Andalucía, capital Valencia

No. Ni Valencia es la capital de Andalucía, ni todas las elecciones son iguales. Pero si hay algo innegable es que las elecciones andaluzas, las primeras de un año electoral, el gran año electoral en España, van a empezar a inclinar la balanza general en todos los territorios, teniendo más influencia de los más grandes a los más pequeños.

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Esto no quiere decir que si Moreno Bonilla es primera fuerza en Andalucía, que lo será, Carlos Mazón y el PPCV van a ser el partido más votado en la Comunidad Valenciana en las elecciones del 28 de mayo de 2023 (si Ximo Puig hace coincidir las elecciones autonómicas con las locales, como así parece que va a suceder), que no parece que lo vayan a ser, aunque estoy convencido que pondrán su maquinaria comunicativa a todo gas para intentar demostrar y vender al electorado que eso será así casi por decreto electoral tras el supuesto éxito de los populares andaluces.

Pero en el caso de que Moreno Bonilla pegue un ‘petardazo’ de última hora y sea capaz de gobernar en solitario la Junta de Andalucía, ya no hablamos de tener la mayoría absoluta, algo que es ciertamente complicado, pero sí de tener la fuerza necesaria para no depender de Vox, tal como indica el último sondeo publicado por El Confidencial, sí que generará un viento favorable para que el Partido Popular en el resto del territorio español sea el que capitalice el voto de centro-derecha y de derecha pudiendo frenar así el avance de Vox en algunos territorios y confirmándose así la práctica desaparición de Ciudadanos del mapa político.

Y esto no solo depende Moreno Bonilla, que también, si no que si sumas estos hipotéticos buenos resultados al ‘efecto Feijóo’, a los resultados de los populares en Castilla y León (aunque peores de los que ellos se esperaban) y al fenómeno fan de Ayuso, y su implacable superioridad en la Asamblea de Madrid, todo invita a pensar que la opción ganadora para las próximas elecciones generales, especialmente, y autonómicas, en la mayoría de los casos, para el votante de derechas sea la formación que hoy preside Feijóo y sus correspondientes delegaciones autonómicas.

Caballo Ganador

Noelle Neumann, en su obra 'Espiral del Silencio', creó un modelo que refleja cómo la gente se siente incómoda cuando se siente aislada de la opinión general y tiende a hacer lo que la mayoría piensa o hace. De esta forma, una parte de la opinión pública queda silenciada en favor de la corriente mayoritaria.

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Si lo trasladamos a la esfera política y electoral, podemos asegurar que este efecto de caballo ganador, o efecto ‘bandwagon’, lo que busca es que aquellas personas que no tienen decidido su voto o que están menos informadas electoralmente para las próximas elecciones, se ‘suban al carro’ de aquel partido que gobierna o sobre aquel que tiene una proyección mayor en las últimas encuestas.

Este término empezó a usarse en 1848 cuando Dan Rice, un músico que utilizaba su carro de música ('bandwagon' en inglés) para atraer a la gente y ayudar a Zachary Taylor a ganar las elecciones. Cuanto más popular era ese carro de música, más políticos se unían a la causa.

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Zachary Taylor fue elegido 12º Presidente de los Estados Unidos de América. Por cierto, en las primeras elecciones donde todos los Estados votaron el mismo día.

Encuestas y el 5%

Viendo encuestas, con la que recientemente ha publicado ‘Las Provincias’, tanto para las Cortes Valencianas como para el Ayuntamiento de Valencia, hemos podido ver cómo (casi) todos los partidos, especialmente aquellos que tienen una subida de intención de voto o tienen algún punto favorable a destacar en estos estudios sociológicos, se apresuran a hacer partícipe a los votantes, principalmente a través de las redes sociales, de que su opción es la opción ganadora. Como he comentado anteriormente, estas encuestas tienen un efecto directo ya que los resultados favorables en las mismas ayudan a subir la moral de los y las militantes y aumentar el número de personas que simpatizan con ese partido.

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En segundo lugar, más allá de las encuestas, también podemos delimitar que existe un efecto ‘bandwagon’ en aquellos casos en los que un partido enlaza resultados positivos en elecciones sucesivas y se convierte para la mayoría de la opinión pública en el caballo ganador de las próximas elecciones, sean del nivel que sean. Y al revés, también sucede un efecto similar.

Aquí en la Comunidad Valenciana, al igual que ocurre en el conjunto del territorio español, si hay un partido que tiene una tendencia catastrófica es Ciudadanos. Conforme van pasando las elecciones los resultados son cada vez peores y todo parece indicar que en los próximos comicios de mayo de 2023 puede convertirse en un partido completamente residual, si sobrevive como tal.

Además, en la Comunidad Valenciana, con la barrera del 5% que impide a las formaciones que no superan ese umbral de respaldo electoral tener representación institucional, puede hacer más difícil si cabe que la formación que lidera Inés Arrimadas pueda tener escaño tanto en las Cortes Valencianas como en el Ayuntamiento de Valencia.

El meollo en esta cuestión es ver qué porcentaje de votos va a obtener la formación naranja puesto que cuanto más cerca se quede de ese umbral del 5%, más favorecerá, a priori, la reedición de un gobierno progresista si saca más votos que la derecha, por redistribución de escaños, y cuanto menos personas confíen por este partido, a priori también, más favorecerá a PP y Vox, teniendo en cuenta el trasvase de votos que se viene produciendo en las últimas elecciones en todos los territorios.

El 'president’

Ahora bien, sí hay alguien que se piensa que por tener el viento de cola en cuanto a las tendencias y al caballo ganador tiene la faena hecha para las próximas elecciones, la "hostia" que se puede pegar la noche electoral, rememorando las palabras de Rita Barberá tras las elecciones de 2015, puede ser de aúpa. Porque ni este efecto 'bandwagon' es matemático, ni es lo mismo partir desde una posición de líder de Gobierno, ni de socio minoritario de Gobierno, ni mucho menos, partir desde la oposición.

Opinión

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En el caso que aquí nos concierne, si hay algo por lo que se ha caracterizado Ximo Puig durante su mandato al frente del Palau, es el de que ha sido capaz de situarse en la centralidad del tablero político valenciano, dialogando, negociando y haciendo partícipes de las decisiones del Ejecutivo regional a todo tipo de agentes sociales y económicos, de todo signo, tanto en la primera legislatura como, especialmente, en estos difíciles tres años que estamos viviendo.

Espera un año intenso, muy intenso electoralmente hablando, y las salas de máquinas de los partidos ya están poniendo a funcionar su engranaje para poder alcanzar sus objetivos electorales en 2023.

Un aviso a navegantes: Hacer caso (relativo) a las encuestas está bien, te puede orientar en algunos aspectos estratégicos, pero confiarle todo a ellas es un tremendo error, y si no que se lo cuenten a Albert Rivera y Ciudadanos.

* Alex Comes es director de la agencia de comunicación política LaBase y subdirector de Beers&politics. Politólogo y periodista de formación, desarrolla su carrera profesional como consultor político.