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La educación, una solución al desajuste del mercado laboral español
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La educación, una solución al desajuste del mercado laboral español

El acercamiento entre universidad y empresa se está produciendo, pero los obstáculos a sortear son muchos y es necesario irlos retirando del terreno

Foto: Foto: CEU.
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Hace tiempo que las empresas han aceptado que uno de sus principales frenos al crecimiento, e incluso a la continuidad, es la dificultad para incorporar buenos profesionales a sus organizaciones. Las tasas de rotación crecen, los procesos de selección se alargan y muchos proyectos empresariales se quedan sin ejecutar por falta de capacidad humana que los lleve adelante.

Siguiendo las enseñanzas del profesor Jay Barney (el marco VRIO), podemos asegurar con rotundidad que el factor humano se ha convertido en el recurso más estratégico de las organizaciones porque es valioso, raro e inimitable; y una organización profesional, dinámica y motivadora es imprescindible para gestionarlo de la manera adecuada.

El tejido empresarial, sabedor de que lo que se juega es su viabilidad futura, lleva años haciendo enormes esfuerzos por adaptarse a la entrada de las nuevas generaciones en el mercado laboral a través de todo tipo de iniciativas que le permita ser más atractivo en la captación del talento necesario: políticas de conciliación, espacios de trabajo más amigables, planes de formación y desarrollo más ambiciosos, nuevos sistemas de retribución, planes de comunicación e inversión en su marca empleadora, entre otros.

Este no es un reto específico para algunos sectores o tipos de organización; es un problema global que afecta por igual tanto a pymes como a grandes compañías públicas y privadas. En este contexto parece contradictorio que los jóvenes que se incorporan al mercado laboral estén preocupados por su empleabilidad. Sin embargo, la realidad es que en España convivimos estructuralmente con una alta tasa de paro general (11,8% a cierre de 2023); y una aún superior de desempleo juvenil (28,6% a la misma fecha), con la que encabezamos la lista de los países de la OCDE.

"Las empresas buscan talento y las personas, empleo pero la brecha existente entre ambas búsquedas no logra cerrarse"

Las estadísticas nos demuestran, tanto en el plano nacional como en el global, que el nivel de estudios determina en gran medida la empleabilidad de las personas pues la tasa de desempleo de los individuos con baja cualificación más que duplica a aquella de los que cuentan con una cualificación alta.

Las empresas buscan talento y las personas, empleo desesperadamente, pero la brecha existente entre ambas búsquedas no logra cerrarse y los datos nos revelan que la clave está en la formación. Mientras tanto, en España, 2,8 millones de desempleados continúan sin encontrar un futuro prometedor y los proyectos empresariales esperan en los despachos a contar con las capacidades humanas necesarias.

Ante esta situación tenemos que hacernos una serie de preguntas: ¿qué están buscando las empresas para no ser capaces de encontrarlo en un país con 2,8 millones de desempleados?; ¿qué expectativas tienen las personas para no encontrar su encaje en una economía con tanta necesidad de capital humano?; ¿de quién es la culpa: de los salarios o quizá de un sistema demasiado garantista?; ¿qué tiene que ver el sistema educativo en el desajuste formativo existente?

Los bajos salarios, una consecuencia

Es evidente que el asunto es complejo y todos los factores tienen una influencia: el sistema en España es efectivamente mucho más garantista y, por tanto, menos dinámico que en otros mercados, ya que no fomenta hacer virtud de la necesidad que representa la situación de desempleo.

Los salarios (por debajo del promedio de la Unión Europea) producen una importante fuga de talento neto, pero no son la solución al desajuste, sino su consecuencia. Estos son tan solo un mecanismo regulador (como el precio de los bienes y servicios) que equilibra la oferta y la demanda. Esto significa que las empresas estarán dispuestas a incrementar la retribución hasta los límites en los que su necesaria rentabilidad se lo permita y las personas estarán dispuestas a trabajar solamente cuando la retribución alcance unos niveles razonables. Siempre existe un punto de equilibrio en el que se cerrará el acuerdo. Solo la productividad hará crecer los salarios de manera sostenible, manteniéndolos en armonía entre ambas partes.

Tan solo ayudando al sector educativo podrá avanzarse hacia una solución estructural a este fatal desajuste. Un sector que necesita reformas para poder ser más dinámico, llevando a las aulas con agilidad los conocimientos y competencias que las empresas identifican como necesarios en primera línea. El acercamiento entre universidad y empresa se está produciendo, pero los obstáculos a sortear son muchos y es necesario irlos retirando del terreno para que esta colaboración fructifique en beneficio de los estudiantes y de toda la sociedad.

"La educación necesita reformas para poder ser más dinámica, llevando a las aulas las competencias que demandan las empresas"

Los ajustes en los itinerarios formativos deben poder efectuarse con mayor rapidez; las prácticas curriculares y extracurriculares, así como la formación dual, deben fomentarse sin complejos, ya que está demostrado que incrementan la empleabilidad de los alumnos. La información objetiva sobre inserción laboral, retribución o contenido del trabajo en función de los estudios elegidos debe ponerse urgentemente en las manos de los estudiantes y las familias que se encuentran en ese crítico momento de la elección de estudios.

El joven que quiere ser empleable necesita ayuda y esta debe brindársele teniendo en cuenta las necesidades de los empleadores. Las universidades y demás entidades educativas deben ser capaces de entregar una formación integral que desarrolle, en primer lugar, buenas personas (valores, ética); en segundo, buenos empleados (constancia, esfuerzo, empatía...); y, por último, buenos técnicos (conocimientos específicos en los diferentes ámbitos). ¿Por qué? La explicación es sencilla: es lo que necesitan los que ofrecen empleo.

* Rodrigo Martín Velayos es senior advisor de dirección general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU.

Hace tiempo que las empresas han aceptado que uno de sus principales frenos al crecimiento, e incluso a la continuidad, es la dificultad para incorporar buenos profesionales a sus organizaciones. Las tasas de rotación crecen, los procesos de selección se alargan y muchos proyectos empresariales se quedan sin ejecutar por falta de capacidad humana que los lleve adelante.

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