el Gobierno se empeña en anteponer su imagen y su recaudación a los problemas reales de la gente.

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Miguel Oses)

Todos, sin excepción, trabajamos para subsistir. Nadie, ni siquiera un Gobierno como el que tiene España, puede pensar que la gente del campo debe trabajar por afición, o que pueda estar dispuesta a perder dinero y aplaudir sin rechistar. Hay soluciones, y el Gobierno las conoce porque se las hemos trasladado. Otros países las han adoptado hace tiempo y han evitado llegar a esta crítica situación. Nadie sabe a qué espera Sánchez.

España nunca ha merecido un Gobierno que no haga el más mínimo esfuerzo por comprender los problemas de la gente, que no haga absolutamente nada para solucionarlos, siendo como es su máxima responsabilidad. El domingo hemos certificado que la unidad de los españoles con el mundo rural puede ser el principio del fin del Gobierno del enfrentamiento, del populismo, de la polarización, de la irresponsabilidad y de la desidia.

Quiero pensar que lo que hemos vivido el domingo nos permite tener un hilo de esperanza, los españoles hemos dado una lección de unidad y sentido común ante la crítica situación de nuestro medio rural, nos hemos unido para exigir soluciones urgentes, para transmitir que no vamos a consentir que se ponga en entredicho nuestro pasado y en riesgo nuestro futuro. El domingo, cientos de miles de españoles hemos dicho en voz alta y clara BASTA YA.

*Milagros Marcos Ortega, portavoz de Agricultura del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso y exconsejera de Agricultura en la Junta de Castilla y León.

Hay un antes y un después del 20M Rural en España. El pasado domingo hemos asistido a una movilización en defensa de la España rural que ya se ha calificado de histórica. No solo por las organizaciones promotoras o por el número de personas que allí unieron sus voces, sino por el cambio de paradigma que suponen para la vida de todos y cada uno de los españoles la unidad y el sentido común mostrados por los cientos de miles de asistentes que allí se defendían del Gobierno para poder sobrevivir.

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