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La prensa internacional: un torpedo en la línea de flotación de Sánchez
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Ignacio Cembrero

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La prensa internacional: un torpedo en la línea de flotación de Sánchez

Por tercera vez en tres meses la palabra "corrupción", asociada a Begoña Gómez, irrumpe en los diarios de medio mundo, pero pocos son los que destacan el silencio de la Moncloa sobre la actividad profesional de la esposa del jefe del Gobierno

Foto: El secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Claudia Alba)
El secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Claudia Alba)
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Desde Lahore en Pakistán, hasta Yaundé en Camerún, pasando por las principales capitales occidentales, la noticia de la convocatoria de Begoña Gómez, la esposa del presidente Pedro Sánchez, como imputada por “tráfico de influencias” y “corrupción” ha dado la vuelta al mundo. La mayoría de los diarios reproducen cables de agencias, aunque algunos añaden datos o comentarios de su cosecha.

La noticia se ha hecho incluso un hueco en los informativos de televisión. En el de France 24 abrió incluso, el martes, el tramo de las noticias europeas. En el telediario de Sky Italia es una más entre tantas.

Es la tercera vez en tres meses que la palabra “corrupción” irrumpe con fuerza asociada a la mujer del jefe del Gobierno. Cuando el pseudosindicato Manos Limpias puso su denuncia por tráfico de influencia contra Begoña Gómez, la prensa extranjera prácticamente la ignoró, pero los cinco días de reflexión que se tomó Sánchez a finales de abril y su carta a la ciudadanía la convirtieron en noticia de primera plana.

Después, el 19 de mayo, pasó por Madrid el presidente argentino Javier Milei y en un mitin de Vox acabó insultando a Begoña Gómez llamándola “corrupta”. La noticia resurgió, pero con menos fuerza. Considerado como un ultraderechista, Milei no goza de gran predicamento.

En las últimas horas, los rotativos argentinos recordaban, sin embargo, las palabras de su presidente, dando así a entender que su acusación fue premonitoria. “Milei la había tildado de “corrupta”, titula 'La Nación' de Buenos Aires. “La Justicia citó a declarar a la esposa de Pedro Sánchez a quien Milei trató de “corrupta”, insiste 'El Día de la Plata'.

Ahora, en junio, ha sido el magistrado Juan Carlos Peinado, titular del juzgado de primera instancia número 41 de Madrid, el que la ha vuelto a colocar en las portadas al citar a Begoña Gómez como investigada. Los titulares a ambos lados del Atlántico son demoledores.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su mujer, Begoña Gómez. (Reuters/Nacho  Doce) Opinión

“Un tribunal español cita a la esposa del presidente del Gobierno en el marco de una investigación por corrupción”, escribe, por ejemplo, 'The Washington Post' reproduciendo un cable de la agencia Associated Press. “La mujer del presidente del Gobierno español declarará en una investigación por corrupción”, afirma el diario “B.T.” de Copenhague.

Cada titular es un torpedo en la línea de flotación de un jefe de Gobierno que lleva años intentando labrarse una buena imagen más allá de las fronteras de España con vistas, probablemente, a desarrollar el día de mañana una carrera internacional.

Su última operación, como adalid del reconocimiento del Estado de Palestina por parte de cuatro Gobiernos europeos, le ha salido redonda. Ha demostrado una cierta capacidad de liderazgo en el Viejo Continente, se ha ganado las alabanzas del mundo islámico desde Marruecos a Malasia y casi ningún reproche por parte de las grandes potencias occidentales. Incluso en varios países que no secundaron la iniciativa hispano-irlandesa se ha abierto el debate, como en Dinamarca y Bélgica.

Foto: Reacciones de la prensa internacional al anuncio de Pedro Sánchez de cancelar su agenda. (EFE) Opinión

Solo el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Stéphane Séjourné, se mostró crítico, el 29 de mayo, ante el Senado. Afirmó que tanto Sánchez como su homólogo irlandés, Simon Harris, se estaban “posicionando” de cara a las elecciones europeas. Quizás aquellas palabras sean también achacables a la cita electoral del 9 de junio que, según los sondeos, ganará en Francia Jordan Bardella, candidato del ultraderechista Reagrupamiento Nacional.

Si la carta de abril de Sánchez a la ciudadanía fue tachada de “melodrama” o “teatral”, la que el presidente hizo pública en X el martes ha mitigado algo el impacto de la convocatoria del juez Peinado. En algunos diarios, incluso de tendencia conservadora, se convirtió a veces en el titular principal.

“El primer ministro español: el caso de “corrupción” de su mujer es un montaje de la extrema derecha”, titula el londinense 'The Times'. “España: ¿por qué el caso de Begoña Gómez podría ser un intento de la derecha de deslegitimar al primer ministro Sánchez?”, se pregunta Benedetta Perilli en 'La Repubblica' de Roma.

En los ríos de tinta que se han publicado fuera de España sobre los moradores de la Moncloa y sus peripecias judiciales apenas se menciona que, más allá de acusar de sus adversarios de esparcir el fango y de expresar su extrañeza por el proceder del juez Peinado, Sánchez no dio explicaciones ante el Parlamento sobre la actividad profesional de su esposa. Ella tampoco si se exceptúa una carta remitida a El Confidencial para rectificar un titular, pero no la información que le acompañaba.

Hay alguna que otra excepción como el 'Financial Times' de Londres, que recuerda que no solo el presidente guarda silencio, sino que su esposa “no ha hecho ningún comentario sobre las acusaciones” de las que es objeto. Y es una mujer acostumbrada a hablar en público.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y su esposa Begoña Gómez. (EFE/Miguel Ángel Molina) Opinión

Sorprende constatar que lo que los diarios de Londres o de Berlín exigirían inmediatamente a sus gobernantes en circunstancias similares, no lo echan en falta en el caso de España. A las preguntas del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, Sánchez contestó en el Congreso con “fango y más fango”.

Quizás los corresponsales acreditados en España estén resignados a que las administraciones del país sobre el que escriben, desde la Moncloa hasta las consejerías de muchos Gobiernos autonómicos, sean bastante opacas. España es un país en el que se aprueba en Consejo de Ministros una partida de 1.100 millones de euros para la compra de armas y el Ejecutivo no desvela durante semanas su destino; se sabe más sobre la negociación en curso sobre Gibraltar a través de los debates en la Cámara de los Comunes que por la información que proporciona el ministro José Manuel Albares; el ministro Fernando Grande-Marlaska no contesta, invocando la “seguridad nacional”, a preguntas parlamentarias sobre inmigración cuya respuesta el Ministerio del Interior de Italia proporciona a diario en su web; la opinión pública conoció en 2022 una carta del presidente Sánchez al rey Mohamed VI a través de un comunicado de la Casa Real marroquí, pero el Gobierno rehúsa entregar la misiva al Parlamento, etcétera.

La lista es casi infinita, pero en el cenit de las tinieblas figura la negativa de la familia Sánchez-Gómez a dar explicaciones sobre la actividad profesional de la esposa del presidente del Gobierno, que poco tiene que ver con la que desarrollaron sus predecesoras en la Moncloa. “(...) está pensando en abandonar su trabajo para evitar posibles conflictos de intereses”, escribió el diario 'El País' cuando llevaba un mes viviendo en la Moncloa.

Desde Lahore en Pakistán, hasta Yaundé en Camerún, pasando por las principales capitales occidentales, la noticia de la convocatoria de Begoña Gómez, la esposa del presidente Pedro Sánchez, como imputada por “tráfico de influencias” y “corrupción” ha dado la vuelta al mundo. La mayoría de los diarios reproducen cables de agencias, aunque algunos añaden datos o comentarios de su cosecha.

Pedro Sánchez Begoña Gómez
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