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Movilización extrema en la calle sin cambio de mayorías
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Movilización extrema en la calle sin cambio de mayorías

Comienza un mandato que será especialmente complejo, en el que sus señorías deberán lidiar con la enorme pluralidad del hemiciclo y disipar el fantasma de la ingobernabilidad

Foto: El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Jorge Peteiro)
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Jorge Peteiro)

En un momento de máxima movilización del bloque de la derecha, con los ánimos especialmente crispados por la ley de amnistía que perdonará las causas penales del procés, PP y Vox siguen sin cristalizar el vuelco político que quieren exhibir en las calles y plazas de España. Lo rozan por la mínima en una foto finish proyectada por el CIS en la que se quedan a un suspiro de sumar los 176 escaños que necesitan, pero la decimoquinta legislatura se abre paso con la investidura amarrada por Pedro Sánchez. Comienza un mandato que será especialmente complejo, con la mayor polarización afectiva de nuestra historia democrática, en el que sus señorías deberán lidiar con la enorme pluralidad del hemiciclo y disipar el fantasma de la ingobernabilidad.

Las encuestas son solo una foto del momento y está demostrado que no aciertan siempre, pero sin un horizonte electoral a la vista, sirven apenas como termómetro del estado de ánimo. Así lo presenta el último barómetro del CIS (trabajo de campo realizado entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre), que recoge un empuje electoral que refuerza al Partido Popular y que, en paralelo, mantiene el convencimiento de voto entre quienes apoyaron en julio al PSOE y a otros partidos del bloque de la investidura. Como ya adelantamos en nuestro análisis del CIS de septiembre, el PSOE sigue aguantando la presión de la amnistía y salva sus alianzas parlamentarias con Junqueras y Puigdemont sin un retroceso en las urnas, al menos hasta este momento previo al debate de investidura.

En este escenario, el Partido Popular y su líder, Alberto Núñez Feijóo, tendrán que modular la respuesta de oposición que ejercerán contra el nuevo Gobierno. Le toca redoblar esfuerzos para no perder la altísima activación social e institucional que necesitan para mantener su buena marcha en las encuestas, pero la hipermovilización por sí sola no arregla todos sus problemas. Es más, puede jugar en su contra si el crecimiento del PP es a costa de Vox.

Respecto a los datos, el líder popular volvería a ser el más votado, con cerca de 9,5 millones de votos —su mejor marca— y atraería para el PP a uno de cada cuatro votantes de Abascal en julio, pero como ya ocurrió entonces, no lo tiene todo hecho, son muchas las dudas que ha podido generar tras no lograr la presidencia y que el potencial votante no llegó a entender, entre ellas su relación con Vox. Es por ello que ahora necesita que su socio preferente en su estrategia de oposición no estimule un voto del miedo en su contra.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Jesús Hellín)

Según la reestimación con los microdatos del CIS que realiza Estrategos con técnicas propias, Vox pierde más escaños de los que ganan los populares. Abascal obtendría el 10% de los sufragios y 18 escaños. Insuficientes para armar una mayoría conservadora. Y si Vox sigue cayendo por debajo del 8% en estimación de voto, se perderían todas las oportunidades de la derecha para volver a la Moncloa.

No hay trasvase entre bloques

Mientras tanto, la tensión de la calle está reforzando a los dos grandes partidos del sistema. Sánchez aguanta el órdago de la amnistía, haciendo “de la necesidad virtud” y conocedor de que el miedo a Vox sigue siendo un potente y principal catalizador. No detectamos transferencia entre bloques políticos. Las manifestaciones y las protestas frente a las sedes del PSOE reafirman a cada bloque, pero no mueven ni un solo voto entre electores del PSOE y los votantes del PP.

Con una mayor participación electoral, debido a la tensión política, el PSOE superaría los resultados del 23-J. Si se repitieran las elecciones, el PSOE seguiría en ascenso y sumaría algo más de 200.000 votos hasta llegar a casi ocho millones de papeletas, pero al traducirlo en escaños, se situaría en los 120, uno menos que en la actualidad.

Sumar, por último, se afianza en la tercera posición de las encuestas dando el sorpaso a Vox, pero en retroceso dentro de su bloque, tal y como le sucede al partido de Santiago Abascal. Ambas formaciones son las que más abstencionistas aportarían a cada uno de los bloques. Yolanda Díaz obtendría el 11,3% de los votos y estaría por debajo de los tres millones de votantes. Perdería cinco escaños, pero seguiría siendo indispensable para que PP y Vox no logren llegar al Gobierno de la nación.

Queda mucha carrera por delante y mucho tiempo para determinar si los bloques son inamovibles en el tiempo. De momento, toca manejar esta compleja gobernabilidad con los socios y con el Senado, gobiernos autonómicos y parte de la sociedad civil en contra.

*Francisco Jerez. Socio y CEO fundador de Estrategos.

En un momento de máxima movilización del bloque de la derecha, con los ánimos especialmente crispados por la ley de amnistía que perdonará las causas penales del procés, PP y Vox siguen sin cristalizar el vuelco político que quieren exhibir en las calles y plazas de España. Lo rozan por la mínima en una foto finish proyectada por el CIS en la que se quedan a un suspiro de sumar los 176 escaños que necesitan, pero la decimoquinta legislatura se abre paso con la investidura amarrada por Pedro Sánchez. Comienza un mandato que será especialmente complejo, con la mayor polarización afectiva de nuestra historia democrática, en el que sus señorías deberán lidiar con la enorme pluralidad del hemiciclo y disipar el fantasma de la ingobernabilidad.

Alberto Núñez Feijóo
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