Reglas fiscales para cumplirlas

El cumplimiento de los objetivos de deuda y déficit público siempre ha sido el tema más divisivo entre instituciones y Estados miembro de la Unión Europea. Los países del norte contra los del sur, los que abogaban por más rigidez frente a los que pedían más flexibilidad en las normas, los que insinuaban una Europa a dos velocidades frente a quienes creen en la cohesión como pilar europeo.

Las reflexiones sobre cómo establecer unas reglas fiscales que se puedan cumplir de verdad, que funcionen y que permitan el crecimiento económico de los Estados miembro y de la Unión en su conjunto llevan años sobre la mesa. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 ha dejado obsoletas las tradicionales divisiones norte-sur, flexibilidad-rigidez y las propuestas de las dos velocidades. El impacto económico y social de la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de un marco ambicioso de gobernanza económica en Europa, que entienda la singularidad de cada país, sin enfrentamientos, pero con el objetivo asumido por todos de reducción gradual de la deuda, de la mano de un crecimiento económico sostenido como principio estructural.

La urgente necesidad de un cambio en las normas presupuestarias de la UE - el más conocido como Pacto de Estabilidad y Crecimiento- ha conseguido poner de acuerdo a los colegisladores europeos, Consejo (Estados miembro) y Parlamento Europeo, bajo el impulso de la Comisión. En un histórico ejercicio de confianza entre los Estados, el acuerdo alcanzado y aprobado en Estrasburgo en la última sesión plenaria del mandato, se caracteriza por un impulso a la política fiscal responsable que fomente el crecimiento económico a medio plazo de los países de la Unión. La culminación de dicho acuerdo es una extraordinaria noticia para las economías de nuestros países y para la competitividad de la Unión Europea en su conjunto.

La familia política europea del Partido Popular ha tenido un papel protagonista en esta exitosa tarea. Como corresponsables de las negociaciones con el Consejo, hemos dado un ejemplo de adaptabilidad a la realidad económica y social de nuestros países, pero con un firme empeño y un sólido compromiso con la recuperación y el crecimiento económico. Así se puso de manifiesto con el apoyo a la activación de la cláusula de escape general -suspensión de las reglas fiscales- durante los meses de pandemia, pero con el compromiso firme de pedir su desactivación paulatina para propiciar la vuelta a las finanzas públicas saneadas, a la competitividad de nuestras economías y a la reducción de los niveles de deuda y déficit excesivos. Frente a la habitual demagogia e irresponsabilidad de la izquierda y sus intentos por mantener esa excepcionalidad en el tiempo, ese momento llegó y el Partido Popular consiguió la vuelta a un marco fiscal responsable, proponiendo las modificaciones que eran necesarias y todo ello desde la negociación y la búsqueda de acuerdo con el resto de grupos políticos.

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A partir de ahora, los países de la Unión tendrán que definir sus planes fiscales estructurales a medio plazo para alcanzar los niveles de 3% de déficit y 60% de deuda pública. El gran logro de este acuerdo consiste en la ampliación del margen para las inversiones en la definición de gasto neto de los países. Esta exigencia del Partido Popular en las negociaciones es una apuesta por una Europa económicamente fuerte, con un marco de incentivos para la inversión en proyectos estratégicos que nos permita hacer frente a los retos futuros y competir en la esfera global.

Después de años encadenados de altos niveles de deuda y déficit público, necesitábamos un nuevo marco regulatorio que garantizara un mayor control de las sendas de gasto de los países. Es importante que las trayectorias de gasto incluidas en los planes nacionales estén ligadas a reformas e inversiones. No podemos permitirnos que la credibilidad de la política presupuestaria europea se ponga nuevamente en jaque. El Partido Popular ha conseguido incluir en el acuerdo un marco de referencia de sostenibilidad de la deuda (reducción de 1 punto porcentual del PIB siempre que la relación deuda-PIB general supere el 90%, y 0,5 puntos porcentuales del PIB siempre que la relación deuda pública/PIB se mantenga entre el 60% y el 90%) y un marco de referencia de resiliencia al déficit (continuación de los ajustes fiscales para los países hasta que alcancen un nivel de déficit que proporcione un margen del 1,5% del PIB).

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El éxito de este nuevo marco de gobernanza económica vendrá solo de la mano del compromiso de cumplimiento por parte de los Estados miembro. Para promover este objetivo, el Partido Popular ha reforzado las normas de rendición de cuentas de los países a través de órganos independientes. Exigiremos a los Gobiernos nacionales el máximo compromiso y cumplimiento del acuerdo alcanzado porque creemos que es la mejor manera de alcanzar los objetivos que todos nos hemos fijado.

El progreso y el crecimiento económico, así como el refuerzo de la capacidad competitiva de la Unión Europea, siguen siendo nuestras prioridades.