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Es el momento de apostar por la investigación biomédica
El Hospital de Valdecilla no solo atiende a pacientes, sino que responde a sus preguntas, aplica las mejores medicinas de la forma más rápida posible y sigue formando. Pero necesitamos dar un paso más, y para eso hace falta ayuda
Durante ya cerca de 95 años, Valdecilla ha mantenido con orgullo, a pesar de las dificultades, los tres pilares básicos sobre los que se fundó la Casa de Salud Valdecilla: asistencia, investigación y docencia. Un hospital que no solo atiende a los pacientes, sino que responde a sus preguntas (investiga), aplica las mejores medicinas de la forma más rápida posible (innova) y sigue formando tanto a sus profesionales para que aumenten su competencia (formación continuada), como a las nuevas generaciones (docencia de pre y postgrado). Pero, a pesar de que nuestro querido hospital mantiene una apuesta continuada por la asistencia de excelencia, centrada en el paciente, y sigue creyendo en la necesidad de la investigación y la formación continuada para lograr esta asistencia de excelencia, lleva años pidiendo auxilio.
Los profesionales que trabajamos en la Casa de Salud Valdecilla, intentamos investigar, innovar y ayudar a mantenerla como un centro de excelencia. Pero necesitamos ayuda. Queremos seguir tocando a nuestros pacientes, mirando a nuestros pacientes, pero necesitamos dar un paso más. Necesitamos seguir contestando a las preguntas que nos hacen los ciudadanos y no tienen respuesta, necesitamos seguir investigando, con fuerza, con ilusión, con entrega, pero necesitamos ayuda.
"Seguimos necesitando el compromiso político para que apoye, de forma expresa y sin matices, la inversión en salud"
Cada semana, casi cada día, la prensa se hace eco de algunos de los avances e innovaciones que se produce en el hospital; avances que no son siempre tan rápidos como deseamos y la sociedad demanda. Seguimos necesitando el compromiso político para que apoye, de forma expresa y sin matices, la inversión en salud liderada por nuestro hospital y, por supuesto, necesitamos la ayuda de toda la sociedad civil, de cada individuo. Y evitando quedarme en lo abstracto, me permito sugerir alguna iniciativa de inversión en salud, que pudieran contribuir a incrementar la atracción y la retención del talento, a facilitar la investigación, a mejorar la innovación y la implantación de nuevos programas asistenciales, a favorecer, finalmente la salud de todos nosotros.
- Creación de la figura de personal investigador hospitalario; es decir, un perfil de profesional no ligado directamente a la actividad asistencial (al menos temporalmente) y adscrito a un servicio para incrementar la calidad de la investigación traslacional en dicho servicio. Una figura cuya remuneración dependiera directamente del hospital y no detrajera fondos de nuestro mermado instituto de investigación IDIVAL.
- De forma inmediata, reconocer, de una vez por todas, el mérito y el esfuerzo. Se debe implementar una verdadera carrera profesional que evalúe las competencias y los resultados asistenciales, docentes y de investigación e innovación. Una carrera que reconozca los méritos profesionales allende nuestras fronteras, que permita limitar la endogamia de nuestra administración. Que facilite el acceso a la innovación y la compatibilización de asistencia e investigación. Una incentivación que cultive el conocimiento y la solidez intelectual, y facilite la apertura y movilidad internacionales. Y, para evitar el rechazo de algunos, muchos, compatible con la carrera laboral. Y, ligado a este reconocimiento del mérito, la creación de una escala de valores, de unos criterios de entrada a nuestro hospital, basados en el mérito real, no en lo que indica el carné de identidad o el tiempo que se lleva en la lista de contratación. Se necesitará valentía, determinación y negociación para este cambio, pero es imprescindible para la supervivencia del hospital tal y como lo conocemos.
- Apoyo inexcusable a la cohorte Cantabria, con la creación de no menos de 10 plazas de bioinformáticos, analistas de datos y especialistas en estadística avanzada para el análisis sistemático de los datos y apoyo a los investigadores. Y, por qué no, ampliación de la cohorte Cantabria a toda la población de Cantabria, haciendo de nuestra región un referente mundial para el estudio de potenciales influencias genéticas y la influencia del exposoma. Pero de este aspecto hablaré con detenimiento en otro editorial.
- Sin duda, fomentar la colaboración público-privada, especialmente en tres áreas: 1) Desarrollo de un programa de Fellowship de 1-2 años de duración, con una dotación de 50.000 euros al año por persona dirigido a médicos (nacionales e internacionales) que quieran desarrollar un programa mixto de investigación - asistencia en nuestro centro; 2) En Inteligencia artificial y la gestión del big data (muy pocas posibilidades en la administración pública) con la creación de un convenio con una o más empresas de IA expertas en biomedicina y, 3) En la facilitación de la incorporación de tecnología de vanguardia, haciendo de nuestro hospital el centro de entrenamiento de profesionales de diversos lugares de procedencia. Estos proyectos debieran ser promovidos por una colaboración público-privada, trasparente, justa y fiable, que permita avanzar con rapidez y seguridad. Estas medidas, creo, serían factible con un sólido respaldo institucional.
- Queremos una medicina de alta calidad. Y esta medicina precisa una investigación sólida. Este binomio solo es posible mediante la integración de asistencia e investigación. En Cantabria tenemos dos excelentes institutos de investigación biomédica: el IDIVAL y el IBBTEC que deben integrarse. Me consta que existen enormes dificultades para una fusión administrativa. Pero los órganos rectores deben trabajar con intensidad para una fusión funcional en un instituto en el que todos (somos muy pocos en Cantabria) los investigadores trabajemos juntos. Un Instituto único y más potente, que será un foco de atracción y retención de talento, y, como no, para la inversión biomédica (pública y privada, competitiva y no competitiva)
- Y, finalmente, desarrollando la reciente ley de la Ciencia, que nos puede ayudar a crear las condiciones para un entorno biosanitario exitoso. Pero siempre y cuando se cumpla el prometido 3% de inversión. Estemos vigilantes.
El mejor camino para predecir el futuro es crearlo (Thomas Berg, Aleksander Krag). Creémoslo. Apostar por la investigación biomédica es apostar por una mejor asistencia de los pacientes, de nuestra población. Es mejorar la salud de nuestra sociedad. Pero esta apuesta también se acompaña, a medio y largo plazo, de un incremento de los recursos económicos para la región que investiga; incrementa la posibilidad de atracción y retención del talento, y colateralmente, nuestras autoridades también debieran valorar el incremento de la reputación y prestigio que supone para un hospital, en este caso para nuestro hospital, la querida Casa de Salud Valdecilla. Si esta es la Legislatura de la Salud, con mayúsculas, este el momento de apostar por la investigación biomédica.
*Javier Crespo es director del departamento de Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla
Durante ya cerca de 95 años, Valdecilla ha mantenido con orgullo, a pesar de las dificultades, los tres pilares básicos sobre los que se fundó la Casa de Salud Valdecilla: asistencia, investigación y docencia. Un hospital que no solo atiende a los pacientes, sino que responde a sus preguntas (investiga), aplica las mejores medicinas de la forma más rápida posible (innova) y sigue formando tanto a sus profesionales para que aumenten su competencia (formación continuada), como a las nuevas generaciones (docencia de pre y postgrado). Pero, a pesar de que nuestro querido hospital mantiene una apuesta continuada por la asistencia de excelencia, centrada en el paciente, y sigue creyendo en la necesidad de la investigación y la formación continuada para lograr esta asistencia de excelencia, lleva años pidiendo auxilio.