Madrid abre sus puertas al AMLA

Desde que a finales de mayo el Ayuntamiento de Madrid se postulase oficialmente ante Bruselas para acoger la sede de la nueva Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo, también conocida por sus siglas en inglés AMLA, esta posibilidad ha ido resonando cada vez con mayor fuerza entre distintos actores relevantes en la materia. Con la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea recién inaugurada y en pleno proceso de tramitación de un paquete de medidas para reforzar las normas de los países miembros en la lucha contra ambos delitos, son muchas las voces que se preguntan si España está a la vanguardia en esta materia hasta el punto de ejercer como epicentro europeo en lo que a ello se refiere.

Para responder a esta pregunta conviene recordar que nuestro país cuenta con una extensa experiencia y compromiso en el ámbito de las políticas internacionales de prevención y lucha frente ambas lacras, esfuerzos que han sido reconocidos con altas calificaciones por parte del Grupo de Acción Financiera (GAFI). Es más, este mismo organismo, nos sitúa entre los cuatro mejores países del mundo en la producción y uso de la inteligencia financiera, algo que, sin duda, ha facilitado que Madrid sea hoy día uno de los centros financieros más importantes de Europa, junto con Londres, París y Frankfurt. La acogida en Madrid de la sede de AMLA, sin duda, contribuiría a reforzar esta importante posición, además de tener un impacto enorme en el crecimiento del PIB, ya que, según estimaciones de Europol, alrededor del 1% de este índice en la Unión tendría que ver con operaciones sospechosas de blanqueo.

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En este contexto, la colaboración pública y privada, con la participación activa del tejido empresarial en la fase de prevención, se hace imprescindible. Y es precisamente aquí donde reside una de las principales fortalezas de Madrid, al contar con un sistema altamente contrastado de plena cooperación entre ambos sectores en la lucha contra los delitos económicos. Esta labor, desconocida por la amplia mayoría de la población debido a la necesaria discreción que conlleva su propia naturaleza, viene desarrollándose desde hace décadas. En este sentido, el Notariado español, con el pulso real que le otorga el día a día de su actividad, ha sido y es uno de sus principales impulsores, apoyado por un complejo engranaje de alianzas y herramientas propias que tienen en el Órgano Centralizado de Prevención del blanqueo de capitales (OCP) a su principal vehículo tractor.

Todos estos trabajos coordinados han permitido posicionar al sistema como un referente, no solo a nivel europeo, sino internacional, con Latinoamérica como una de las regiones clave que ven en el modelo español un ejemplo a seguir. Con todo ello, pocos dudan de que a lo largo de estos años hemos recorrido un gran camino. Pero también es cierto que todavía quedan importantes retos a los que debemos atender. El primero de ellos es potenciar las relaciones internacionales. En Europa, 22 países cuentan con modelo notarial, a los que se suman otros 77 en el mundo, y nuestro sistema ha sido, y tiene el potencial para continuar siéndolo, una guía a seguir en multitud de estas jurisdicciones.

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En segundo lugar, nos enfrentamos a un reto normativo, ya que nuestra regulación precisa de un ajuste concreto en el que las especificidades propias de notarios y otros profesionales, como es el caso de la diligencia debida, deben ser mejoradas. Otro de los desafíos más recientes, pero que no debe ser obviado por el auge creciente que está experimentando, son los criptoactivos. Las notarías españolas ya están siendo testigo del crecimiento de este tipo de monedas virtuales y su uso supone un riesgo a pesar de contar con el reciente Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos, MICA, por lo que debemos seguir trabajando para reforzar el entorno y tratar de imponer obstáculos a posibles delitos por esta vía.

Y, por último, la necesidad de impulsar el intercambio de información y la cooperación en relación con las modalidades y tendencias de la delincuencia organizada transnacional, algo que se ha hecho con otras Unidades de Inteligencia Financiera (UIF). En este punto, cabe recordar que el AMLA deberá ejercer funciones de coordinación entre las UIF europeas, ya que la intención es crear una estructura de inteligencia financiera común y no meramente supervisora, por lo que la experiencia en este ámbito es otro de los activos con los que España, y concretamente Madrid, cuenta en la carrera hacia la elección.

Opinión

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Si algo está claro es que, con sede española o sin ella, debemos seguir avanzando en esta lucha, porque el delincuente siempre parece ir un paso por delante a la hora de encontrar un hueco por el que adentrarse, especialmente de la mano de la evolución de las nuevas tecnologías. Por ello, debemos continuar construyendo un sistema robusto, seguro y fruto de la colaboración que nos permita seguir anticipándonos y tomar la delantera en este camino. Europa ha dado un paso adelante con una potente normativa y ahora debemos garantizar la estabilidad en el marco regulatorio, de forma que pueda favorecerse una aplicación eficaz.

Madrid reúne todos los requisitos para ser parte activa de este camino. Cuenta con las mejores redes, infraestructuras digitales y de transporte, que hacen de ella una de las mejores opciones para coger la sede de esta importante institución. Solo debemos ser capaces de poner en valor todas sus bondades y atributos. Porque lo cierto es que Madrid lleva años demostrando con creces su valía para ser la sede del AMLA.

*Pedro Galindo es el director del OCP notarial